¡Papá Por Accidente!

-Cariño, te noto un poco intranquilo ¿Pasa algo? – Pregunta la pelirroja mientras se sienta en las piernas de Gabriel, él dejó a un lado los documentos que estaba revisando y pone una de sus manos en la cintura de la mujer.

-Claro que sucede algo- Responde el hombre haciendo que la chica frunza el ceño- Pasa que cada día te quiero más- Sonríe el castaño para dejar un beso en los labios de su bella novia.

Violeta da un golpe leve en la frente de su novio -Tonto, me has dado un susto. Por un momento pensé que mi madre te había dicho algo. – El castaño negó y la mujer continuó- ¿Recuerdas cuando nos hicimos novios? La más feliz con la noticia fue ella. Dijo que me había sacado la lotería con el hombre tan maravilloso que tenía a mi lado y que no imaginaba un mejor yerno que tú. ¿Sabes? A veces me pongo celosa no hay un día en que no te elogie. No cabe duda mi madre te quiere. – Los ojos de la chica brillaban de la emoción, era muy feliz por lo bien que se llevaban las personas que más amaba en este mundo.

¿Me quiere? Claro que me quiere, pero bien muerto o lejos ti. Pensó el castaño. Hacerle ver a Violeta la arpía que era su madre, resultaría complicado. La mujer era una hipócrita de primera.

- ¿Amor? – Gabriel fue sacado de sus cavilaciones por la voz de su novia. -Volviste a perderte en tus pensamientos, ¿Acaso hay algo más importante que yo? – Reclamó la pelirroja. Se levanto de las piernas de su novio fingiendo estar enojada. -Es mejor que me vaya. Perdón por molestarte con mi presencia- Violeta dio unos pasos hacía la puerta, pero fue detenida cuando su novio la abrazo por la espalda.

-Estas siendo una niña caprichosa. ¿Sabes cual es la mejor manera para que las niñas no vuelvan a hacer berrinches? – Violeta negó.

-Unas buenas nalgadas- Susurró Gabriel cerca del oído de su novia, haciendo que la respiración de la pelirroja se acelerara. Sin darle tiempo de reaccionar cargo a la chica como si fuera un costal de papas y se dirigió al sofá que había en la oficina.

Bajo delicadamente a la chica -Te voy a enseñar a…- fue interrumpido cuando Violeta lo empujo haciendo que cayera en el sofá, para luego subirle a horcadas cobre él.

-Menos charla y más acción- Dijo de forma coqueta y atrapó los labios de su novio en un beso que estaba lejos de ser pasivo.

A pesar que el aire acondicionado estaba encendido, la oficina se comenzaba a calentar. Gabriel comenzaba a quitarle la blusa a su novia cuando la puerta se abrió abruptamente.

-Gabriel, la he reg…- Al ver la escena Gustavo de inmediato se dio media vuelta. - Lo siento, no sabia estaban ocupados- Las mejillas de la mujer se tiñeron de rojo por la situación en la que fue encontrada, Violeta no perdió ni un segundo y se apresuró a acomodar su blusa. Mientras Gabriel estaba que mataba a su gemelo.

Gustavo estaba por salir de la oficina cuando escucho la voz de su cuñada – Espera, no interrumpes nada. Yo ya me iba-

- ¿Segura? Pues eso no fue lo que vi…-

-Gustavo- Advirtió Gabriel mientras torcía la boca con disgusto.

- Lo siento, pero también fue culpa de ustedes. Por si no lo saben a las puertas se le puede echar seguro para evitar este tipo de cosas-Replicó el castaño.

-Y a ti no se te olvide que se debe tocar antes de entrar a un lugar- Lo regaño su gemelo.

-No vayan a discutir por una tontería. A cualquiera le puede pasar – Intervino Violeta y miró su reloj- Ya se me hizo tardísimo. Te agradezco la interrupción hubiera llegado tarde a una reunión por culpa de este sujeto- Jaló de la oreja a su novio y luego se despidió con un beso en los labios. - No olvides que te amo con todas mis fuerzas-

-La suma de todas las fuerzas es igual a cero, eso quiere decir que ella no te ama- Dijo Gus ganándose que su gemelo lo fulminara con la mirada.

-También me dio gusto verte Gus- Sonrió Violeta y le dio un beso en la mejilla- Saluda a Amy de mi parte. Dile que espero verla pronto y que deseo retomar nuestra amistad-

-Más te vale que sea algo urgente- Gruño Gabriel cuando su novia se marchó. Gustavo comenzó a contarle sin entrar en destalles lo que había pasado la noche anterior.

-Idiota, definitivamente a ti mamá te dejo caer cuando eras un bebé- Gabriel soltó un suspiro antes de continuar- Nunca, jamás debes disculparte después de hacer esas cosas. Sabes lo humillada que se debió sentir anoche y como si no fuera suficiente te vas antes de que se despierte. ¿Qué va a pensar cuando se levante y no te encuentre en la casa? – Gabriel estaba molesto por la actitud de su hermano, pero también se ponía en su lugar y comprendía el porqué de sus acciones.

-No me arrepentí por eso, y tampoco lo considero un error de copas, pude haber tomado, pero… era consciente de lo que hacía. La verdad fue una noche mágica, pero me disculpe porque sentí que me aproveche de la situación.-Frustrado el castaño desordeno su cabello- Hermano incumplí mi palabra. Cuando le pedí que se casara conmigo le prometí que no la tocaría, pero no soy de acero y el deseo me gano. –

-Ya no te engañes Gus, sabes que no solo es deseo o atracción lo que sientes por ella. Dentro de ti esta creciendo algo más y eso es lo que realmente te causa temor- Gabriel puso una mano en el hombro de su hermano. - ¿Sabes por qué tienes miedo? Porque sientes que ella puede derrumbar todas tus defensas y simplemente no puedes alejarla. Hermano Si ella te gusta tanto ¿Por qué tienes que aguantarte las ganas de estar con ella? Sé que tienes miedo de equivocarte otra vez y que ella te haya ocultado cosas no la deja en una buena posición, pero debes entender que Amy no es…- Gabriel detuvo sus palabras, sabia que había cometido un error.

-Termina la frase, Amy no es Erika- Gustavo sonríe- Lo sé. Sé que son dos personas distintas, pero tiene algo en común ambas me engañaron y pidieron otra oportunidad. A Erika se la di y sabes cómo terminaron las cosas.–

-Lo siento. No quise que recodaras ese momento-

-No importa. Estoy bien, esos recuerdos ya no me hacen daño. Ya no duele, pero las cicatrices que quedaron en mi corazón son las que me no me permiten confiar totalmente en Amy. -Gustavo se queda callados por unos segundos, como si estuviera pensando en las palabras que dijo su hermano-Admito que tienes razón, Amy me gusta mucho, me gusto desde el día que la vi en el bar, pero tengo miedo-

-Te daré un consejo, arriésgate a dejar tus miedos atrás, déjate llevar por lo que sientes y atrévete a abrirle tu corazón. No digo que lo hagas enseguida, tomate tu tiempo para conocerla y convencerte de que ella es la indicada. -

-Lo que dices es muy bonito y todo, pero para amar se necesita dos. Y en esta relación o lo que sea que tengamos, yo no soy el único que ha sido lastimado. A ella también le rompieron el corazón y ha pasado por mucho a causa del desgraciado de su ex.

Mis heridas fueron hace 10 años y ya supere a la persona que me lastimo, pero las de Amy son recientes y puede que todavía ame a la persona que le hizo daño –

-Esto ya parece una novela con tanto drama. – A pesar de que Gabo lo dijo en un susurro, su gemelo lo pudo escuchar- Necesitas de dejar de pensar por un rato en este asunto- Gabriel hablo esta vez un poco más fuerte.

-Hare cualquier cosa que deje mi mente en blanco, excepto ir a beber-

-No te preocupes, no estaba pensando en irnos de parranda- Respondió Gabriel mientras le arroja una carpeta- ¿Puedes ayudarme a revisar estos documentos? –

-Estoy de vacaciones. No puedes ponerme a trabajar- se quejó Gus.

-Se supone que son por tu luna de miel y no veo que estes con tu esposa. Así que cierra la boca y ponte a trabajar. - ordenó el castaño.

-Hey se te olvida que yo soy tu jefe-Reclamó Gustavo fingiendo indignación.

-Pero, me dejaste a cargo. Así que yo mando hasta que el tonto del presidente regrese de su luna de miel-

Gustavo no dijo nada más y se puso a trabajar, mientras que su gemelo pensaba en una forma para ayudar a su hermano.

Minutos después, Gabriel se puso de pie llamando la atención de su gemelo.

-Saldré un momento. Espero que a mi regreso hayas terminado-

- ¿A dónde vas? – Preguntó curioso Gus.

-Iré a resolver algo. Te prohíbo que abandones la oficina hasta que vuelva-Ordenó y salió del lugar dejando a un Gustavo desconcertando.

Violeta Santander

Edad: 25 años.