Atada A Un Alpha

Talia no sabía por dónde comenzar a explicar la situación, pero no quería mentir, así que decidió decir la verdad.

-          Pues, primero quiero darte las gracias por tu ayuda en la mañana – le dice nuevamente – no sé qué habría hecho si llegabas a decirme que no – sonríe – además de hacer el completo ridículo – dice riendo

-          No te estaba siguiendo ningún juego – le dice viéndola – yo te hice una propuesta y te dije que siempre estaría abierta para cuando cambiaras de parecer – le dice.

-          Bu..bueno, como le decía – las mirada del hombre lograba ponerla nerviosa – en la mañana yo me encontraba enfrentando una situación de chismes – le dice continuando con la explicación.

-          ¿Qué clase de chisme hizo que tomara esa decisión? – le pregunta

-          Afirmaban mis sentimientos hacia un hombre comprometido – le dice sin reparar en detalles.

-          ¿y no es así? – le pregunta curioso, aunque en realidad no le importaba mucho.

-          El punto es que, para salir de esa situación –le dice obviando su pregunta – yo mentí acerca de tener una pareja, mi palabra estaba siendo cuestionada cuando usted apareció, y acepté el compromiso, solo para asentar mis mentiras – le dice de forma sincera – lamento mucho haberlo utilizado para algo tan estúpido – le dice agachando la mirada.

-          No me molesta en lo más mínimo – le dice relajado – entiendo que, en el mundo de las mujeres, los malos entendidos, las traiciones y el chisme es su pan de cada día – le dice – hablar a las espaldas unas de otras y crear posiciones jerárquicas de forma mental es normal en su ámbito social – sonríe – es bueno que te haya servido de algo mi ayuda – llegan los meseros con la comida.

-          ¿no cree que su comentario fue un poco machista? – le dice

-          Mmmm, podría verse de ese modo – le dice – pero tu viviste esa experiencia el día de hoy, ¿no es así? – la mira – entonces dadas las circunstancias que te arrojaron a mentir, ¿no crees que tengo razón con mi análisis? – Sin duda el hombre tenía un punto a su favor que Talia no podía refutar – bueno, como sea – dice obviando el tema - ¿Cuándo comenzaremos los preparativos para la boda? – le pregunta de forma casual.

-          ¿Qué? – le dice sorprendida, ya le había explicado que lo de la boda fue solo para evitar una humillación, era ilógico pensar en matrimonio bajo esos parámetros – ¿no escucho lo que le dije hace un momento? – le dice

-          Sí, claro que te escuche perfectamente – le dice – pero no puedes esperar a que nos retractemos de casarnos cuando ya toda la empresa lo sabe, además del hecho de que seguramente los medios ya deben de estar enterados de esto, tenlo por seguro - ¿con quién creía ella que había hecho esa escena?, él no era un don nadie a quien a los medios no les interesaba su vida, al contrario, el que una mujer allá logrado convencerlo de casarse era una bomba que reventaría dentro de muy poco tiempo.

-          ¡Oh, por Dios! – dice al percatarse de lo que había hecho, en aquel momento no pensó detenidamente las cosas – lo siento mucho, no sabía que lo estaba comprometiendo hasta tal grado – se sentía como una completa tonta al actuar de tal manera sin pensar.

-          Ya le dije que no es algo que me importe – le dice – de todas formas, fui yo quien se lo propuso en primera estancia – le dice mirándola a los ojos – Talia, quiero que me mire directamente y me escuche atentamente – le dice, la mujer levanta la mirada y lo observa – bien, primero que nada, quiero que sepa que, aunque soy muy conocido por tener incontables parejas, no soy de los que propone matrimonio – le dice – si fuera ese mi caso ya tuviera una fila enorme de ex – esposas, ahora dicho esto, también le diré que nunca he sido un tipo tan irresponsable como para marcar a un Omega, convirtiéndola a usted en la primera y única con la que lo he hecho, por tal razón me veo en la obligación de hacerme responsable de mis actos y por lo cual le he pedido matrimonio – le explica – no le mentiré diciéndole que la amo porque sería engañarla de la forma más cruel, tampoco le aseguro que llegue a hacerlo porque para mí es casi un imposible – le dice de forma seria – pero sí le puedo prometer que la protegeré de todo lo que le pueda hacer daño y no me importa que me utilice como le plazca, ya sea mi dinero o el poder de mi apellido. Así que ya le puse todas las cartas sobre la mesa – la observa.

-          Entonces, en pocas palabras – le dice Talia reflexionando todo lo que el hombre le acababa de decir – usted me está diciendo que ya no hay marcha hacia atrás, nos debemos casar porque ya lo anunciamos de forma indirecta, pero que si lo hacemos usted me puede brindar protección y estabilidad económica – le dice – además del hecho de que no podría esperar un sentimiento de amor de su parte ya que es algo que no está dispuesto a experimentar, ¿es así? – le dice seria. Para Talia, la propuesta de Maximiliano no era más que un simple aviso de una vida llena de lujos, pero carente de amor, algo que para ella era vacío.

-          Si, exactamente – le dice mirándola - no quería, mentirle y hablarle de cosas que no puedo darle, mejor hablemos de lo que sí puedo hacer por usted – le dice – además, dada la situación en la que se encuentra en este momento, creo que el tenerme cerca es lo más conveniente para usted.

-          Y, ¿Qué hay de su promiscuidad? – le dice Talia.

-          ¿Qué hay sobre eso? – le pregunta

-          Quiero saber si seguirá haciéndolo con otras mujeres luego de que estemos casados – le dice sin tapujos, él estaba siendo sincero así que ella también lo seria en cuanto a las irregularidades que el hombre posee.

-          Mmmm, pues siendo honesto no puedo prometerle fidelidad absoluta – le dice de forma sincera – pero, si puedo asegurarle completa discreción y que su lugar como mi esposa no será ocupado por ninguna otra mujer, no seré visto en algún sitio del brazo de otra que no sea usted – Talia suspira mientras piensa en todas las cosas que el hombre le decía, aunque tampoco era que le importara el hecho de que él viera a otras mujeres, además le aseguraba mantener todo ese asunto bajo perfil.

-          Bien – le dice viéndolo fijamente – si usted puede asegurarme que no me veré envuelta en algún conflicto por sus amoríos, podemos hacer esto – de todas formas, ¿Qué otra opción tenia?

-          Excelente – le dice sonriendo – entonces, comencemos con los preparativos.