ADICTOS A MENORES

RAVENNA

Me visto con mi disfraz de puta refinada, porque podré ser puta pero nunca barata mi amor.

Me dijeron que la temática de esta noche en el burdel es un disfraz de sirvienta. Asi que me visto con uno en blanco y negro. Incluye un corsé negro con detalles de encaje blanco, una falda negra que también tiene encaje blanco en los bordes, y un delantal blanco que se coloca sobre la falda. Además, el conjunto está complementado con un collar de encaje blanco y un lazo negro. Este atuendo evoca una estética clásica y elegante, típica de un traje de sirvienta vintage. También una peluca roja lisa con ondas que caen desde mis hombros hasta un poco más arriba de mi cintura.

Mi maquillaje es sutil no me gusta cargado, con unos tacones negro no tan altos. Por encima un saco negro que cubre todo mi atuendo. escondo mi daga en un bolsillo interno del vestido.

Justo a tiempo llegan Jhon y Susana.

Jhon es mi guardaespaldas y mi ligue fijo, me lo foll0 cuando quiero, más que todo después de una misión para liberar presión. Tiene 29 años

Susana es la guardaespaldas de Dorian también su ligue fija y la que lo enseño a foll4r. Su primera mujer, el mío fue uno anterior a este. Tuve que matarlo porque hizo un mal trabajo, me dolió el era el mejor.

—Justo a tiempo, nos vamos de una, Susana también vendrás conmigo por si no me elige a mi tenemos a otra bien fuerte—por que es hermosa la condenada. Le entrego el traje de sirvienta.

—Sí señorita—responde casi al tiempo los dos y nos vamos en uno de los autos que trajeron en el avión.

En el auto*

—La que él elija tendrá que matarlo, pero no sin antes haber conseguido la información de donde está el cargamento. Mientras que la otra se quedará con Jhon en el bar para averiguar sobre la nueva droga que está circulando por ahí, he escuchado que se parece a la nuestra. Y saben que la nuestra la cree yo, por ende solo alguien pudo haber filtrado la información acerca de cómo se hace. —termino de hablar y en ese instante siento como mi corazón late con fuerza, siento nostalgia y tristeza a la vez.

Hace mucho que no sentía mi corazón latir de esa forma y menos sentir algo. Pero antes de que pudiera llamar a Dorian . Me envió un mensaje.

—Ignoralo, no es nada—pero…¿por qué siento que si lo es?.

En poco tiempo llegamos al bar pero nos pasamos en el callejón de al lado mientras Jhon entra a robar a las dos putas que serán reemplazadas por nosotras.

Cinco minutos después*

Jhon sale por la puerta que da al callejón con las dos putas inconscientes las deja en el piso y salimos del auto.

Me acerco a ella y le quito la etiqueta del nombre que tienen pegada al vestido con una nodriza.

—¿Pancrasia y chucha?, ¿Es una broma, que mierda de nombres son estos? —digo fastidiada —como sea, ten chucha tenemos que irnos—le digo entregando la etiqueta a Susana indicando que ese será su nombre mientras ella me mira indignada pero lo acepta sin peros, como debe ser ante su jefa.

Entramos y la acción empieza ruedo mis ojos en busca del hombre el cual tengo que seducir hasta que lo encuentro y justo en ese momento estaban escoltando lo hasta la sala donde escogerá a su chica de esta noche.

—¡Pancrasia, chucha! —nos llaman desde atrás y votamos a lo que el chico se queda boquiabierta—wow hoy se ven hermosas, vengan ya tienen que ir a dar su show, si lo hacen bien ganaran algo extra.

Asentimos sonriendo y nos escoltan a la sala donde hay 5 tubos en una pequeña tarima desde que entro actuó con mi postura bien recta siempre diva potra empoderada captando su atención. Me subo y camino hasta mi tubo, pronto comienza a sonar la música.

empezamos a bailar, con mis movimientos y acrobacias mi peluca se mueve pero menos mal y es leal a mi cabeza. Mientras bailo no aparto la mirada de él, es alto, peli negro buen perfil, ojos miel. Muy guapo. Mientras no dejo de verlo peleó con mis demonios.

El demonio lujuriento me dice que lo secuestre y me lo coga las veces que quiera.

El demonio despiadado me insiste en matarlo en este instante por haberse atrevido a robarle a mi padre.

Y el cuerdo y más sensato me dice que espere, me lo coga y luego lo torture hasta la muerte cumpliendo así con mi misión.

Levanta la mano para indicar que ya está listo para escoger, el hombre que nos llamó se le acerca y él le susurra algo al oído. Cuando me miró, supe que el pez había mordido el anzuelo.

—Pancrasia, ven aquí—me llama el hombre y me acerco con una sonrisa y mirada seductora.

Todas las chicas salen y yo me quedo a solas con el hombre, palmera sutilmente su pierna indicando que me siente en su regazo. Le hago caso y me siento, rodea mi cintura mientras me mira con deseo.

Poso mi mano detrás de su nuca acariciando su cabello mientras me pierdo en sus labios y mi otra mano acaricia su pecho bajando hasta su miembro el cual froto suavemente hasta provocar su erección. Lo tiene tan duro que el pantalón le empieza a estorbar.

—Te quiero dentro de mí—le susurro con voz suave y seductora mordiendo el lóbulo de su oreja.

Una sonrisa se le marca en sus labios, me levanto y él me sigue. Salimos del burdel y su camioneta se arrima ante nosotros, el conductor sale entregando las llaves y algo me dice que lo haremos en ella ya que no tiene conductor y se subió en la parte de atrás.

Me subo y de una me tomó de la cintura para que me sienta en su regazo, devorando mi boca a besos con brusquedad los cuales sigo enredando mis brazos alrededor de su cuello. No tarda en meter su lengua, la cual sabe usar muy bien.

En este momento el demonio lujuriento tiene el control de mi cuerpo. Lo sigo besando frenéticamente mientras él recorre mi cuerpo por encima del vestido con sus manos grandes. Rompe el beso y pasa a mi cuello, lamiendo y mordiendo.

Nuestros jadeos resuenan en toda la camioneta, desata los lazos que ajustan los pedazos de tela que tapan mis pezones, los mira por un segundo, chupa y muerde uno y el otro lo sostiene con dos de sus dedos jalando lo. Mis manos hormiguean y mi respiración se agita.

Me vuelve a besar tomando mi mentón con dominación. Pasa sus manos a mis piernas y de un movimiento me acuesta completamente sosteniendo mis piernas flexionadas contra mi pecho. Mientras él está con un pie debajo y apoyando su rodilla a una distancia considerable de mi entrada, desata el lazo que sostiene el pedazo de tela dejando a la vista mi entrada, siento el frío del aire rozar en mi intimidad junto a sus dedos. Los introduce en una sola estocada robándome un gemido un poco alto, poso una de mis manos en el asiento de al frente y la otra en el espaldar del asiento en el que estoy sujetándome, mientras mis gemidos se hacen mas fuerte a medida que acelera sus movimientos circulando mi clítoris.

Me mira fascinado con mi expresión al gemir mientras con la otra mano se baja el pantalón dejando al aire su miembro, saca sus dedos y rosa su intimidad a la mía.

Me desespero al ver que no entra en mi, pero veo en sus ojos que es lo que quiere provocar en mí, lo miro con una mirada desafiante. Me encanta la competencia.

¿Veamos, quién se desespera más?.