CAPÍTULO 5

El grupo de humanos veían desde los aires el paisaje, hectáreas de arboleda interminable, un clima neutro, sin tanto calor ni tanto frío. A lo lejos vieron un enorme castillo con un jardín enorme, donde varias individuos caminaban, otras estaban agrupadas y en entrenamiento. El ave aterrizó a puertas del castillo y los jóvenes salieron de su calabozo con ayuda de Kai.

Tayue: Vengan humanos, síganos.

Todos entraron al castillo por una enorme puerta de madera de ancho grosor. Los pasillos tenían piso marmolado color gris claro y las paredes lisas de color hueso, los chicos estaban maravillados, alzando la vista y volteando hacia todas partes.

Karimen: Es enorme este lugar, ¿aquí viven?

Kai: Así es, es nuestro hogar, aquí crecimos, entrenamos, incluso ustedes vivirán aquí.

Tafy: ¡¿En serio?!

Shun: Aún no sabemos qué hacer con ustedes, así que no se ilusionen.

Tayue: Silencio, ya casi llegamos.

El grupo se detuvo ante unas puertas blancas, las cuales se abrió el pelinegro y llegaron a un gran salón que tenía gran altura.

…: Bienvenidos, mortales.

Un hombre con barba de candado, piel bronceada, cabello largo color rojo lava y ojos color ámbar/verdoso los recibió con una sonrisa delicada.

Hank: Mi nombre es Hank, y soy el responsable de este lugar.

Kenta dio un paso adelante para que fuera notado.

Kenta: Señor, quisiera que nos aclarara algunas dudas que tenemos desde que llegamos aquí.

-Qué pantalones los tuyos para hablar a la primera… - pensó Mako.

Hank: De acuerdo, creo que se lo debemos, si estuviéramos en su misma situación, también apelaríamos por una explicación.

El cabellos lava se sentó en una silla, los otros tipos de alas blancas volaron hacia un balcón y se integraron con otros individuos, ocultando sus alas.

Hank: ¿Qué dudas tienen?

Amei: ¿En qué lugar de la Tierra estamos?

Un signo de interrogación salió del ojos ámbar/verdoso.

Hank: ¿Tierra? No estamos en su mundo, si es a lo que te refieres… ¡ustedes están en otro mundo, con otra especie!

Los seis humanos abrieron más los ojos.

Fumiko: ¡¿Eh?! ¡Pero, ¿cómo es que llegamos aquí?!

Hank: Nosotros no tenemos idea, es la segunda vez que pasa.

Mako: ¿Quiere decir que hay más como nosotros aquí?

Hank: No, solo que, hace tiempo atrás, llegó un humano…

Kenta: ¿Era una mujer?

Todos voltearon a verlo con impresión, Hank parpadeó dos veces y luego asintió.

Hank: Así es, era una mujer.

Kenta bajó un poco la mirada.

Tafy: ¿Qué harán con nosotros?

Hank: Les daremos hospedaje, podrán dormir cómodamente, asearse y comer, incluso les enseñaremos el lugar hasta que encontremos cómo regresarlos a su mundo.

Kenta: ¡¿Qué hay de Shin?!

Hank: ¿Shin? ¡¿Ella está aquí?!

Karimen: Si, se quedó afuera.

Los que estaban en el balcón voltearon a verse.

Hank: Ella cumplirá la tradición del cortejo.

Kenta: ¿Podría explicar mejor esa parte?

Natku: Yo lo explicaré.

El ojos verdes saltó desde el balcón, aterrizando de pie y acercándose a Hank.

Natku: Aquí sólo han nacido varones, que son criados con entrenamiento y cultura. Cada cierto período nuestro mundo elige a una mujer del mundo humano para que sea... Amm... madre, en su idioma. En esta ocasión es Shin, para que sea progenitora de una nueva generación.

Mako: ¿M-madre?

Natku: Así es. Cuando es periodo de cortejo, una humana aparece aquí y siempre son la reencarnación de la anterior, pero un día algo salió mal. De la nada apareció una niña, que era la reencarnación de la antigua madre.

Kenta: Shin, ¿verdad?

Natku asintió.

Natku: Si, ella ya había estado aquí.

Karimen: Por eso sabía dónde encontrar un techo, comida, agua...

Natku: Pero no recuerda que haya estado aquí, era muy pequeña en ese entonces, no nos imaginamos que la reencarnación había tardado en nacer en el mundo humano, así que, por inercia, ella apareció a esa edad.

Fumiko: Entonces, si ella apareció automáticamente aquí en ese tiempo, lo más seguro es que se haya vuelto a repetir el caso ahora…

Natku: Tal vez…

Tafy: Entonces hay que preguntarle cómo regresó la última vez…

Natku: Eso es imposible. Según mi teoría, ella pudo volver a su mundo porque no podíamos tocar a una niña y este mundo la envió de vuelta. Ahora que es fértil, este mundo ya no la dejará volver al mundo humano.

Los humanos se desanimaron

Amei: E-entonces… estamos atrapados aquí…

Natku: Veremos la forma de ayudarlos a regresar, pero sin la chica, ella se queda con nosotros.

Fumiko: Disculpe la pregunta, pero... ¿cada uno de ustedes tendrá que... engendrar con Shin un varón?

-Qué pregunta tan fuerte - pensaron sus amigos.

Natku: Si, será la mujer de todos.

-¡Qué locura! - pensó Kenta.

Mako: Y, ¿en qué consiste el cortejo?

Tafy volteó a verlo con un poco de desagrado.

Natku: Primero la mujer es traída a este mundo y luego a ubicamos. El siguiente paso es que mis hermanos y yo tendremos una batalla con la chica; es decir, los elegidos la buscarán allá afuera para atraparla, por instinto ella no cederá tan fácil, así que, en una lucha, se decidirá quién será el afortunado de poder obtener un primogénito.

Kenta: ¿Cuántos peleadores son?

Natku: Diez

Mako: ¿No es abusivo diez contra una?

Natku: Los diez no pelearán juntos contra ella, será combate de uno a uno.

Karimen: Un hombre no debe golpear a una mujer.

Natku: Mmm... Solo viendo una prueba verás de lo que hablo.

Mako: Luego de que se logre el cortejo, ¿qué pasa?

Natku: La chica será completamente fiel a nosotros, sobre todo al primero que logre desvirgarla.

Eso alarmó un poco a los humanos.

Hank: Bien, maestros, ¡reúnanse!

Varios hombres bajaron, incluidos los que habían escoltado a los humanos.

Hank: En dos días comenzará la cacería de la humana elegida, vayan preparando sus terrenos para que se lleve a cabo el ritual, ¡y que el mejor disfrute del goce con la chica!

Los maestros inclinaron la cabeza en señal de agradecimiento, sacaron sus alas y salieron disparados por el domo del salón, ansiosos por tener a Shindra con ellos. Al día siguiente, la morena despertó dentro del refugio y observó a su alrededor, la fruta que antes habían almacenado yacía regada por el piso, la corteza estaba quebrada y muchas flores se habían caído, todo producto del choque que había sufrido, -espero no encontrarme jamás a ese tal Natku… - pensó la chica. Se levantó y salió al exterior, caminó hasta el lago y mojó su cara, se quitó la blusa y miró su cuerpo.

Todas las heridas abiertas estaban completamente cerradas, los golpes habían bajado de tono y los rasguños ya no estaban, - pero ¿cómo...? -, se sorprendió la chica, quien se sintió un poco mareada y cansada por haber llorado el día anterior. Tras un rato de calmarse, se levantó y caminó rumbo al refugio, ahora tenía que pensar en cómo volverse a reunir con sus amigos y protegerse de los tipos que la acechaban, sobre todo del ojos verdes, quien la conocía muy bien y sabía cada movimiento que hacía.

No había tiempo que perder, debía estar en forma para que cuando la atacasen. Al día siguiente Shindra ya se había recuperado por completo, se alimentó bien y tuvo un descanso placentero la noche anterior - sé que son mucho más fuertes que yo, pero daré lo mejor de mí - pensó la joven de cabello castaño. La chica salió del refugio y caminó. El día tenía un silencio sospechoso, lo que la hacía sentir nerviosa y estar alerta en todo momento. Desde lejos, alguien se deslizó rápidamente entre las hojas, - ¿será Natku? - dijo para sí misma, sintió la presencia demasiado cerca y comenzó a correr. Más adelante había un río con un puente de madera que conectaba con un terreno rocoso, libre de árboles; su idea era correr hasta allá para que él no tuviera la ventaja de poder esconderse, pero antes de salir de la maleza, una sombra le cerró el camino rápidamente, sonriéndole.

Issei: ¡Buenos días, Shin!

El albino la empujó hasta las enormes raíces de un árbol, siendo el primero en atraparla. El joven la inmovilizó sujetando sus muñecas con una mano, con la otra mano tapó su boca y luego se recargó sobre ella. Shin fue atrapada de inmediato por esos ojos amatistas tan finos que se asomaban a través de ese cabello blanco largo y suelto.

Issei: Es una suerte haberte encontrado primero. Por favor, no dejes de mirarme.

El alas blancas cercó más su mirada hasta quedar pegado a la frente de ella, usando su habilidad de la hipnosis y demostrando que sus ojos eran su arma, mientras más cercas, mejor es el resultado. Quitó lentamente su mano de la boca de la humana y de sus muñecas, la chica no hizo ningún movimiento de defensa, solo se quedó paralizada sin pestañar, mientras miraba a Issei. Él aprovechó y la besó sin cerrar los ojos, ella accedió al beso, era como un títere sin alma. Dentro del castillo, los humanos estaban dentro de una gran alcoba limpia, se habían cambiado de ropa por una más ligera, blanca y fresca, se abrió la puerta y entró un joven ayudante arquero.

Ayudante - Ar: El gran maestro Hank los llama.

El ayudante los guio y se dirigieron al gran salón donde estaba Hank con dos ayudantes más.

Hank: Tomen asiento, humanos. Hoy es el día del rito y queremos mostrarles un poco de nuestras tradiciones.

Ellos tomaron un lugar en las sillas del salón, adelante había una especie de holograma no computarizada, como si fuera el ojo y la mente de alguien quién vigila de cerca lo que pasa afuera en la arboleda. Allí se mostró a Shin caminando entre los árboles, cuando volteó rápidamente hacia un lado y una silueta la obligó a correr, sin embargo, fue atrapada y azotada contra unas raíces.

Hank: El primero fue Issei, no esperaba menos del mejor corredor.

Issei se acercó a Shindra y la besó, ella imitó sus movimientos sin poner resistencia, la recostó suavemente para poder acomodarse mejor sin dejar de mover sus labios, pero pronto Kenta se levantó irritado.

Kenta: ¡Oigan! ¡¿Vamos a ver una película porn* o qué?!

Hank: ¿Una película porn*? ¿Qué es eso?

Mako tomó del brazo a Kenta con cierta vergüenza.

Mako: Kenta, siéntate. No podemos hacer nada, ella está afuera, nosotros encerrados.

El ojos paja volvió a sentarse.

Hank: Ustedes querían ver de qué se trataba el cortejo, ¿no?

Fumiko: Creo que ya nos quedó muy claro, n-no es necesario mostrar detalles...

Hank: Está bien. Llévalos de nuevo a su habitación.

Ayudante - Ar: Sí, gran maestro.

Por su parte, en la arboleda, Issei enredó sus dedos en el cabello de Shin mientras continuaba besándola. Ella no tenía control de su cuerpo, como si la mente del albino estuviera dentro de su cabeza. La castaña deslizó sus manos tambaleantes sobre la camisa del joven y se detuvieron en la cintura para después abrazarlo y estar más juntos, - ¡¿que estoy haciendo?! - pensó la joven alarmada, - no quiero hacer esto, pero no puedo evitarlo, ¡tengo que salir de esta locura...! -.

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