Felisa ha renacido en la historia cuyo final odio, y contrario a lo que creerían, no, ella no renació en la villana, el cuerpo que ahora ocupa es el de la protagonista, la chica que tanto odio por elegir al hombre que la traicionó.
Pero ahora, Felisa, siendo Aisha, la protagonista, esta decidida ha cambiar su vida, y empezará, por alejarse de la trama. ¿lo logrará?
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Capítulo 02.
Al parecer, Aisha cayó del caballo cuando estaban en una clase de equitación, por supuesto, Briana estaba presente y de repente, el caballo se asusto y la terminó tirando lo que la llevo a quedarse inconsciente por toda una tarde y noche.
Los condes estaban felices de verla despierta, pero nisiquiera sospechaban que fue su hija mayor quien le causo el accidente a su hija y que, debido a su hija probablemente murió y por eso ahora, ella estaba en ese cuerpo.
El médico llegó para revisar a la chica y aparentemente todo estaba bien, le hizo preguntas, sobre su nombre, su edad, la fecha, y demás, por suerte tiene todas las memorias de la verdadera Aisha así que respondió todo correctamente.
—gracias a los dioses que mi niña esta bien, gracias doctor.— habla emocionada la condesa.
El conde se va con el doctor, mientras que la condesa se queda en la habitación, acomodando todo, mientras le dice a Aisha que para celebrar que despertó y que estaba bien, mandaría a preparar una cena con sus platillos favoritos.
—madre, no quiero nada...¿puedo estar a solas?— pregunta.
—¿a solas?, ¿estas segura?, creí que estarías feliz de comer algo delicioso.— la condesa se preocupa.
—lo estaré, pero por ahora quiero descansar, siento el cuerpo cansado, tal vez por el golpe...—
—oh, esta bien, si eso quieres, dejemos la cena para mañana. Mandaré a que te traigan sopa más tarde y la medicina que dejo el doctor.— responde la condesa.
—si, se lo agradezco madre.— se recuesta de nuevo.
La condesa cierra las cortinas y apaga las luces cerrando la puerta al salir. Al ver que se ha ido, Aisha se levanta para ir al baño y lavarse la cara, necesitaba pensar en que hacer ahora con su vida, por definitivamente no piensa seguir la historia, ¿o tal vez debería dejar que avance hasta el momento de irse con la abuela?, ya que eso pase, puede empezar por cambiar todo, irse a un viaje y así cuando Oscar vaya por ella, no la encuentre. También debe prepararse para sobrevivir en ese mundo lleno de peligros.
Durante la noche, una doncella había ido a dejarle la cena, y le hizo entrega de una carta, la cual le dijo la doncella que venía del ducado Gutman.
—el joven duque debe de estar preocupado por usted.— comenta la doncella.
—si yo me preocupara por alguien iría a verlo el mismo día del accidente y no enviaría una carta, ¿como la leería si aun no despertará?— reclama.
Que absurdo, ¿no que amaba tanto a Aisha?, y ni la cara da, en fin. Aisha solo tiro la carta a un lado y se sentó a comer, mientras que la doncella se extraño al ver que la chica ni se molesto en leer la carta, cuando antes, se emocionaba al recibir una.
—¿se siente bien señorita?, si gusta puedo decirle a su madre que llame al médico.—
—estoy bien, solo que tengo hambre.— y no piensa desperdiciar esa deliciosa cena.
La doncella se retira y dice que volverá en una hora para retirar todo y prepararle el baño.
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Al día siguiente, al despertar, las doncellas le ayudan a bañarse y vestirse. Al terminar, fue guiada al comedor donde sus padres ya la esperan para desayunar, pero, al entrar, había una presencia más, una joven de apariencia elegante, era bella y con el cabello similar al suyo, esta al mirarla, lo hizo con desprecio.
—oh vaya, hermanita, veo que acabaste con tu espectáculo para dar lástima.— expresa con desdén.
—oh vaya hermana, veo que tu sigues siendo amargada.— responde con una sonrisa ladina.
Los condes se sorprenden por su respuesta, ya que Aisha nunca antes lo ha hecho. Briana, frunce los labios, pero antes de poder decir algo para defenderse, la condesa les pide no discutir.
—madre, sabe bien que, quien empieza es mi hermana. Creo que sus clases de modales no están funcionando.— expresa con calma Aisha.
—¿que dices?, la única que necesita modales eres tú.— responde Briana con enojo.
—y control de ira, ¿hay profesores para eso?— pregunta.
—basta las dos, quiero desayunar sin escuchar como mis hijas se atacan entre si.— ordena el conde.
Briana agacha la mirada ante el regaño de su padre, mientras que Aisha solo sigue degustando su desayuno. Al terminar, la condesa camina con sus hijas hasta una sala, donde ya las esperan sus profesores, las dos tenían las mismas clases, aunque, esta vez, Aisha parecía tan desinteresada en todas, contrario a lo que suele ser, pues siempre esta atenta para aprender.
—¿que pasa Aisha?, te veo muy distraída.— pregunta la condesa.
—solo no me siento capaz de concentrarme, quizás sea aun por el golpe de la caída.— se queja.
—podría ser, por hoy ve a descansar.— le pide la condesa.
Ante esto, Briana no tarda en quejarse porque Aisha esta siendo privilegiada, pero la condesa la regaña por no tener consideración de su hermana menor.
Aisha por su parte se paso por la biblioteca, pues recordó que en ese lugar había algo especial, y ese, era el uso de magia a través de formar un contrato con una bestia mágica. Antes Aisha no tuvo el interés de aprender magia, aun cuando su padre provenía de una familia con un excelente nivel de mana. Leerá todo sobre magia, así cuando se vaya con su abuela, podrá empezar a practicar.
Al llegar a su habitación con los libros, los dejo a un lado, para revisar el cuaderno donde la noche anterior anoto algunos eventos de la historia, y, sabe que dentro de poco, será su debut en la sociedad, porque ya tiene 18, si, en ese mundo, debutan a los 18 y no a los 15 o 16 como suele ser. Y es que en el reino, existe la regla que las mujeres pueden presentarse en la sociedad, listas para el matrimonio y aunque ya sus familias tengan un pacto de compromiso, este se hace oficial después de su debut.
Todo era tan complicado en ese tipo de época, pero al menos, no es una niñita de 15 años que esta siendo presentada como un filete ante todos los hombres.
—¿en verdad piensa leer todo eso señorita?— pregunta la doncella al verla pasar con tantos libros.
—si Marcela, leeré todo, quiero saber más sobre la magia.— al llegar a su alcoba deja todos los libros en el piso cerca de su cama.
—¿magia?, nunca antes presto atención a eso.— comenta Marcela.
—nunca es tarde para tener interés. Anda, ¿me puedes traer bocadillos y jugo?— pregunta.
—claro señorita. Regreso pronto.—
La doncella sale de la habitación para traer lo que la joven pidió. Aisha revisa los libros, en el cual explica que para usar magia, deben de invocar una bestia mágica, con quien se hace el contrato, cada bestia tiene un poder especial, hay desde la magia de curación, así como fuego, agua y demás. Las bestias pueden ser desde un pequeño ser hasta a una enorme bestia.
—esto es interesante, necesito practicar apenas salga de este lugar.— murmura emocionada.
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