El Caballero De Ashgart.

Hildas visita a su dragón junto con su esposa, el dragón de Hildas se llama Kristas y es igual de poderoso que Gouras, el dragón de Travel.

Kristas es un dragón blanco con un tamaño enorme, más grande que Gouras y aparte de fuego también puede lanzar hielo de su boca y es el único dragón con el que Hildas ha realizando un pacto.

Hildas: Te comiste todas las bestias que te di, buen chico, así me gusta.

Ana: Debe tener ganas de luchar nuevamente, lleva varios meses encerrado.

Hildas: Es cierto, saldré con él para darle un poco de movimiento.

Hildas libera a Kristas y se sube encima de él.

Hildas: Cariño, daré una vuelta con Kristas para ver si veo a algunas bestias, quiero que Kristas entre en calor.

Ana: Está bien cielo, no te exedas mucho con las pobres bestias.

Hildas: Jajaja, no me pidas eso, sabes que no puedo controlarme cuando se trata de luchar.

Hildas sale volando de Elfomundo con su dragón en busca de algunas bestias para que Kristas entre en el calor de la batalla.

Hildas: Vaya, hace bastante frío, está nevando incluso, mira, ahí hay una aldea de gigantes, vamos para allá, Kristas.

Los gigantes son unos seres que ha pesar de su gran tamaño no destacan por su inteligencia.

Hildas y su dragón llegan a la aldea de los gigantes y esta se encuentra llena de estos enormes seres, en el momento en el que Hildas llega sale el líder de la aldea de gigantes para defender a su gente.

Líder de gigantes: Humano, ¿a qué has venido a mi aldea?

Hildas: Gigante, hablaré claro, he venido a matarlos a todos ustedes, y no soy un humano, soy un elfo, estúpido.

Líder de gigantes: ¡¡¡¿Quién te crees que eres para venir a mi territorio y hablarme así?!!!, ¡¡¡te mataré, maldito elfo!!!

El líder de los gigantes enfurecido junto con su manada atacan a Hildas y su dragón.

Hildas: Kristas, ¡¡lanza tu ataque de hielo!!

El dragón de Hildas congela a varios gigantes con su ataque.

Líder de los gigantes: ¡¡Gigantes, apártense, déjenme este oponente a mí!!

Hildas: ¿Crees que puedes luchar solo contra mí?, eres muy grande pero tienes el cerebro diminuto, con razón ustedes los gigantes nunca tendrán el respeto de los demás.

Líder de los gigantes: ¡¡¡Cállate, te voy a aplastar como a una hormiga!!!

Hildas: Kristas, pelearé con este gigante yo solo, le demostraré que el tamaño no significa nada.

Hildas se desmonta de Kristas, esta acción sorprende mucho al gigante ya que él pensaba que el gran poder de Hildas radicaba solo en su dragón.

Líder de los gigantes: ¿Pelearás contra mí sin tu dragón?, ahora si te volviste loco.

Hildas: Loco estás tú si crees que me ganarás.

Hildas desenvaina su espada de dragón.

Hildas: ¡¡Kristas, prestame tu poder!!

El dragón de Hildas le cede gran parte de su poder a la espada de dragón de su amo.

Hildas: Prepárate gigante, este será tu último combate.

Hildas se mueve muy rápidamente hacia donde está el gigante, el gigante lo ataca con su espada pero Hildas la evade y sin que el gigante se de cuenta, Hildas comida a correr por todo el cuerpo del gigante y empieza a darle espadasos a cada parte de su cuerpo.

Líder de los gigantes: ¡¡Ohhhhh!! (grito de dolor)

Hildas con su espada logra dañar tanto al gigante que lo derriba y este cae al suelo, los demás gigantes al ver esto enseguida proceden a atacar a Hildas pero este activa un hechizo de nivel 76.

Hildas: Hechizo de nivel 76, Arbólus.

Este poderoso hechizo hace que salgan ramas desde el suelo y estas ramas atan los pies de los gigantes, lo que provoca que estos caigan al suelo y no puedan moverse.

Hildas se para en la cara del líder de los gigantes y lo escupe para humillarlo.

Hildas: Me decepcionaste, sabía que eras débil pero no para tanto, la fuerza bruta no vale nada sin inteligencia, grábate eso cuando estés en el infierno, idiota.

Hildas clava su espada en uno de los ojos del gigante y luego con el gran poder de su espada corta el cuerpo del gigante a la mitad matando al gigante de una forma muy sanguinaria.

Hildas: Kirstas, ataca a los demás gigantes, quémalos y conviértelos en cenizas.

Kristas ataca a los gigantes con una enorme bola de fuego y los quema a todos brutalmente haciendo que sus pieles se despedacen.

Hildas: Buen trabajo Kristas, vete preparando para la gran batalla que nos espera, comete a esos gigantes y volvamos a Elfomundo.

Hildas termina completando una gran matanza en la aldea de los gigantes, seguramente se estarán preguntando por qué Hildas no llevó a su dragón a la invasión de Lúguston si este tenía tanto poder pero la respuesta es simple, el dragón de Hildas llevaba mucho tiempo sin pelear y someterlo a esa gran batalla era muy arriesgado y podía haber muerto como pasó con los demás dragones que Hildas llevó para ese combate, además, Kristas tiene un valor sentimental muy grande para Hildas ya que ese dragón se lo dió su padre, por eso Hildas cuida tanto a su dragón y por ese motivo fue que no lo llevó para aquella batalla.

Ahora cambiaremos de lugar, nos dirigimos a una zona nunca antes visitada, La Cueva de los Orcos.

Orco: Jefe, tenemos malas noticias.

Rey Orco: ¿Qué pasó?

Orco: Jefe, Sarkus y su ejército no han regresado después de su invasión a Elfomundo, lo más probable es que hayan sido asesinados por los elfos (Sarkus fue el líder del ejército de orcos que invadió Elfomundo y fue asesinado por Travel)

Rey Orco: ¡Maldición, ese inútil de Sarkus no pudo hacer nada!, pensé que él era fuerte pero veo que me equivocaba.

El rey orco estaba sujetando el cráneo de una persona pero lo rompe de la ira al escuchar la noticia.

Rey Orco: ¡¡¡Escuchenme todos, mis orcos, ya me cansé de esos malditos elfos, ya estoy harto de que se crean superiores y que siempre nos estén atacando, a partir de hoy nos prepararemos más que nunca para lanzar una ofensiva contra Elfomundo, yo, el rey orco Óromon seré quien termine con esta supremacía de los elfos hacia nosotros, ¡¡lo juro por mi difunto padre que acabaré con ellos!!

Manada de orcos: ¡¡¡Siiiii, ya es hora de acabar con los elfos!!!

Explicación: Los elfos y los orcos siempre han sido enemigos y han estado en guerras constantes, muy pocos orcos poseen magia y su poder mágico es menor que el de los elfos o los magos pero todos los orcos cuando mueren desprenden una energía mágica, esa energía mágica le otorga más poder mágico a quien lo haya matado y por ese motivo es que los elfos siempre quieren matar a los orcos, para fortalecerse con esa energía mágica que los orcos desprenden al morir, es por este motivo que los elfos y los orcos siempre serán enemigos ya que los elfos siempre querrán más poder mágico.

Aclaración: Solamente pueden aumentar su poder mágico al matar a los orcos los seres que ya tengan poder mágico, alguien que nasca sin energía mágica nunca podrá usar magia.

Hace 40 años se desató una gran batalla entre los elfos y los orcos, en ese momento el Rey Elfo era un elfo llamado Erímides.

Este era un elfo increíblemente fuerte, tenía un enorme poder mágico y una gran habilidad con la espada, además, también era un amo de dragón, era un elfo mago y guerrero al mismo tiempo, lo llamaban "El elfo paladín", tenía todo lo que alguien pudiera desear, dinero y poder pero había un enorme problema en su vida, su mujer tenía una enfermedad muy grave que de no tratarla a tiempo moriría, él estuvo investigando mucho tiempo sobre aquella enfermedad, fue a ver a varias brujas para ver como curaba a su mujer y una bruja experta en medicina le dijo que su mujer necesitaba una poción con mucha energía mágica de la que desprenden los orcos al morir, entonces la bruja le dijo a Erímides que la única forma de curar a su mujer era matando al menos a 2000 orcos pero según la bruja, la mujer de Erímides no se curaría para siempre con esa poción sino que viviría al menos entre cinco y diez años más, Erímides ante todo esto se sintió muy desconsolado al saber que su mujer moriría en poco tiempo sin importar lo que pasara pero de todos modos él estuvo dispuesto a luchar por su mujer para que viviera al menos unos años más de vida, Erímides estaba dispuesto a matar a tantos orcos como fuera necesario solo por su mujer y por esta razón decidió que atacaría a La Cueva de los Orcos con su ejército de elfos.

Erímides: Cariño, ¿cómo te sientes?

Árida(mujer de Erímides): Más o menos amor, sabes que mi enfermedad es bastante complicada.

Erímides: Si, lo sé mi cielo, he estado investigando sobre tu enfermedad y te tengo buenas noticias, ya encontré la solución.

Árida: ¿¿Enserio cariño?, dime, ¿qué debemos hacer?

Erímides: Bueno, hablé con una bruja, ella me dijo que tu enfermedad solo puede curarse con la energía mágica de los orcos pero para extraer esa energía maldita debo matarlos, ella me dijo que tengo que matar a 2000 orcos para poder curarte.

Árida: No cariño pero si es así no quiero que me cures, no quiero que mueran tantos orcos, ellos no tienen la culpa de mi enfermedad, no hagas eso amor, por favor, no ataques a esos orcos.

Erímides: Mi corazón, esa es la única forma de curarte, no tenemos otra alternativa.

Árida: No lo hagas por favor, Erímides, si haces eso ya no te veré con los mismos ojos.

Erímides: Árida, escúchame, nosotros y los orcos siempre estaremos en guerra, a nosotros nos favorece su energía mágica, eso no cambiará y si la única forma que tengo de salvarte es matando a los orcos lo haré, porque te amo, no me lo perdonaría si te pasara algo pudiendo salvarte.

Árida: Pero cariño....

Erímides: ¡¡No quiero hablar más de esto, se acabó la conversación, mañana atacaré a La Cueva de los Orcos y punto!!

Al día siguiente, Erímides junto a su dragón y su ejército de elfos atacaron a La Cueva de los Orcos, cuando los orcos notan que los elfos se acercan, Praigón, el rey orco de ese momento ordena a sus orcos a la batalla. (Praigón es el padre del rey orco actual)

Erímides: ¡¡Elfos, aquí vienen los orcos, matenlos sin piedad!!

Una gran batalla entre los elfos y los orcos se desató, los elfos llevan la delantera y varios orcos cayeron ante el gran poder mágico de los elfos, cada vez que Erímides mataba a un orco encerraba su energía mágica en un frasco, el frasco debía llenarse para poder curar a su mujer, la batalla continuó y los orcos caían unos tras otros ante la gran ofensiva de los elfos y los ataques del dragón de Erímides, pero el Rey Orco se da cuenta de que Erímides es la mayor amenaza y decide atacarlo personalmente.

Praigón: Hasta aquí llegaste, Rey Elfo, acabaré contigo.

CONTINUARÁ....