Valkot Entre El Odio Y El Amor

Valka Valkot

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Ha pasado una hora. En ese tiempo, me ha hecho suya de diferentes maneras. He dejado que él haga lo que quiera; me gusta lo que estoy experimentando. Lo tomo del cabello cuando siento un maravilloso orgasmo, solo con ver su rostro empapado de sudor y sus ojos tan dilatados. Lo escucho gemir hasta que siento cómo se viene dentro de mí. No lo aguanto, exploto de placer. Él me da un beso y se recuesta a mi lado. Los dos quedamos en silencio. Escucho su respiración agitada. Se acomoda para que me quede sobre su pecho. Aunque me siento algo extraña, no es incómodo.-

Valka, deseo continuar en contacto contigo. Quiero conocerte mejor.

-Le sonrío; realmente es un hombre facil. Todo está avanzando conforme a mis planes. Levanto mi rostro para mirarlo a los ojos.-

Yo a ti.

-Me coloco encima de él y le doy un beso en los labios. Él me corresponde, y con un ligero golpe en su nuca, queda inconsciente. -

Estimado Black, ¿no sientes el cansancio? No puedo negar que me habría encantado continuar a tu lado, pero ha llegado el momento de que me retire.

-Me levanto de la cama y busco la ropa que se encuentra a mi alrededor. Luego, tomo mi teléfono y llamo al conductor, quien me informa que llegará en treinta minutos. Comienzo a revisar mis pertenencias y, tras diez minutos, encuentro un portátil. Al encenderlo, para mi sorpresa, no tiene contraseña. Navego por los archivos y envío varios de ellos a mi correo. Después de unos minutos, regreso todo a su lugar original. Me acerco a Black, que sigue inconsciente. Se ve tan pacífico y atractivo mientras duerme.-

En esta noche tan intensa, te prometo que tu muerte sera rapida; sin embargo, antes de que llegue ese momento, disfrutaré de tus placeres.

-Tomo un bolígrafo y escribo una nota con mi número de teléfono.

Nos veremos muy pronto. Lo que ocurrió esta noche, tus besos y caricias, ha dejado una huella profunda en mi piel. Espero que, cuando nos reencontremos, pueda disfrutar de tu placeres.

Atentamente,

Valka -

Por Dios, qué cursi suena esto; debo parecer una estupida

-Salgo de la habitación y desciendo a la planta baja. Uno de los guardaespaldas se acerca a mí y me pregunta por Black; le informo que está durmiendo. Luego indago si mi chofer ya había llegado, a lo que él me responde que sí, que está afuera esperando a que le dé paso. Tras 30 minutos, finalmente llego a mi casa. Estoy exhausta y lo único que deseo es dormir. Escucho pasos en la escalera y reconozco que son Dimitris y la mocosa. Me pregunto, ¿qué hace ella aquí?

No puedo creer lo que está sucediendo. Intento mantener una expresión neutral mientras ellos se despiden y yo me dirijo hacia el sofá a esperar a mi hermano. Después de una hora, aparece con una sonrisa tonta.-

Dimitris

-al girarse arqueando una ceja, su expresión se torna seria. -

¿Por qué estás vestida con ropa masculina? ¿Te reconciliastes con Carlo?

No, él ya forma parte de la tierra. ¿Cómo se te pudo ocurrir traer a esa chica?

- Él se acerca al sofá con una sonrisa burlona y, antes de sentarse, toma un vaso y sirve un poco de whisky.-

Entonces, ¿lo mataste?

Sí, te dije que eliminaría cualquier amenaza. Aún no has respondido a mi pregunta.

- Me mira, inclinando levemente su rostro.

Simplemente quería estar a solas con mi novia. ¿Cuál es el problema?

¿Eres idiota? Por Dios, Dimitris, tu obsesión y amor por ella te impiden pensar con claridad.

- Me interrumpe y deja el vaso sobre la mesa.-

Cuida tu tono, Valka. Soy tu líder y debes ser prudente con tus palabras.

- Hago una expresión de burla. -

En este momento, no estoy conversando con mi líder, sino con Dimitri, mi hermano. No estamos en Rusia; estamos en Italia para cumplir con nuestra promesa de aniquilar a la familia Vannicelli. Así que concéntrate; no pienses con las emociones, sino con la razón. Si esa joven nubla tu juicio, entonces debo ocuparme de ella.

- Mi hermano se posiciona sobre mí y me sujeta del cuello. -

Valka, te lo diré una última vez: no te atrevas a hacerle daño a Caeli, porque de lo contrario enfrentarás consecuencias.

-Sus ojos están oscurecidos y su expresión denota enojo; nunca lo había visto así. Me río con sarcasmo mientras conecto mi mirada con la suya.-

¿De verdad estás considerando hacerle daño a tu única hermana, quien comparte tu sangre, por esa chica insignificante?

No pongas a prueba mi paciencia.

-Con un movimiento decisivo, liberto mi brazo y lo empujo al suelo. -

Enfócate y no permitas que ella se convierta en un obstáculo, ya que tus amenazas carecen de relevancia para mí. No temo a la muerte; mi único propósito en esta vida es la familia Vannicelli.

-Subo las escaleras hasta llegar a mi habitación, tomo mi portátil y empiezo a descargar los archivos, descubriendo cuentas bancarias y direcciones. Esto promete ser interesante. -