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La lluvia golpeaba los ventanales de la mansión Velour con un ritmo casi ritual, como un tambor que marcara el pulso de un destino sellado. Las gotas resbalaban por los cristales, difuminando la vista de los jardines cuidadosamente cuidados, y llenando la gran sala de un murmullo constante que parecía acompañar cada pensamiento de los Velour.
Zayden Velour se reclinó en su sillón de terciopelo oscuro, los dedos entrelazados sobre su pecho, mientras observaba el fuego danzar en la chimenea. Su mirada, fría y calculadora, se perdió un instante entre las sombras, como si buscara las piezas de un tablero que solo él podía ver.
Zayden Velour - E.P
— El tiempo se acaba — dijo, su voz baja, cargada de un poder que no necesitaba gritar. — Los Blackburn se han vuelto imprudentes. No puedo permitir que sigan creciendo, que desafíen lo que nos pertenece por derecho. ─
Vittoria, elegante hasta en la forma de moverse, se acercó con pasos silenciosos, sus tacones apenas un susurro sobre el mármol negro del suelo. Su mirada, intensa y calculadora, se posó sobre su esposo con una mezcla de devoción y ambición.
Vittoria Blackwood - Velour - A.P
— Lo sé — respondió. — Hemos sido pacientes durante demasiado tiempo. Es hora de recordarles quién gobierna. Pero debemos ser cuidadosos… no podemos dejar que sospechen nuestra estrategia. La venganza es un arte que exige precisión. ─
Zayden inclinó la cabeza, una sonrisa apenas perceptible curvando sus labios, oscura y prometedora.
Zayden Velour - E.P
— No te preocupes, querida. Los Velour somos maestros en el arte de la paciencia… y de la destrucción. ─
El murmullo de la lluvia parecía intensificarse, golpeando con fuerza las ventanas, como si el cielo mismo aprobara sus planes. Desde la habitación contigua, se escuchó un leve suspiro: el hijo menor, observando desde la penumbra, sintiendo algo que ni él podía entender del todo. Un fuego distinto al odio que los Velour cultivaban contra los Blackburn… algo prohibido, peligroso, y que crecería hasta consumirlo todo.
Los Velour seguían hablando de estrategias, alianzas y amenazas, sin darse cuenta de que la semilla de la obsesión ya había germinado.
???
─ ¿La familia Blackburn otra vez? — susurró la voz desde las sombras, cargada de desprecio, mientras sus ojos rodaban con fastidio. — ¿Qué tienen de especial para tanto alboroto? Siempre la misma historia… un verdadero tormento. ─
Sus ojos permanecían fijos en la puerta, siguiendo cada movimiento de Vittoria y Zayden mientras hablaban. No tenía la intención de escuchar, pero el aburrimiento le pesaba como una sombra, y la idea de husmear en conversaciones ajenas le resultaba, de algún modo, entretenida… un pequeño juego prohibido que prometía diversión.
???
─ Familia Blackburn por aquí, familia Blackburn por allá… siempre las mismas reglas, siempre el mismo fastidio — murmuró, con voz cargada de desdén. — Parece que el mundo no puede dejar de girar a su alrededor, y yo… yo tengo que soportarlo, día tras día, escuchando sus nombres como si fueran malditas campanas.
Lilith Velour - D.P
─ Entonces deja de ser metiche, hermanito — dijo, apareciendo desde atrás con una mezcla de reproche y diversión. — No es educado andar escuchando las conversaciones de nuestros padres, Zadkiel. ─
El susto lo sacudió por completo. Zadkiel se volteó de golpe, los ojos abiertos con una mezcla de sorpresa y frustración que parecía chispear en la penumbra de los pasillos. Su respiración se agitaba, los puños se tensaban involuntariamente, y cada músculo de su cuerpo parecía listo para estallar.
Zadkiel Velour - E.D.P
─ ¡Estúpida loca! — exclamó, dejando que la rabia y el desconcierto se mezclaran en su voz. — ¡Me asustaste! ¿Acaso no sabes cómo aparecértelas así, de repente, como si nada? — Su mirada lo decía todo: irritación, incredulidad… y sorpresa.
El silencio que siguió estaba cargado, pesado, casi eléctrico. Cada palabra parecía resonar en los pasillos, mientras la lluvia seguía golpeando los ventanales, como si el mundo entero acompañara la tensión que se respiraba entre ellos.
Lilith Velour - D.P
─ ¿Y qué? — replicó ella con una sonrisa traviesa, apoyando la espalda contra la pared. — Tal vez me gusta verte así… tan vulnerable y sorprendido. ─
Zadkiel Velour - E.D.P
─ Eres imposible… — susurró, dejando que la frustración se mezclara con un atisbo de interés que no quería admitir. — Siempre tienes que provocar, ¿verdad? ─
Lilith Velour - D.P
─ Tal vez sí… — dijo, acercándose un paso, con una chispa de diversión en la mirada. — Pero alguien tiene que mantenerte alerta, ¿no creés? ─
Zadkiel Velour - E.D.P
─ ¡Eres insoportable! — exclamó, dando un paso atrás para marcar distancia. — Siempre buscando molestarme… y sabes que eso no cambia nada. ─
Lilith Velour - D.P
─ Voy a decírselo a nuestros padres — advirtió, con una sonrisa traviesa. — Que sepan que estás espiando sus conversaciones. ─
Zadkiel Velour - E.D.P
─ ¡Imposible! — exclamó, cruzando los brazos y arqueando una ceja. — No me importa lo que digan, pero no creas que te vas a salir con la tuya tan fácilmente. ─
Lilith Velour - D.P
─ Hagamos un trato... — dijo, con una sonrisa maliciosa. ─ Tú me das tu auto nuevo y yo no le cuento nada a nuestros padres. ─
Zadkiel Velour - E.D.P
─ ¡Ni lo sueñes! — exclamó, cruzando los brazos y frunciendo el ceño. — ¿Crees que voy a regalarte mi auto solo para que no hables? ─
Lilith Velour - D.P
─ Vaya, vaya… — dijo con una sonrisa pícara, apoyando las manos en la cintura. — Entonces tendré que idear algo mejor para conseguirlo. ─
Zadkiel Velour - E.D.P
─ ¡Ja! — exclamó, arqueando una ceja. — Buena suerte intentando, porque no será tan fácil como crees. ─
Con esa última frase, se dio la vuelta con una elegancia despreocupada, dejando que su capa rozara suavemente los mármoles de los pasillos. Cada paso estaba medido, casi desafiante, mientras la sonrisa burlona que jugaba en sus labios parecía retar a Lilith a hacer algo al respecto. La luz tenue de los candelabros dibujaba sombras alargadas a su alrededor, haciendo que su figura se moviera como una silueta imposible de alcanzar.
Lilith se quedó quieta en medio de los pasillos, los puños apretados y los labios temblando de frustración. Bufó, irritada, sintiendo cómo la rabia se mezclaba con el asco de no poder responder de inmediato. Su mirada seguía cada movimiento de su hermano, fija, calculadora, mientras la sensación de derrota temporal le quemaba en el pecho. Aún así, había algo en su forma de caminar, en esa sonrisa burlona… algo que la desafiaba y la irritaba a partes iguales. La tensión en el aire parecía casi tangible, como si los propios pasillos respiraran con ellos, cómplices silenciosos de la eterna rivalidad entre ambos.
Lilith Velour - D.P
─ Mocoso… debería mostrarme algo de respeto, que soy mayor. ─ susurró, cruzándose de brazos y empezando a caminar.
La noche se abatió sobre la mansión Velour, tiñendo los muros y los jardines con sombras profundas. Dentro del comedor, todos estaban reunidos alrededor de la gran y elegante mesa de caoba, reluciente bajo la luz de los candelabros. Cada miembro de la familia mostraba una expresión distinta: Zayden y Vittoria, serenos y calculadores, con la compostura impecable de quienes siempre controlan la situación; Lilith, con el ceño fruncido y un brillo de desafío en los ojos; Zadkiel, impaciente y curioso; y los demás, observando en silencio, midiendo cada gesto ajeno.
La luz cálida iluminaba la superficie pulida de la mesa, reflejando copas y cubiertos como testigos silenciosos de la tensión que flotaba en el aire. Cada sombra proyectada parecía intensificar la atmósfera cargada, mientras la familia se sumergía en una velada que prometía más que simples palabras: secretos, planes y rencores ocultos se entrelazaban silenciosamente entre ellos.
En ese momento, el mayor de los hermanos, Sam, interrumpió la conversación, su voz firme y segura cortando el murmullo de la mesa como un filo invisible.
Sam Velour - D.P
─ ¿A qué viene esto? — preguntó, frunciendo el ceño. — ¿Por qué tanto silencio de repente? ─
Zadkiel Velour - E.D.P
─ Sí, ¿por qué tanto silencio? — dijo, arqueando una ceja con ironía. ─ ¿Acaso alguien murió? ─
Los ojos de Vittoria recorrieron a Zadkiel con intensidad, el ceño fruncido marcando su desaprobación.
Vittoria Blackwood - Velour - A.P
─ Cállate — ordenó, con voz fría y firme.
Tras esas palabras, un silencio pesado se apoderó del comedor, como si el aire mismo contuviera la respiración. Finalmente, Zayden rompió el mutismo:
Zayden Velour - E.P
─ Como saben, somos enemigos de la familia Blackburn y… — hizo una pausa calculada, dejando que cada palabra calara en la mente de los presentes. — muy pronto habrá una fiesta en la ciudad de Rusia. ─
Antes de que pudiera continuar, Vittoria lo interrumpió, con la autoridad y determinación que siempre la caracterizaba:
Vittoria Blackwood - Velour - A.P
─ Sin más rodeos, estamos invitados especiales a esa velada — dijo, con una expresión seria y controlada. — Y secuestraremos al hijo mayor. ─
Un escalofrío recorrió la mesa; incluso los más jóvenes comprendieron la gravedad de la declaración. La atmósfera se cargó de tensión, mientras las sombras de la noche parecían acercarse, como cómplices silenciosos de un plan tan audaz como peligroso.
Alec Velour - A.R
─ ¿Es una broma? — preguntó, con el ceño fruncido y la voz cargada de incredulidad
Lilith Velour - D.P
─ ¿Secuestrar al hijo mayor? — murmuró, con los ojos abiertos por la incredulidad y la voz temblorosa. — Eso es imposible… ─
Vittoria Blackwood - Velour - A.P
─ Lo sé — respondió con calma, dejando que cada palabra pesara en el aire. ─ Pero somos Velour; para nosotros, nada es imposible. ─
El silencio volvió a apoderarse del comedor, pesado y absoluto, como si las paredes mismas contuvieran la respiración. Todos reflexionaban sobre las palabras de sus padres, cada gesto revelando sus pensamientos ocultos. El único que parecía plenamente de acuerdo era Zadkiel, fiel seguidor de los planes de sus progenitores, siempre dispuesto a alinearse con sus decisiones sin cuestionarlas. Esa lealtad, casi inquebrantable, le había ganado no solo el respeto, sino también el afecto y la admiración de Zayden y Vittoria, un reconocimiento que no pasaba desapercibido entre sus hermanos.
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━ 𝗙𝗜𝗡 𝗗𝗘𝗟 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢
GRACIAS POR LEER...
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