La Hija Del Capo Mayor.

______ Me gusta ese olor a gel de baño. Te imaginó desnuda. ____ Me gustaba jugar con fuego, provocar a Paola, saber de qué es capaz.

Para mí no sería nada difícil quitarle el arma y dispararle con ella en la cabeza. Para eso fui entrando desde muy pequeño.

Fueron entrenamientos crueles. Los cuales vi mi sangre correr por mis propias manos. Fueron noches y días de tormento.

______ ¡Hasta que no aprendas a defenderte no entrarás a la casa!

______ Tengo sed, papá... ___ Supliqué, mientras el sol de la tarde golpeaba sin piedad mi frágil cuerpo.

Mi padre me mostró una botella de agua, y sabiendo que moría de sed la dejó caer al piso.

______ ¿Tienes sed? Pues levantaré y termina lo que comenzaste. De otra manera no habrá agua para ti.

Era solo un niño de 11 años, el cual ya tenía que saber eliminar a cada obstáculo que se me pusiera por delante.

Cerré los ojos, recordando aquel día. Mi padre me pudo el arma en mi cabeza, quitando el seguro.

Las lágrimas caían de mis ojos, cada músculo de mi cuerpo se paralizó del miedo. Sentir que tenia una arma en mi cabeza, me hizo orinar.

Aun así, no sé de donde saqué fuerzas, golpe a mi padre hasta que dejó caer el arma. Ese día fui para él su mayor orgullo.

_____ Te quedarás con las ganas de ver mi cuerpo desnudo. ____ Contesta, en un tono burlón.

_____ Eres valiente, muñequita.

______ No cualquiera se atreve hacer lo que has hecho. ____ Dijo, preparando mis manos para quitarle el arma.

_____ Valiente fuiste tú al entrar a un baño, donde se estaba bañándose una doncella. ____ Responde.

_____ ¡Doncella, por favor!

_____ Mejor dime con cuantos hombres has estado en la cama. _____ Quería molestarla, pero, su respuesta me hizo enojar.

______ Una dama no tiene pasado y un caballero no tiene memoria. No te lo enseño tu madre.

______ Así qué, no importa con cuantos hombres haya pasado por mi cama. Yo no tengo pasado, ni ellos tienen memoria.

Apreté los dientes, la sangre me quemaba por dentro. ¿Cómo se le ocurre decirle eso a su prometido?

______ Muñeca, tu padre no te enseñó que no debes jugar con armas. Son muy peligrosa para una niña inquieta como tú.

Con un ágil movimiento, le quité la pistola de las manos. El arma caer al piso, ambos peleamos para recuperarla.

Con el pie, empujo el arma lejos de las manos de mi muñeca.

A pesar de que Paola solo vestía con la toalla, era ágil para defenderse. Cada movimiento era de toda una profesional.

Ambos intercambiamos algunos golpes. Al final, logré someterla, aunque, Paola fuera muy buena y ágil, no se podía comparar conmigo.

Era mil veces mejor que ella. La superaba en fuerzas y en agilidad. Fue entrenado para esto. Sería una humillación para mí que una mujer me gane.

Mi mano derecha se colocó en el cuello de Paola. Con la voz agitada, le dijo.

_____ Eres buena no lo puedo negar. Pero, jamás podrás superarme...

Ella sonríe, y me contesta.

_____ Un hombre puede superar a cualquier mujer en fuerza y agilidad en pelea. Pero, no deja de ser hombre.

Inesperadamente, Paola enreda sus manos al rededor de mi cuello. Su respiración agitada, despierta en mí tantas cosa.

Quisiera quitarle la toalla y besar con locura cada parte de su cuerpo. Recorrer con mis labios cada parte de su piel.

Escuchar sus gemidos cerca de mi oído. Sentir como su cuerpo se tensa cuando la hago tocar el cielo con sus manos.

Nos miramos a los ojos por un corto periodo de tiempo. Sus labios se unen a los míos con más pasión.

Metí mi lengua a su boca hasta casi llegar a su garganta.

Mis manos recorren su piel por debajo de la toalla, cuando más caliente me siento, Paola se aleja, sin darme tiempo de reaccionar.

Da unos pasos atrás, y desliza la toalla por su cuerpo. Me quedé hechizado por su perfección.

______ Un hombre puede ganar en varias cosas. Pero, una mujer siempre tendrá el control. ___ Dice, saliendo del baño y cerrando la puerta detrás de ella.

Rápidamente, la seguí hasta el dormitorio. Para mi mala suerte, ya no estaba. Pensando en la idea de que salió desnuda, corrí afuera.

Nadie la había visto, era como si se la hubiera tragado la tierra. Golpe la pared delante de mí.

Sentía mis bolas explotar debajo de mis pantalones. Esa maldita mujer con solo un beso y tocar su piel, hizo lo que ninguna otra había hecho nunca.

Subí a la que era mi habitación, enseguida fui a darme un baño con agua helada. Al sentir que se me bajo el calor, salí al dormitorio y me acosté un rato.

Pasado el tiempo, volví al vestíbulo con toda la intención de irme.

_____ Cariño, no me ibas a llevar almorzar. He visto un restaurante de comida mexicana. Tiene 5 estrellas. Por los comentarios, dicen es el mejor.

______ Tengo muchas ganas de unos buenos tacos con huevos duros.

Volteó a mirar a la dirección donde escuche la voz de Paola. La muy descarada estaba sentada en el sofá cerca de las escaleras.

_____ Te puedes ir a comer tu sola, tus huevos duros. No estoy de humor para salir.

Paola se pone de pie, mostrándome el maldito vestido que lleva puesto. Era una cosa miniatura que solo le cubría lo necesario.

Aunque no podía negar que se le veía externamente bien. Ni loco la llevaría así a la calle. De inmediato, llamaría la atención de todos los hombres.

Este maldito juego me comenzaba a molestar. Paola quiere volverme loco, sacarme de mis casillas, hacerme perder la poca paciencia que me queda.

Apreté mis puños, caminando hasta ella.

______ Estás jugando con fuego. Cuidado te puedes quemar. ____ Le advertí cansado de sus desplantes.

______ Serás mi esposo, ¿No? Querrás hijos, para eso me recogiste.

________ Mi cuerpo te perteneciera, pero, antes debes ganarte mi corazón y mi respecto.

______ De otra manera no podrás tocar mi cuerpo. Ya sabes de qué soy capaz para defenderme.

Sabía que no era capaz de salir a la calle con ese mini vestido. Se dio la vuelta y se aleja a su habitación.