La Luna Rechazada Y El Rey Vampiro

No puedo creer la mezcla de amargura e idiotez que destila el rey vampiro. No solo me había arrastrado a su territorio contra mi voluntad, escudándose en la excusa de que no le gustaba deber favores a nadie, sino que, para colmo, Sam, con sus ojos de cachorro regañado, había terminado de convencerme. Minutos después, me encontre abandonada en los laberínticos pasillos de un castillo que jamás imaginé pisar.

Sam, al menos, tiene una justificación: borrar todo rastro que esos desgraciados habían dejado en ella. Pero el rey vampiro... él no tiene excusa. Antes de desaparecer a velocidad vampírica, se había despedido con un tono sarcástico, dándome la "bienvenida" a mi "nuevo hogar" y deseándome suerte para encontrar dónde acomodarme. Pensé por un momento en irme de aquí sin dejar huella, pero me retracte. Primero, porque mi palabra es ley y cumpliré mi promesa de entrenar a Sam. Segundo, porque ese rey no me va a intimidar con su caparazon de rey amargado y frío . Y tercero, porque este lugar es el escondite perfecto para que Dante no me encuentre. Jamás se le ocurrirá con su cerebro de almendra buscarme en territorio vampírico.

__Eres la loba salvadora, la come vampiros que rescató a Sam de las garras de esos seres abyectos(vil, ruin, despreciable), cuya existencia ya no mancilla este mundo, ni al linaje vampirico__. Un vampiro desconocido se interpuso en mi camino, y mientras hablaba, una sonrisa amplia y curiosa iluminaba su rostro. Sus palabras, sin embargo, estaban impregnadas de una mezcla de diversión y escrutinio.

__¿Y tú quién eres? No me digas que vienes de parte del amargado y maleducado de tu rey__.

El vampiro soltó una carcajada al escucharme, y aproveché para observarlo con más detenimiento. No esta nada mal; al menos mi estancia en territorio vampírico me ofrece un buen espectáculo visual. El vampiro tiene el cabello rojizo y corto, ojos marrones, un torso musculoso que se perfila bajo su ropa, y orejas puntiagudas. Es lo suficientemente atractivo como para provocarte querer pasar el rato, aunque el sinvergüenza del rey sigue siendo más guapo. Lástima que sea un gruñón.

Quizás podría suavizar el ceño perpetuo de ese rey con un buen revolcón... El sexo suele ser un excelente calmante. ¡Demonios, ¿en qué estoy pensando?! Mis huesos no merecen ser pasto de ese vampiro desvergonzado, por muy atractivo que sea. Creo que la abstinencia, a mis veintitrés años, me está afectando más de lo que creía. Maldito Dante, incluso después de rechazarme, sigue entorpeciendo mi vida.

El carraspeo del pelirrojo me sacó de mis pensamientos, y observé cómo se intenta cubrir el cuerpo, como si yo lo estuviera desnudando con la mirada. Si tan solo supiera que mi expresión perversa no es por él, sino porque estaba maquinando cómo ablandar los huesos del gruñón rey vampiro. Sin embargo, con el humor que se gasta su rey, seguro que está más duro que un sancocho de clavos.

__Empiezo a creer que realmente devoras vampiros, esa mirada tuya tenía la intensidad de un depredador a punto de abalanzarse sobre su presa, y para mi desgracia, el único frente a ti soy yo__. El pelirrojo expresó su preocupación, mientras intenta inútilmente cubrirse con sus brazos, a pesar de su imponente estatura, comparable a la de su rey. Al parecer, la genética de este linaje les ha otorgado una altura descomunal a todos sus miembros.

Una carcajada se me escapó antes de responderle__Tranquilo, vampiro. Eres guapo, pero no estás en mi menú. Y aunque ciertamente estaba pensando en comerme a alguien, no eres tú, y no de la forma en que piensas, sino de la forma en que el que come y el que es comido disfrutan de la experiencia__. El vampiro me miró con confusión al principio, sin entender, pero después de unos segundos pareció comprender, y ahora el que estalló en una carcajada fue él.

__Ahora comprendo por qué los guerreros te aclaman como una heroína. Y el aprecio que Sam te profesa, hasta el punto de convencer al rey para que permanezcas en nuestro territorio mientras resuelves tus asuntos con tu ex pareja, es testimonio de tu valía. Eres realmente extraordinaria. Siento que tu llegada a este castillo presagia cambios positivos. Me presento, Enzo Vittae, a tu entera disposición__. Tomé la mano del pelirrojo, ahora consciente de su nombre, Enzo, y respondí a su presentación con el mío: "Aylin Eletto".

__Cualquier cosa que altere el humor de ogro de tu rey ya es un avance considerable, pero ahora que te veo aquí, y pareces alguien confiable, ¿podrías llevarme ante su majestad? Ese sinvergüenza me dejó abandonada en su castillo, como si fuera un vampiro familiarizado con el lugar. Definitivamente, a ese rey le vendrían bien un par de tirones de orejas, a ver si le brota algo de caballerosidad__. La primera respuesta de Enzo a mi petición fue una carcajada. Parece que le hubiera robado todo el buen humor al rey, porque no para de reír desde que lo conozco.

__Bueno, ya agoté mis vidas diarias con Kael, así que si quiere despellejarme por llevarte ante él y alterar su intocable horario de trabajo y su "buen humor"'__. Hizo comillas con los dedos, consciente de que el rey es todo menos eso__Tendrás que defenderme. Eres la única que lo ha enfrentado y lo ha puesto contra el suelo sin recibir castigo__.

Me hice la que no escuche lo que Enzo dijo y le pedí que me guiara, que ese gruñón no le hará nada y él sí es un caballero, porque no solo me guió hacia donde esta el rey, quien ahora, gracias a Enzo, sé que se llama Kael, sino que también me ofreció su brazo para escoltarme. Cuando llegamos a la oficina de Kael, su mirada es de pocos amigos. Tal parece que no le agradó que lo interrumpiéramos, ya que nos mandó a hacer algo productivo, pero a mí me da igual lo que piense, porque si él no hubiera sido un mal anfitrión y me hubiera dicho al menos dónde me iba a alojar mientras este aquí, no estaría aquí perturbando su hora de trabajo. Pero como él quiso hacerse el payaso con su bromita pesada, entonces que se atenga a las consecuencias.

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Holis 👋🏼👋🏼👋🏼.

Por aquí les dejo un nuevo capítulo ☺️☺️☺️.

Los leo en los comentarios.