Matrimonio Por Compromiso

Son las cinco y media de la tarde, mi madrina llegó con dos bolsas con tres batas maternas y una ropita de bebés, llegó en su carro, le dijo algo a Luisa y está salió a botar una basura, era meter las maletas en el otro carro que estaba parado fuera de la finca por el lado de salida de la servidumbre, luego entro y dijo señora quiere un té y mi suegra dijo ya me voy gracias, se hace tarde y Federico me espera, tengo que estar antes de las seis y media, eso fue la clave, salí a despedirla, todos me vieron, los guardias me saludaron, luego entre como si nada, Pedro me dijo, señora cuidese mucho, nadie sabrá nada por mi boca, cuide a los bebé, este viejo siempre estará para usted, luego me dió la mano y entre a la casa como si nada, ya Luisa venía con el termo de café para darle a los vigilantes como todos las tardes, Pedro se lo quito y le dijo acompaña a la señora yo lo llevo, ese era el momento de mi escapada, salimos por la puerta de atrás ya todo estaba en el carro y salí rumbo al aeropuerto, apenas llegamos ya la nave estaba lista para nuestra salida, no era de la familia, está avioneta se la facilito a mi madrina su amiga Gertrudis Urrutia, la misma que le dijo que Roberto estaba comiendo en un restaurante con su amante, y le mando las fotos las que ella le mostró a mi suegro, por eso cuando estaba llorando el pensaba que era por esas fotos y fue por lo que discutió con Roberto la otra tarde, ya todo está listo, ví por última vez a Boston, me dolió mucho como la primera vez, esto significa que está ciudad no es para mí, mis hijos nonatos lo sabían se movieron como un calambre dentro de mí, esto me dolió mucho, yo amaba de verdad a este hombre, pero su traición por segunda vez con la misma mujer es imperdonable, a pesar de todo, le dejé una carta encima de la mesa de noche de su lado, dónde le dije todo lo que sabía y sentía de su traición, le dejé las fotos que me mandó el detective y las que tenía la suegra, dejé también los papeles de divorcio firmados, ya no podía decir que era mentira o que estaba loca, eran muchas pruebas, le pedí que no me buscará, ya que no me encontraría nunca más, este fue el último contacto con esta vida a la que pensé sería maravillosa y nuevamente fui traicionada, despegando la avioneta logré mandarle un último mensaje.

"Adiós, para siempre. Esther" el teléfono de él estaba apagado, el mensaje quedó en espera, me imagino que estaría con ella, cuando lo encienda se dará cuenta de que ya no estaré más con él, luego apague el teléfono y lo guarde en mi bolso de mano, ya nuestro viaje a una nueva vida estaba en curso y no había marcha atrás.

Llegamos tres horas después a ciudad de México, ya Patricia la prima de mi madrina me esperaba, era una mujer alta elegante con una dulzura en su rostro, a penas me vió se acercó me abrazo y me dijo aquí estarás segura yo te cuidare como a mi propia hija, nos montamos en una camioneta y salimos rumbo a Querétaro mi último destino de este viaje.