¡Hey Gorda!... ¿Gorda?

"Sese, es hora de levantarse. Vamos a hacer ejercicio" Hablo Lina despertando a Seo Yin.

"¿Irán tan temprano?" preguntó Taei acomodando unos papeles en la mesa.

"Si, ya nos inscribí en el gimnasio" Tomó su mochila.

"Está bien, vayan con cuidado" las despidió.

Tomaron uno de los carros y fueron al gimnasio. Había muy poca gente, ninguno era asiático.

(Cuando el tipo de letra cambie "*así*" es por qué están hablando en otro idioma. En este caso, inglés.)

"Si, somos nosotras" Entregó su tarjeta y las dejaron entrar.

"¿Qué haremos primero?" Había un gran espejo.

"Pues... Hagamos algo de cardio, al menos 10 minutos para calentar" comenzaron a trotar en la caminadora.

Después hicieron algo de estiramiento, Lina ayudaba a Seo Yin con el estiramiento. Utilizaron algunas máquinas del gimnasio y después regresaron, Seo sudaba como si hubiera corrido un maratón de muchos kilómetros aunque solo había hecho ejercicio.

Llegó y se dió un baño, su cuerpo dolía mucho y aún tenía algunos moretones por la caída del barranco. Por el ejercicio le dió mucha hambre pero Lina le sirvió comida como parte de una dieta.

Aunque aún le quedaba hambre tenía que aguantar, le había prometido a Lina que pondría todo su esfuerzo y no caería a la tentación de la comida.

"Te tenemos una buena noticia" hablo Taei sacando unos papeles. "Ya eres oficialmente nuestra hija, así que todo lo de aquí también es tuyo." aplaudieron las personas en ese cuarto.

El personal que se encargaba de limpiar la casa, hacer la comida y el mayordomo que se encargaba de dirigir a todo el personal, caían ante la dulzura de Seo Yin. Aunque vivía en una grande casa, era atendida especialmente y no le faltaba nada, no era ambiciosa o presumida.

"También, puedes estudiar la secundaria el mes que viene." A Seo Yin le aterraba el hecho de estudiar en un lugar donde todo era diferente, pero al menos conocería a mejores personas.

"Gracias a ambos" la miraban esperando algo más "Gracias Mamá y papá." los hacía felices.

Todos le había tomado cariño y sabían que era una buena niña.

"Sigamos comiendo"

Terminaron de comer y Seo Yin salió al patio.

Todos quisieron hacerle un funeral a Seo Yin dado que no la habían encontrado, la habían dado por muerta. Pero Ean no lo permitió, sabía que su hija estaba viva y no permitiría nada de ese tipo, ni siquiera aceptaría condolencias de nadie cuando su hija estaba bien y él lo sabía.

Tambien habían pensado que su padre se estaba volviendo loco, puesto que la desaparición de Seo Yin había sido muy repentina, sin embargo, Ean estaba tranquilo sabiendo que si hija estaba en un buen lugar y como él lo decidió, no se le hizo ningún funeral además de que no tenían su cuerpo.

"¿Por qué no?" Preguntó Jena, la madre de Seo Yin.

"Por qué no. Ya te dije que mi hija no está muerta y algún día volverá." No le había dicho sobre la llamada de Seo, ni que él sabía que estaba bien.

Simplemente los ignoró, su hija volvería y él lo sabía, le alegraba el hecho de volverla a ver en algún momento.