¡A la horca!
Esas palabras resonaron en toda la sala.
Adela cayo sobre sus rodillas al escuchar aquella condena tan injusta que se le había impuesto, “yo no lo hice” se repitió en su cabeza. Despues de descubrir quien habia hecho tan miserable a su familia y la habia inculpado fue directo a la horca mirando el rostro satisfecho de su enemiga.
Es demasiado calido, Adela abrio los ojos y se encontro con cuatro paredes que ella conocia muy bien.
-Esta vez salvare a mi familia.
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Episode 11
Mientras Gabriel y Darwin se dirigían al patio de entrenamiento, Darwin comenzó a hablar.
—No vuelvas a mirar así a Adela.
Dijo Darwin en un tono molesto, y Gabriel se sorprendió, pero aún no podía ocultar su rostro que continuaba sonrojado por el recuerdo del rostro de la hermana menor de su mejor amigo.
—¿En qué estás pensando Darwin? Adela es tu hermana, yo jamás pensaría en ella de otra manera, aparte sabes que mis gustos son más exóticos.
Hablo Gabriel mientras pasaba su brazo por los hombros de Darwin para disminuir la tensión.
—No soy idiota Gabriel, sigues siendo mi amigo, pero no dejaré que pongas ni un solo dedo sobre mi hermana.
Darwin podía ser frío en todo momento, pero adoraba a su hermana sobre todas las cosas, por lo que lo miro inquisitivamente.
—Yo… Yo no jamás-
Darwin fulminó a Gabriel con la mirada y luego agrego.
—Espero que seas sincero, ya que no quiero perder a un amigo, ahora vamos a entrenar.
Adela, luego de despedirse de su hermano Darwin y Gabriel, se dirigió directamente a la biblioteca para estudiar junto a su hermano Sebastián, que ya la estaba esperando.
Las clases habían sido agotadoras, pero gracias a lo que recordaba del pasado pudo responder cada pregunta de Sebastián perfectamente, incluso agregando opiniones que Sebastián jamás hubiera imaginado, esa misma tarde en la noche después de que Adela termina su clase con su hermano él se dirigió directamente con su padre el Conde.
—Padre, te digo la verdad, Adela está muy avanzada en lo que respecta a finanzas y administración, no creo que allá algo que yo pueda enseñarle, creo que sería mejor que tome clases con alguien con más experiencia.
El conde, que acababa de escuchar a su hijo, no podía creer los informes que había hecho Adela, como trabajos de desarrollo que le había dado su hermano para probar su conocimiento.
—Supongo que tienes razón, voy a contratar a alguien para que le enseñe.
Esa misma noche, el conde envió una carta a los mejores profesores del reino, esperando que aceptaran enseñarle a su querida hija.
Al día siguiente Adela se dirigió al local con algunas joyas en los bolsillos de su vestido, Cathy que la acompañaba la miro y luego pregunto curiosa.
—Srta. Adela ¿Por qué lleva esas joyas cuando tiene su mesada, el conde este mes le ha dado más dinero que el mes anterior…? ¿No ha pensado en que sería mejor ocuparlo?
Adela miró a Cathy y luego añadió.
—No es necesario usarlo, me entregarás la mitad de la mesada todos los meses en cuanto mi padre te la dé.
Cathy se quedó en silencio después de las palabras de Adela, por alguna razón no se sentía del todo cómoda, aunque Adela ya no la atacaba, pero, por el contrario. Adela se veía en paz y tranquilidad, pero al mismo tiempo mostraba seguridad y seriedad en lo que estaba haciendo, como si no tuviera ni una sola duda en cada paso que daba.
—Sra. Adela, hemos llegado.
Hablo el chofer.
Adela bajo del carruaje y camino por las calles junto a su sirvienta, luego se encontró con algunos comerciantes y charlo con ellos.
—¿Entonces traes el arroz desde afuera, verdad? ¿Me puedes comunicar con tu exportador?
Adela se veía muy concentrada mientras charlaba seriamente con los comerciantes, después de un rato comenzó a caminar por otras tiendas y alquilo un nuevo carruaje, el que estaría a disposición de los mercenarios que ella había contratado anteriormente.
Luego de terminar lo importante se dirigió al local donde se encontraría con los mercenarios que había contratado, Cathy, aún asustada por el lugar al que se dirigían, temblaba inconscientemente mientras camina entre la multitud. Al llegar al local, Doroty la recibió en la entrada y pidió a Daniel que la escoltara a una sala ambigua bastante grande.
Cuando Adela entro a aquella habitación, se dio cuenta de que era una sala de entrenamiento, vio a Marco quien sería su instructor ese día, pero antes de comenzar, Daniel le entrego a Adela un bolso con ropa adecuada para ese día. Adela fue acompañada a los vestidores donde se cambiara rápidamente el atuendo, entonces saco del el traje, pantalones negros apretados al cuerpo con el que era muy fácil moverse, una blusa ancha y un corsé negro que acentuaba su figura, guantes y botas negras que eran perfectos para trabajo de campo. Al terminar de vestirse, Adela salió de la habitación y le pidió a Cathy que la acompañara a la sala donde se encontraba su instructor.
Al entrar los ojos de todos se dirigieron directamente a ella, Doroty que era quien había preparado el atuendo, entro a la sala apresuradamente y vio a Adela con el traje que ella había preparado, al verla la miro de pies a cabeza y luego exclamo.