Tarde para Amar

Reyn y su papi no fueron directamente a casa, sino al hospital para que Reyn se revisara.

"Dime lo que sientes. No ocultes nada."

"Sí, Pi."

A los ojos de los demás, el padre es como un monstruo con forma humana. Pero, para Reyn, él es un ángel sin alas que Dios envió para protegerla.

"Buenas noches, Doc."

Una sonrisa se dibuja en el rostro del médico de unos treinta años que es tan guapo. Él será el responsable de revisar la salud de Reyn por recomendación del doctor Surya.

"Papi espera afuera, ¿sí?"

Reyn asintió. Y ahora solo están ellos dos en la sala de examen.

"¿Tiene alguna queja?" preguntó el doctor Langit a Reyn.

"Antes tuve dificultad para respirar e inmediatamente me mareé. Pero, inmediatamente me acosté a dormir y al despertar ya estaba mejor."

"¿Está cansada? Por lo general, eso sucede debido al cansancio y el estrés", explicó el médico.

"Tal vez porque tengo demasiados archivos de informes que debo revisar."

El doctor Langit suspiró profundamente. Miró a Reyn con tanta profundidad.

"La próxima vez no te excedas. Eres diferente", dijo con tanta suavidad.

Su mano estaba a punto de acariciar suavemente la punta de la cabeza de Reyn. Sin embargo, Reyn echó su cabeza hacia atrás. El doctor Langit se quedó en silencio al instante.

"Reyn--"

"Lo siento, Doc. ¿Podemos ser profesionales?"

En realidad, Reyn ya se había negado a ser tratada por el doctor Langit. Se sentía incómoda. Sin embargo, todavía no hay un médico que pueda reemplazar al doctor Langit por ahora. Los médicos de Singapur y Melbourne todavía están muy ocupados y no pueden volar a Yakarta.

Después del examen, Reyn salió de inmediato y fue a ver a su padre.

"¿Ya terminaste?" Reyn asintió.

Reyn comenzó a hablar cuando el coche ya se dirigía hacia casa.

"¿Cuándo viene la doctora Joice aquí?"

"Baba y el tío Khairan lo están intentando. Ten paciencia, ¿sí?"

Reyn miró la calle que todavía estaba bastante concurrida a través del cristal de la ventana del coche. Sus ojos se volvieron dolorosos de inmediato al pasar por la panadería de Bu Gendis. De repente, recordó las palabras de Rega.

"Mamá te extraña."

Reyn trató de cerrar los ojos. Aunque, ya han pasado cuatro años. Hay recuerdos que nunca olvidará y que permanecerán.

Al llegar a casa, su mami todavía estaba despierta y esperando el regreso de su amada hija. La cálida bienvenida de mami Aleesa le dio a Reyn.

"¿Cómo salieron los resultados, Reyn?"

"No hay nada que preguntar, Mi. Sigue siendo lo mismo con vo--"

"¡Basta, Reyn! Mami no quiere escuchar eso."

Reyn sonrió con dolor. Luego, se disculpó con su madre. Ya estaba sosteniendo la mano de su mami.

"No te preocupes por nada, Mi. Reyn ya está resignada."

Los ojos de mami Aleesa ya estaban llorosos. Le dio un cálido abrazo a Reyn. También cerró los ojos por un momento mientras abrazaba a su madre.

"No llores. Si, el momento llega."

Mami Aleesa hizo todo lo posible por contener las lágrimas. Aflojó su abrazo y le dijo a Reyn que descansara.

Después de que Reyn desapareció de su vista, mami Aleesa rompió a llorar. Papi Restu inmediatamente la abrazó.

"Ya, Lovely. Es una lástima si Reyn te escucha llorar, estará aún más triste. Eso terminará en una recaída rápida de la enfermedad de Reyn."

"¿Qué madre no estaría triste cuando el tiempo parece girar rápido y ya está comenzando a acercarse a lo que se llama despedida? No puedo", dijo en voz baja.

Papi Restu suspiró profundamente. No solo su esposa estaba enferma. Él también sintió lo mismo.

.

Reyn exhaló profundamente. Se sentó al borde de la cama. Odiaba esto, es decir, hacer llorar a su mami.

Los ojos de Reyn ahora estaban fijos en el escritorio que seguía siendo el mismo de antes. Se acercó al objeto y se sentó en la silla que estaba allí. Miró su foto y la de su hermano con felicidad.

"Gracias por ser el mejor hermano del mundo."

La sonrisa que se curvaba, ahora desapareció. Reyn vio un cuaderno que todavía recordaba de qué se trataba. Su rostro ya había comenzado a cambiar. Lentamente, alcanzó el libro. Sin embargo, no se atrevió a abrirlo.

Sus ojos ahora estaban fijos en el cajón. Lentamente, abrió el cajón. Un álbum de fotos que vio allí. Cuatro años han pasado, sus pertenencias todavía están guardadas en el mismo lugar. Nada ha cambiado.

Los ojos de Reyn se volvieron apagados cuando abrió una por una las fotos que había guardado. No había sonrisa, solo una mirada llena de dolor que mostraba.

"Deseo que nunca nos hubiéramos conocido, pero ¿por qué Dios deliberadamente nos acercó a ti y a mí?" Reyn suspiró profundamente.

Ryen volvió a cerrar el álbum de fotos. No quería abrir viejas heridas que afectarían su condición física.

Reyn eligió entrar al baño y limpiarse el cuerpo. Se había prometido a sí misma no volver a abrir su corazón. Aunque, todavía amaba. No quería lastimar el corazón de nadie. Solo quería disfrutar el tiempo antes de que Dios extendiera su mano para llevársela.

.

"La semana que viene la doctora Joice tratará a Reyn", dijo baba Radit a Restu.

Esa misma noche, papi Restu fue directamente a la casa de su suegro para preguntar sobre el médico que trataría a Reyn. Al escuchar la queja de su hija, no podía quedarse de brazos cruzados.

"¿Qué pasa con Langit?"

"Reyn se siente incómoda."

Baba Radit asintió en señal de que entendía lo que sentía su nieta. Toda la familia sabe cómo es la historia de Langit y Reyn.

"Sigue brindándole comodidad y no dejes que se sienta presionada. Cuida su estado de ánimo y no la pongas triste."

"Sí, Ba."

Baba Radit se acercó a su primer yerno. Luego, dio una palmada suave en el hombro de Restu.

"Gracias por seguir cuidando de tus dos mujeres."

.

Aún era temprano cuando llegó un invitado, a saber, Langit Anggara, quien no es otro que el médico que ha estado tratando a Reyn durante un mes.

"Desayuna primero", invitó mami Aleesa.

"Gracias, tía."

El rabillo del ojo de papi Restu era tan agudo. Él, que aún no había comido, de repente abrió la boca.

"Reyn, vamos. Papi tiene una reunión importante."

"Deja que yo lleve a Reyn", interrumpió Langit.

Papi Restu miró brevemente a Langit. Y eso hizo que Langit se quedara sin palabras.

"Lo siento, Kak. Iré con Papi."

Reyn se despidió de su mami y ya estaba abrazando con cariño el brazo de su padre. Mientras que Langit solo podía mirar con tristeza a Reyn que se alejaba cada vez más. No es la primera vez que Reyn lo rechaza, pero aún así se siente doloroso.

"Lo siento, Langit. Deja que Reyn disfrute de su tiempo con su papi." Langit dibujó una sonrisa tan dolorosa.

En Wiguna Grup, alguien que casi sufre un ataque al corazón anoche está esperando a Reyn. Su frente se arrugó al ver el coche brillante que solían usar los altos mandos de la empresa detenerse frente al vestíbulo. Reyn y un hombre lleno de carisma salieron del coche. Vio por sí mismo cómo era la actitud de Reyn hacia su padre. Sobre todo, cuando Reyn besó la mano de su padre antes de entrar, su corazón se conmovió.

Justo cuando papi Restu estaba a punto de abrir la puerta del coche, una voz lo hizo girar la cabeza.

"Buenos días, señor Restu."

Rega pudo ver un rostro plano y frío cuando papi Restu giró la cabeza. Su corazón latía con fuerza.

"Soy Regara Bumintara, el tutor particular de Reyn cuando estaba en la escuela secundaria y ahora soy el compañero de trabajo de la hija del Señor. Donde yo soy el jefe de Reyn ahora." Rega habló con fluidez, pero en realidad estaba temblando.

"¿Y luego?"

La respuesta del papi de Reyn hizo que Rega tragara saliva. El ritmo de los latidos de su corazón aumentó. La oración que había preparado desapareció de inmediato.

"Amo a la hija del Señor."

...*** CONTINUARÁ ***...