MENTIROSO AMOR

#LIANA

Paolo quedo con sus padres explicándoles como fue que dono su esperma, y termine siendo yo la madre de sus hijos, le deje esa tarea, no dije que fue parte de un engaño tan cruel, la verdad que si quería manipularme con su madre enferma para que tenga a su bebe a pesar de que quede ciega, no lo conseguirá, su madre ya tiene cuatro nietos que puede disfrutarlos si quiere conocerlos.

Por lo que vi no creo que aguante tanto tiempo hasta que nazca el bebe que no estoy segura si tenerlo, es muy complicado lo que tengo que evaluar, mi cuerpo no lo soportaria.

De un lado y del otro salgo perdiendo, si decido tenerlo, quedo ciega, sufro todas las complicaciones, con el riesgo de morir en el parto o antes, si no sigo debo operarme, sufrir lo que significa una operación de los ojos, la tensión me mata, la agonía de lo que pasa me destruye.

Me fui a buscar a mis niños al colegio y para sumar a mi desgracia me lo encuentro a Francisco.

-¿Qué haces aqui? Le pregunte molesta al verlo en su auto dormitando.

Se sobresaltó con mi presencia, salió de su vehículo, su pinta no es muy prolija, está de ropa deportiva y zapatillas, su cabello alborotado y con barba de varios días.

-Liana, solo quiero hablar contigo. Me dice con esa voz sumisa y ojos de cachorro herido.

-No tenemos nada que hablar. Le dije sería.

-Te extraño, extraño a los niños, los amo, por más que no sean propios, los siento como tales. Me dice.

-¿Estás borracho?... ¿Crees que te libraras de lo que debes pagar por tus mentiras?.

-Me equivoqué... Ahora que no te tengo me doy cuenta lo mucho que significas para mí...

-No quiero saber nada de ti, si hay algo que tratar con los abogados será...

-Liana... Te amo...

-Hay por favor... No significan nada esas palabras para ti...

-Sí... Sí significan y mucho... No tenerlos me destruye... Los amo... Sí me perdonas sere mejor...

-Como crees... Después de todo lo que hiciste... Por tu culpa debo operarme de los ojos... Por tu culpa puedo quedar ciega... No solo me engañaste con otra... Sino que te metiste con mi salud... Metiste a otro hombre en nuestras vidas... Confíe en ti... Y me traicionaste de esta manera tan cruel... No digas que me amas... Si amas no haces lo que hiciste... Solo velas por ti... Nunca nadie te importa más que tu propio bienestar.

-Entiendo que estés molesta... Aceptaré la culpa... Te esperaré...

-Deja de actuar como si fueras la víctima...

-Vas a estar con Paolo... Mantendrás el embarazo... Averigüe que si te operas lo pierdes... Pero si no puedes sufrir mucho...

-Deja de meterte en mi vida... No te importo en su momento cuando me dejabas por tus supuestos viajes o compromisos siendo que estaba embarazada y con dos bebes a cargo...

-Fui un idiota... Lo siento...

-Con decir eso no cura el daño que hiciste... No me importa lo que me hiciste a mí... Pero si me importa el daño que le haces a mis hijos con todo esto o como crees que les afectara...

"MAMÁ". Escucho a mis hijos en coro.

Enseguida se colocan a mi lado y miran serios a Francisco.

-Hijos...

Murmuro Francisco.

-No somos tus hijos... No te conocemos. Le dijo Teo molesto.

La cara de Franscisco quedo palida, sintio el rechazo de mis niños, que lo miraban con desaprobación

-Mamá no te preocupes... Nosotros estamos bien sin él. Me dijo Max.

Entre los cuatro me alejan de Francisco, se ve que los chicos superan mas rapido todo.

El peso del engaño y la traición lo llevo en silencio, no puedo flaquear ante mis hijos, disimulo sonreír, estar atenta a lo que me cuentan, pero el ánimo se me desvaneció, los miro tan bellos, tan grandes.

Los mensajes de los grupos escolares llegan, pero los ignoro.

Ya no participo de los grupos escolares, ya no soy la que impulsa a los demás padres para hacer las fiestas, organizar los disfraces, las reuniones, ya no me involucro, antes lo hacía con energía, al creer que mi vida era perfecta, al sentir que mi vida estaba en orden, pero ahora ya no lo siento así.

La traición y las mentiras de Francisco me destruyeron por dentro, ir descubriendo todo lo que me hizo, le hizo a la familia y a la confianza que se le tenía, son como puñaladas en el pecho.

-Empaquen sus cosas. Les deje encargado a mis niños, cuando llegamos a casa.

-¿Dónde vas, mamá? Me pregunta Lucio.

-Voy al súper... Conseguiré algo para almorzar. Le respondí.

-Puede ser pizza. Me dijo Teo.

-Mejor milanesa. Agrego Max.

-Ya veré...

Les respondi saliendo antes que me pidan algo más.

Voy como zombi, siento que nada me emociona, solo lo hago porque debo hacerlo. Venir al supermercado, lo hago porque mis niños deben comer, porque yo no tengo hambre.

Me detuve en el pasillo de congelados, del supermercado, con un carrito de compras lleno de productos frescos, los miro suspirando, evaluando si le llevo o no la pizza que me pidieron.

La luz fluorescente del techo iluminaba mi rostro sereno y mis ojos tranquilos, es la imagen que demuestro ante los demás, no dejo que sepan lo mal que me siento por dentro.

De repente, escuchó una voz detrás de mi, una voz chillona y me giro lento al presentir de quien se trataba.

"¿Disfrutando de tu vida perfecta, Liana?"

Y es sin dudas Silvia, con una mirada de ira y desesperación en su rostro. Su cabello estaba desordenado y sus ojos estaban hundidos, como si no hubiera dormido en días.

Esto era el colmo, parecia que se pusieron de acuerdo, Silvia y Francisco, para aparecer y arruinar mi dia. Pero no le daria el gusto de que note que me molesta.

-¿Qué quieres, Silvia?. Le preguntó, con una voz calmada, lo mas calmada que puedo.

Silvia se rió, con una risa amarga, se ve que le molestaba verme bien, menos mal vine arreglada.

-Quiero que sepas la verdad, Liana. Quiero que sepas que Francisco no te amaba. Te estaba engañando conmigo, hace años, no de ahora. Mientras estabas embarazada, estaba conmigo.

No se si era verdad o no, pero ya no me importa, de seguro lo dice para hacerme sentir mal.

Me encogi de hombros, con una mirada de desinterés.

-Ya lo sabía, Silvia. No me importa. Le respondi con calma.

Note que abrio los ojos muy grandes, con una mirada de shock en su rostro.

-¿No te importa? ¿Cómo puedes decir eso? Exclamo en un tono agudo y desesperado.

Suspire para poder responder con calma, con una sonrisa triste como sintiéndo pena por ella, sabia que ese gesto la molestaría más, porque buscaba provocarme, que me enoje, me sienta mal, y no causar lastima.

-Porque ya no siento nada por él, Silvia. Me divorcié de él, y estoy mejor sin él.

Le respondí sonriendo a modo de agradecimiento.

Silvia se acercó, con una mirada de furia. Y señalando con su dedo indice hacia mi exclamo

-Eres una mentirosa. Estás mintiendo. Francisco me amaba a mí, no a ti. Insistió.

Se ve que no tiene mas argumentos.

Me rió, con una risa suave.

-Silvia, Francisco te daba sedantes para poder encontrarse conmigo. Te estaba utilizando, Silvia. Lo único que le importaba era su propio beneficio. Le miento.

Se que Francisco me las daba a mi, solo quiero que pruebe de su propio veneno, asi como ella me miente, puedo hacerlo también.

Silvia giro nerviosa, se rasco la cabeza, se detuvo, con una mirada de horror en su rostro.

Su boca se abrió, pero no salió ningún sonido.

Me di la vuelta y me fui, deje a Silvia sola en el pasillo del supermercado, con una sensación de devastación y desesperación. Plante mi veneno y eso de algun modo me hizo sentir bien.

La gente que pasaba por el pasillo la miraba con curiosidad, pero Silvia no se dio cuenta. La ira y la desesperación se apoderaron de ella, y se dejó caer al suelo, con lágrimas en los ojos.

Antes hubiera sentido pena y seria solidaría con ella al sacarla de ahi para que tome un te, pero ya no soy esa.

Al llegar a casa me encuentro con el padre de Paolo y al rato él aparece.

-Liana... Mi padre quiso venir a ver a los chicos... Si no te molesta. Me dijo avergonzado.

Lo mire con las bolsas en las manos, Paolo se apresuro a ayudarme.

-Me explico Paolo que necesitaba el dinero... No queria preocuparnos... Por lo de la salud de su madre. Me comenta su padre.

-Entiendo. Le respondi.

Suspire pesado.

-No tuve la oportunidad de hablar con ellos...

Le aclare.

-Lo lamento me invadio la impaciencia... Y siendo honesto queria conocerlos... Si es un problema me ire. Dijo su padre avergonzado.

-No... No es problema... Pasen. Les dije.

Ingresamos.

-Chicos... Vengan... Debo presentarlos a alguien. Grite.

Ellos bajaron corriendo.

-Hola. Saludaron en coro.

-Paolo. Dijeron en coro abrazándolo.

-Él es mi padre. Los presento Paolo.

-Es un gusto. Respondieron apresurados, más interesados en apoderarse de las bolsas, revisando que traje, siempre hacen lo mismo por si les traje alguna golosina, al apoderarse de ellas dejan las cosas en la cocina.

-¿Dónde van?... Acomoden. Les dije.

-Yo les ayudo. Dijo el padre de Paolo.

-Liana... Que pasa. Me pregunta Paolo al ver mi cara.

Suspire alejandome de la vista de todos, seguida por Paolo.

Las lagrimas brotan y me abrazo por él, necesito un apoyo, escuchar que su padre deseaba verlos y que yo no podre seguir haciendolo me mortificaba.

-Liana. Me susurra Paolo.

-Lo lamento... Pensar que no los volvere a ver... Que perdere la vista... Eso me tiene mal. Le susurro.

Paolo me estrecha entre sus brazos y posa un beso en mi mejilla.

-Vas a mejorar... No pierdas la fe... Siempre fuiste optimista... Cuando me sentía mal, tu me hacias sentir fuerte... Cada vez que mi madre decaia... Y mi animo no era bueno... Tu me dabas ánimos...

-¿Cuándo?... No recuerdo.

-Fue... Fue una vez que te dije que no salio un negocio... Cuando me preguntaste porque estaba desanimado...

-No siento energia para ser optimista... Hoy aparecio Francisco...

-¿Qué queria ese? Pregunto Paolo molesto.

-Que lo perdone... Me pidió otra oportunidad y dice que nos extraña...

-Te quiere manipular... Esta acostumbrado a manejarte a su antojo. Me responde en un tono molesto y noto la tensión en su mandíbula.

-Me cruce con Silvia en el supermercado...

-¿Qué queria ella?

-Ver si su veneno me afectaba...

-No dejes que ellos te hagan daño... Me tienes a mi, cuentas conmigo. Me estrecha entre sus brazos y me separo.

-Voy a ir con los chicos a casa de mis padres... Esta casa me asfixia, los recuerdos estan comprimidos en estas paredes, no puedo seguir aqui...

-Liana... Quieres alejarte de mi... No te sientes cómoda conmigo...

-¿Qué te hace pensar eso?...

-Te dije que cuentas conmigo... Y me dices que te vas... Que esta casa te asfixia.

-Es asi...

-Se sincera conmigo Liana.

-Lo soy...

-Dijiste que me amabas...

-Lo hice... Pero... Entiende... Necesito espacio... Estoy sufriendo un golpe tras otro... Aun me cuesta aceptar todo lo ocurrido...

Paolo suspiro pesado.

-De acuerdo... Te dare tu espacio... Pero no me alejare... Esperas a mi bebe y no me alejare...

-Ya tienes cuatro hijos... Porque quieres otro...

-¿Por qué no quieres?... ¿Qué te prohibe tenerlo?

-Que puedo morir durante el parto o antes... Que me quede ciega...

-Son solo conjeturas... La ciencia medica avanzo mucho... Puedes salvarte, salvar al bebe, ver... ¿Dónde esta esa Liana que siempre veia la luz al final del camino?... ¿Qué te cambio?...

-Tantas mentiras me cambiaron... Tantos engaños me cambiaron... Hice todo al pie de la letra, segui las reglas... No engañe, no menti, fui fiel o eso creia porque jamás se me ocurriria que mi esposo contrataria a alguien para irse con su amante...

-Lo se, lo se y me arrepiento, pero lo que siento es real, en eso nunca menti... Asi como ese bebe que crece en ti...

-Es mi vida... Me toca decidir.

Paolo me miro como conteniendose de decir algo mas, cerro sus manos en forma de puño y se fue indicando a su padre que debian irse.

Mis hijos quedaron mirando sin entender nada, ya estaban comiendo pizza junto al padre de Paolo.