La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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Un Juego
Solo era cuestión de impulso, pero nada fue lo que se creía ser.
Pero este se apartó de golpe haciéndome estremecer con la respiración agitada y mi corazón alebrestado.
»¡Maldicion!«
—¿Creíste que te iba a besar?—, Soltó una risita quisquillosa e irritante. —Ya lo hice y no me quedaron ganas de hacerlo una vez más—
Un jadeo me hizo reaccionar y es extraño sentir que estaba empezando a bullir en mi interior se transformó en furia.
Es un desgraciado infeliz, y yo de tonta y estúpida acabo de caer en su trampa, pero si lo que él quiere es jugar con fuego, que se prepare porque esta batalla la ganaré yo, me recompongo y tomo aire.
—Seré cortés contigo por solo está vez—, dije posando mi dedo en señal de advertencia en su pecho. —limítate, única y exclusivamente hablarme y acercarte a mí por trabajo, ¿Entendiste? Hace tantos años que olvidé que existías, no eres nadie, simplemente el imbécil con el que debo establecer una sociedad y no por voluntad propia—
—Me quedo claro—, dijo con una leve sonrisa burlona.
Lo empujé con fuerza para que saliera de la habitación y después cerré está de un golpe, ¡Joder! Cómo es posible que haya sido tan débil por un momento, no lo soporto, no tolero ni un segundo estar cerca de él. Su voz me irrita y su presencia me fastidia en demencia.
Su padre no debió pedirle que viniera a arruinar mis días, más cuando me costó tanto tener paz conmigo misma.
Me reincorporé y traté de mantener la calma y apaciguar mi rabia, era la anfitriona de este evento y no me va a permitir que ese desgraciado arruinara mi noche.
Respire profundamente y salí de la habitación, un momento después me encontré con Nathy quién me puso al tanto sobre todo los contactos recopilados.
Me quedé con ella verificando un rato que todo estuviera en orden para luego dirigirme con mis padres.
Me acerco al grupo donde están mis padres reunidos con los Cooper, y los saludo con una sonrisa.
—Señor Cooper, señora Cooper, ¿cómo están?—les pregunto, mientras les doy un beso en la mejilla.
El señor Cooper sonríe y me responde, —Estamos bien, gracias por preguntar. ¿Y tú, cómo estás después de esa presentación tan impresionante?—
La señora Cooper asiente con la cabeza y agrega, —Sí, fue increíble. Estoy tan orgullosa de ti—
Luego, me vuelvo hacia Damián y lo saludo con una sonrisa, a su lado estaba el, no le di la mayor importancia y de inmediatamente me dirijo hacia los Cooper.
—¿Han visto la subasta que están haciendo? Hay algunas cosas realmente interesantes—
—Sí, hemos visto algunas cosas interesantes. ¿Has visto ese cuadro que están subastando? Creo que podría ser una buena inversión—
—Me parece muy bien—, dije
las conversaciones entre nosotros fluyó de manera normal y así se fue avanzando la noche hasta que el evento llega a su final.
Ya la mayoría de invitados se han retirado, mis padres llegan a mí me dicen si ya estoy lista para irnos a lo que yo respondo que sí, me despido de Nathy y me voy con mis padres a nuestra casa
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Una vez ya de mi habitación me retiro los tacones sintiendo un gran alivio en mis pies, voy a mi armario me retiro el vestido y me coloco mi bata de dormir.
Tomo una toallita desmaquillante y empiezo a pasarla por mi rostro tratando de quitar todo el exceso de maquillaje de mmí en el mismo instante que los recuerdos llegando a mi mente.
Sigo sin entender cómo es que caí en sus redes nuevamente, luché por tantos años y sigo luchando aún, está hasta en mis pesadillas, pero cuando estaba tratando de guardar todos mis sentimientos él vuelve a aparecer abriendo el cofre y dejando escapar todos estos.
Suspiro dejando salir todo ese aire atorado que tenía dentro de mí, tendré más cuidado la próxima vez él es un hombre sucio y de baja calaña, no puedo permitir que algo así vuelva a suceder.
Y sin querer pensar más en él, me acuesto sobre mi cama cubriéndome con mi suave cobertor y dejando a un lado mis pensamientos, él ni siquiera merece estar en ellos simplemente cierro mis ojos y me dejó asumir por el cansancio.
Un nuevo día ha llegado y este se asoma por mi ventana, me estiro en la cama tratando de dejar escapar la pereza,
Cómo es costumbre en mí me levanto cepillo mis dientes hago mis necesidades fisiológicas, y voy directo a mi armario a colocarme ropa deportiva para ir una hora al gimnasio.
Este se encuentra en la parte trasera de la mansión, llego hasta allá y como soy la única que lo usa me pongo mis audífonos con mis canciones favoritas, y doy inicio a mis rutinas diarias de ejercicio.
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Una hora y media porque hoy me tardé un poco más salgo del gimnasio y voy directo a mi habitación para tomar una ducha para quitarme todo este sudor de encima.
Salgo de esta y como es costumbre, llegó a mi armario me aplico mis cremas corporales, para luego elegir una ropa sencilla para hoy, ya que no saldré de casa hasta la noche.
Me decido por un short de Jean con una blusa blanca por dentro y unos tenis, peino mi cabello en un moño no tan arreglado pero tampoco tan desaliñado, y así bajo a desayunar.
Llegar al comedor y ya están mis padres ahí, los saludamos con un beso la mejilla y tomo asiento en mi lugar empezando a servirme lo que deseo comer.
—Papá—, digo rompiendo el silencio y este levanta su cabeza para observarme. —Debiste decirme que ayer llegaría el hijo mayor del señor Cooper, y que él también estaba interesado en el puesto de presidencia—
—Lo lamento hija, pero no le vi el problema, ¿Ustedes no eran amigos?—
—Lo éramos papá, ya no lo somos y me molesta su presencia tan arrogante, solo ayer llegó y ya quiso imponer tantas cosas—
—No lo sabía hija, pero al igual que yo decido elegirte a ti como mi albacea, mi socio y amigo tiene todo el derecho de elegir a su hijo mayor—
—Ustedes eran amigos de niños, hija, traten de llevarse igual ahora—, dice mi madre.
—Hoy tenemos una cena con ellos, es un buen momento para empezar a volver a entablar esa amistad, al menos por el bien de la empresa y la amistad de ambas familias por tantas décadas—, Agrego mi padre.
Asiento con mi cabeza para no crear una discusión, ellos no saben nada de lo que pasó entre nosotros, ni la tensión que ahora vivimos.
Después de desayunar me despido de ella diciéndoles que tengo mucho trabajo por revisar, me despido de ellos y subo hacia mi habitación, tomo asiento es mi escritorio y empiezo a revisar los documentos que tenía pendiente.
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Las horas pasaron igual que el día, ya es hora de alistarme para ir a esa dichosa cena, cierro mi laptop y ordeno los documentos en mi escritorio.
Me levanto con algo de pereza y me voy directo al baño para alistarme...
