El Peso De Tu Mirada.

—¡Dennis, te beso! — gritaron, al mismo tiempo, Joe y Andy.

Penélope, se cubren el rostro con algunas hojas, mientras que Andy y Joe se miran mutuamente, sonriendo de manera pícara y a la vez confusa.

—¿Quieren gritarlo un poco más? — Ambos se cubren la boca, con la mano. — Y sí, el muy infeliz, se atrevió a besarme. —

—¿Puede ser que le gustes? — Penélope, acomoda los velones, en el estante.

—No le gustó, solo le gusta jugar con los sentimientos de las personas. — expresó, molesta.

—Pen ¿desde cuándo se conocen? —preguntó, Joe.

—Desde que tengo 5 años. Mi papá me dejaba venir en las vacaciones de verano… ¿Por qué? —

—¿Y si a él, le gustas desde antes? — insinuó, Andy.

—Es verdad. —Una voz masculina, diferente, los interrumpe.

—¿Evan? —

La presencia de Evan, cambia las cosas para Penélope. Tener información de Dennis, que provenga de Evan, no sabía si es de utilidad; se quedó mirándolo para enfrente de ella, esperaba a que dijera algo.

Aquella mirada que tanto odia, aquella mirada que todos le daban cuando saben algo y ella no, esa manera de verla, haciéndola sentir incómoda.

—¿A qué te refieres, Evan? — pregunto.

—Dennis tiene… —Lo interrumpen.

—Eso te lo responderé yo. —habló Dennis.

—¿Qué haces aquí? — 

—Evan y yo tenemos que hablar. — Evan sonríe de lado.

Dennis no puede quitar los ojos de los labios de Penélope. Ella siente la mirada de él, pero esa mirada no le molesta, la hace sentir segura, pero no se anima a verlo a los ojos.

Evan y Dennis salen de la tienda, mientras que Andy y Joe, observan por la ventana la situación tensa que está pasando. Penélope mantiene la calma buscando su celular y llamando a la policía, avisando de la situación que podría pasar.

En segundos, Dennis y Evan comenzaron a golpear después de cruzar algunas palabras. Penélope, asustada, sale de la tienda e intenta meterse en la pelea. Joe y Andy se miran y comprenden la situación, luego de hablar cortan la llamada. Sale de la tienda y una patrulla dobla la esquina.

—¡Basta! — grita. — ¡Dennis! ¡Evan! — 

Los oficiales se bajan y corren hasta los dos separandolos, Penélope en un acto de reaccion se para entre medio de los dos. Dennis mantiene sus ojos en Evan y viseversa, ella observa la mirada de ambos y recuerda cuando su padre la miraba de la misma manera.

Penélope no toleraba, el saber que no podia hacer nada, pero por instinto se quedo al lado de Dennis. 

—Señorita ¿Conoce a estos dos caballeros? — los ojos de Penélope se llenan de lagrimas.

—Si, son mis amigos. — respondio, cubriendose la boca. — No me miren así. —

—¿Quieren explicarnos lo que esta pasando? — pregunto un oficial.

Aquella pregunta basyon para dejar a todos en silencio, a tal punto que Joe y Andy se llevan a Penélope de nuevo a dentro de la tienda.

Luego de algunas horasbhablando y explicando la situacion, Dennis y Evan vuelven a la tienda pero Joe y no los deja pasar, en su lugar Andy la mantiene dentro del baño, intentando que se calmara.

—Pen, corazón tienes que ir casa y descansar, de estos cabrones. — agrego Andy, mirando por el pasillo.

—¿Puedes preguntarle a Joe si me lleva? —

—Por supuesto, reina. —

El dí estaba terminando y Penélope, ya se encontraba en su casa mirando por la ventana de su habitacion, en pocos dias sus tios volverian y ya tenia problemas, con su vecino, un hombre que conocio en poco dias y su abuela que ahora quiere conocerla mejor.

Se quedo recostada en la cama, mirando su maleta y la poca ropa que tiene, y los dos pares de zapatos que trajo. Recuerda aquel día en el que su tia Sofia le dijo que tendria que vivir con ella porque su madre es la unica que le queda.

Ahora no sabe como decirle que quiere marcharse de nuevo a Argentina. El timbre del porton suena y se levanta, pensando que Joe o Andy vienen a visitarla. Aunque hubiera prefeeido que sea una mala broma, Dennis estaba parado enfrente de ella con una gran moreton en ojo derecho y su labio superior con sangre.

—Lo siento. Croissant... —