Maya Smith ha vivido un infierno desde que su madre falleció. Su padre la obliga a casarse en busca de beneficios monetarios. Maya se resiste y quiere ser libre, por lo que en una subasta de autos, dónde todos van con máscaras, le propone a un hombre que se casen.
Pero todo cambia cuando descubre que su vecino ahora es su esposo.
Hugo Moore, siempre ha estado enamorado de ella, y desde ese día decidió que Maya sería su esposa.
Aunque al principio ella lo pida, la vida los ha unido. ¿Podrán superar las diferencias y ser felices? ¿Podrá ella amarlo como él la ama?
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Casémonos.
Hugo la miro con una profundidad que Maya sintió un escalofrío y desvío la mirada.
- ¿Qué harás para impedirlo? - Pregunto él
- Eso no le incumbe señor ¿Para qué quieres saberlo?
- Claro, solo era curiosidad. Quizás te pueda ayudar por eso lo preguntaba
- Ja, ja, ja ¿Ayudarme? ¿Estás seguro? - Maya fijo su mirada en él nuevamente - Aunque no creo que estés tan dispuesto a hacerlo, de seguro tienes muchas ocupaciones como para que estés ayudando a una extraña mujer, que ni siquiera conoces
- ¿No me crees? Estoy dispuesto a ayudarte. En cuanto a lo otro, tendremos que quitarnos las máscaras para saber si en verdad no, nos conocemos. Y aunque no te conozca será un placer ayudar a tan bella dama
- Algo imposible está noche, las máscaras no se pueden quitar, reglas y estoy segura de que yo, no te conozco. - Maya estaba segura de que no lo conocía, ya que ni la voz le parecía familiar - Gracias por el cumplido, sé que soy bella no es necesario que me lo diga
- Conozco las reglas, pero ¿Por qué no te casas? Si es millonario, el dinero no te va a faltar, de seguro te tratara como una reina ¿acaso es tan feo tu prometido? - pregunto Hugo tratando de conseguir lo que ella tenía en mente
- Feo es poco, es horrible - Maya sonrió con picardía - no te imaginas lo desagradable que es ese señor, me parece que tú eres más guapo que él
Hugo se estaba molestando por como ella se refería a él.
«¿le parezco horrible? ¿Qué tan mal me veo? ¿Soy desagradable?»
- ¿A qué te refieres con que es desagradable?
- Es deforme, si gozará de belleza quizás lo pensara y me caso - Maya movía su copa de aquí para allá
- No te vas a casar ¿Por qué carece de belleza? ¿Lo juzgas por eso? - Hugo la miro confundido
- La verdad que no, ni siquiera lo conozco, pero es lo que he escuchado y esa es la razón por la que la otra parte está de acuerdo con este matrimonio, por el hecho de que uno de sus hijos es feo y no le encuentran esposa. Porque no encuentro otra razón para que lo hagan, al menos que sean como mi padre
Hugo respiro aliviado, al escuchar que es solo un chisme que anda en el aire y no era que ella lo creía así.
- Y ya te lo dije antes, no me quiero casar, no gano nada en esto. Está vez no haré lo que mi padre quiere, seré yo misma, libre decidir sobre mi vida.
- ¿Qué harás para evitarlo? De seguro ya tu padre tiene mucho que perder si no lo haces ¿lo has pensado?
- No me importa, es sencillo lo que haré. Me voy a casar pero con otro hombre
Hugo se congeló al escucharla y saber eso hizo que su sangre hirviera de la ira. No quería que otro hombre fuera su esposo, solamente él.
- No te quieres casar, pero te vas a casar con alguien más que ni siquiera vas a conocer bien ¿No te estás contradiciendo?
- Claro que no lo estoy haciendo
- Por..... - Hugo estaba por hablar cuando el presentador de la subasta empezó a hablar por el micrófono
- La subasta comenzará - Maya miro en dirección a la tarima - Fue un placer hablar con usted señor - dicho esto ella empezó a alejarse
Pero Hugo fue más rápido y la detuvo
- ¿A dónde crees que vas fierecilla?
- Ten cuidado, porque está fierecilla te puede morder - Dijo Maya seductoramente - ¿No temes por tu vida?
Hugo sonrió al ver lo atrevida que estaba siendo Maya
- No deberías de jugar con fuego, te puedes quemar
Maya no le respondió, se zafó de su agarre y siguió su camino. Hugo la observo para después seguirla. Antes de acercarse a ella, reconoció a Manolo Ruiz lo que hizo que su ira se hiciera presente y apretó sus manos en puños, deseaba tanto darle una buena paliza, pero sabía que aún no era el momento. Ya después se encargará de hacerlo pagar por todo. Cuando llegó al lado de Maya la atrajo a su cuerpo, tomando a la mujer por la cintura.
Maya se sorprendió, ya que el agarre fue algo posesivo.
- Tranquilo, no me voy a escapar - dijo ella en forma de broma
Hugo no respondió, ya que fue el impulso de tenerla protegida lo que la llevo a eso. Maya se concentró en lo que decía el presentador a la vez que tomaba copa tras copa, mientras que él, se sumió en sus pensamientos.
...*****...
- Hugo ¿Estás alegre? Me voy a casar, al fin
- Si, me alegro mucho por ti Lena
- Me voy a casar, me voy a casar, me caso Hugo mejor dicho, nos vamos a casar
- Por supuesto Lena -
...*****...
- ¿Estás bien? - Maya le dio un leve empujón a Hugo, ya que este no le respondió
- ¿Eh? - Hugo volvió a la realidad - ¿Qué pasa?
- Te preguntaba si ¿te quieres casar conmigo? Pero al parecer no lo creo, no me respondiste a tiempo - Maya se cruzó de brazos
- ¿Qué? - Hugo quedó sin palabras, pues no la había escuchado, fijo su mirada en ella mirándola profundo.
- ¡Me voy! - Maya quiso alejarse, pero sus pasos eran tambaleantes debido a que había tomado unos tragos de más
- ¿A dónde crees que vas? - Hugo la sostuvo
- A casarme, pero tú has perdido la oportunidad. Le diré a aquel caballero, estoy seguro de que no se va a negar.
- Te vienes conmigo - Hugo la sujeto - por supuesto que me caso contigo
- ¿Estás seguro?
- totalmente, solo espero que no te arrepientas.
- Ja, ja, ja Te aseguro que no lo haré - Maya con su dedo índice le daba golpecitos en el pecho a Hugo - porque lo estoy haciendo por mi propia decisión, prefiero casarme contigo, que con ese quien sabe quién es, que mi papá me tiene como prometido.
- ¿Cuándo te quieres casar?
- En estos momentos, estamos en las Vegas y no hay nada que nos impide hacerlo. Así que vamos y casémonos
Hugo sonrió maliciosamente.
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El sol entraba por la ventana, anunciando un nuevo día. Maya abrió sus ojos y se estiró con pereza.
- Mi cabeza, si duele - dijo llevando sus manos a su frente
Fijo su mente y se dio cuenta de que estaba en su habitación. Aún traía el vestido que había usado la noche anterior.
- ¿Que paso anoche? - se preguntaba ya que no recordaba ni como había llegado.