LA VENGANZA

Alexander Santoro - La voz de un hombre hizo que el mencionado detuviera sus pasos por ende también Amara, ya que estaban tomados de las manos.

- Sebastián Navarro- Expresó en modo de saludo Alexander.

- Así que son ciertos los rumores de que estás retomando de manera formal tu vida amorosa.

- No veo en qué aspecto de tu vida eso te afecté - Alex estaba fastidiado.

- En ningún aspecto - La mirada del hombre se dirigió a Amara y en cuestión de segundos su manera de mirar había cambiado completamente.

- Sebastián si eres consciente de lo que te conviene, te recomiendo que quites tus ojos de mi mujer.

- Hermosa dama - Sebastián no se había inmutado ante las palabras de Alex y dirigió toda su atención a Amara - Sebastián Navarro uno de los tantos socios de su acompañante- El hombre extendió las manos en modo de Saludó para Amara.

- Él gustó es mío, Amara Santoro - en unas palabras Amara había cortado con todas las intenciones de Sebastián, ya que en su mirada era evidente la lujuria además de eso la mano que extendió Amara fue del lado en dónde reposaba el anillo de La Mafia que dejaba en claro a quién le pertenecía.

-Por lo visto ya has firmado tu sentencia de muerte- Se burló Sebastián, aunque Amara sabía que las palabras del hombre era verdad esta noche no quería preocuparse por aquello.

- Tres segundos y piérdete de mi vista - Espetó enojado Alexander, la única respuesta que recibió de parte de Sebastián fue una pequeña sonrisa, así que la pareja decidió ignorarlo y continuar con su camino.

No importa con quién estés, Alexander, ella también está condenada a morir cómo ella, no serás capaz de protegerla de la misma manera que no fuiste capaz de proteger a Julia - Pronunciar aquellas palabras fue detonar la furia de Alexander Santoro.

- El hombre se dio nuevamente la vuelta y sin previo aviso estampó los puños en el rostro de Sebastián Navarro - No estás calificado para mencionar ni siquiera su nombre.

-Y tú tampoco estuviste calificado para proteger al amor de tu vida, ya decía yo que no ibas a guardar luto eternamente por ella - Sebastián volvió a responder aunque tuviera los labios ensangrentados debido al fuerte golpe que recibió. Y cuándo Alex nuevamente estaba por golpearlo los guardaespaldas lo impidieron, ya a esas alturas todos les estaba prestando atención.

- Mientras que Amara lo único que podía hacer era quedarse en su sitió analizando las palabras de Sebastián y el nombre de Julia Montero dando vueltas en su cabeza.

- Saben lo que tienen que hacer con el - Ordenó Alexander a sus hombres, observando cómo se llevaban a Sebastián.

- Ninguno de los presentes sé ánimo a intervenir todos sabían que si Alexander Santoro daba una orden nadie podía ir en contra de aquella orden.

- ¿Qué le van a hacer? - Preguntó Amara temerosa.

- No tiene nada que ver contigo - Respondió Alexander yéndose hasta el centro Vip con Amara siguiendo sus pasos, la mujer ya era consciente de que del hombre no conseguiría ninguna respuesta así que ella tendrá que averiguarlo por ella misma, y lo primero que debía almorzar a averiguar quién era Julia Montero en la vida de Alexander Santoro.

- Luego del pequeño inconveniente el encuentro había transcurrido tranquilamente hasta que llegaron la Familia Mendoza, los ojos de Amara brillaron al ver a Alicia Lynch y a su hermana Lorena - Bájale a tus hormonas sentimentales- la escalofriante voz de Alexander en el oído de la mujer hizo que todas sus emociones y el deseo de abrazar a su madre y a su hermana disminuyera. Pero para tranquilidad de Amara la madre y la hermana si acercó a ella.

- Buenas noches, señor Santoro- Saludó cordialmente Alicia.

-Buenas noches señora Mendoza - Alexander en ese preciso momento se había puesto de pie - Me imaginó que quiere compartir un momento con su hija, voy a hablar de negocios en un momento vuelvo, cuando Alexander se despidió de un beso fugaz de Amara había quedado grabado ante la vista de todos, y el amor en la mirada fingida del hombre derritió de la misma manera que encendió los celos de las mujeres presentes.

- Así cómo también la familia Montalvo no disimuló su desagrado de tal acto.

- Cariño ¿Cómo te sientes? - La voz de Alicia era tan baja y las ganas de acariciar el rostro de su pequeña Amara fue más fuerte que cualquier cosa.

- ¡Mamá! Cómo quieres que me sienta son los 4 días de mi vida más difíciles diría yo, lejos de ti, de Araceli - Ambas hermanas se habían agarrado de las manos. A lo lejos los ojos azules de Alex observaba a las mujeres y con señas le indicó a una de las camareras que actúan de encubierto para él, la mujer ya sabía lo que significaba aquella seña, que se acercará a la mesa en dónde se encontraba Amara con su familia.

- Aunque lo único bueno de esto es que creo que me dejará volver a la Universidad- Amara tenía cierta ilusión en su voz.

- Ojalá te deje volver tu tienes una gran capacidad para ser Doctora, además romperías las tradiciones, la mujer del Mafioso a la Universidad.

- Niñas no digan estupideces - Alicia dejó ver una sonrisa ante las ocurrencias de sus hijas.

- Muy buenas noches esperó que estén disfrutando de la noche - La voz de Carlos Brown se escuchaba a través del micrófono, Alicia y Araceli se habían despedido de Amara y volvieron junto a Blas, aquel hombre que ni siquiera vino a saludar a su hija, Alex también ya había vuelto a tomar posición al lado de Amara.

- Alexander- Saludó un hombre logrando que Alex se pusiera de pie.

- Carlos - Expresó Alexander extendiendo la mano en modo de saludo - Siempre es un placer verte déjame presentarte a mi esposa.

- Cariño, el es mi socio más importante junto con la Familia Muller, el es Carlos Brown y ella su señora esposa Nidia Brown y señores ella es Amara Santoro mi esposa - La manera en la que Alexander habló envió escalofríos a Amara, el contacto tan suave de las manos del hombre en sus brazos se sentía satisfactorio para la mujer.

- Querida, eres preciosa digna de ser esposa de mi muchacho - Nidia tenía una hermosa sonrisa  y se notaba el cariño que le tenía a Alexander.

- Gracias- Respondió Amara un poco avergonzada.

- Bueno, ya lo ha dicho mi esposa es hermosa, así que Alex, te espero el miércoles para una cena entre los 4 de carácter privada- Alexander sonreía orgulloso lograr la aprobación de estas dos personas era muy importante para el, solamente el Mafioso sabía de sus verdaderas razones del por qué consideraba importante la opinión de Carlos Brown y Nidia Brown.

- Luego de una horas más las luces se habían apagado dando inicio a una fiesta, estos encuentros eran característicos en el mundo del mercado negro.

¿Quieres bailar? Susurro Alexander al oído de Amara, las manos del hombre se habían posado en la cintura de la mujer, logrando que Amara sintiera una corriente eléctrica recorre su cuerpo con aquel contacto.

- Estás herido - respondió la mujer aunque por instinto se mordió el labio inferior, Alexander Santoro era demasiado guapo, coqueto, encantador e irresistible, y justo en ese momento había sonado una canción bastante romántica, Alexander agarró de las manos a Amara y la llevo al centro de la pista, en dónde sonaba la canción Amarte por mil años más.

- Mientras la pareja se movía al compás de la canción, sus miradas se habían encontrado, sus respiraciones se hacían difíciles y aunque para Alex solo era un acto fingido no pudo evitar perderse ante el encantó de la dulce mirada de Amara, todos aplaudían a la pareja que bailaban y demostraban lo enamorados que estaban.

- La canción había terminado, y en ese preciso momento los labios de Alexander se unieron con los labios de Amara un beso tierno, que llegó a profundizarse hasta que todos en el salón aplaudieron.

Aquel beso detonó la confusión de la Familia Mendoza, la algarabía de otros, el enojo de la Familia Montalvo y la desesperación de una mujer que se hacía paso hacía el centro de la pista, una mujer elegante que tenía un antifaz que cubría su rostro se acercaba a pasos seguros hasta dónde se encontraban Alexander y Amara.

- Bravo señor Santoro es un buen besador- Expresó la mujer, Alexander se había quedado sorprendido ante las palabras de la recién llegada, mientras la observaba seriamente.

- ¿Me permite bailar una pieza con usted? No hacía falta ser inteligente para descubrir que la mujer estaba celosa y que su única intención era hacer sentir mal a Amara.

- Lamentó denegar su solicitud señorita, pero estoy casado y  ninguna mujer aparte de mi esposa está calificada para bailar conmigo - A pesar de que la presencia de la mujer generaba cierta curiosidad en Alexander todos eran conscientes de que al hombre no se le acercaba cualquiera.

- No creo que a la señora Santoro le moleste que su marido baile conmigo - La misteriosa mujer se les había acercado, ya a esas alturas todos les estaba prestando atención.

- Por supuesto que no me molesta que mi marido baile con usted, si al terminar el baile seguirá siendo mi marido - La respuesta de Amara Mendoza hizo que un jadeo colectivo se escuchará en el salón, y la siguiente acción de la mujer fue aún más sorprendente, Amara agarró una copa y la levantó hacía la misteriosa mujer - Puedes bailar con el, pero recuerda que yo soy la que tiene esto, el anillo brillante en el dedo anular.