¡A la horca!
Esas palabras resonaron en toda la sala.
Adela cayo sobre sus rodillas al escuchar aquella condena tan injusta que se le había impuesto, “yo no lo hice” se repitió en su cabeza. Despues de descubrir quien habia hecho tan miserable a su familia y la habia inculpado fue directo a la horca mirando el rostro satisfecho de su enemiga.
Es demasiado calido, Adela abrio los ojos y se encontro con cuatro paredes que ella conocia muy bien.
-Esta vez salvare a mi familia.
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Episode 8
—Necesito contratar sus servicios, ya que necesitaré a alguien para protegerme, entre otras cosas.
—Es más conveniente si me explica a detalle, pero si lo que necesita es un guardia estoy muy segura que su familia se lo podría proporcionar.
Dijo Doroty mirando a la jovencita frente de ella, quien tenía una piel delicada y ojos preciosamente hechizantes. Adela notó que Doroty la observa esperando una respuesta, así que no dudo y hablo sin preocuparse demasiado, sabía que podía confiar en ellos, porque a pesar de que eran mercenarios eran leales con sus contratantes.
—Necesito a un empleado que sepa defenderse en caso de que alguien quiera lastimarme, aparte que tenga conocimiento con los números y también necesito que alguno de ellos me entrene, quiero ser capaz de poder protegerme por mí misma.
Todos, incluyendo a Cathy, quedaron sorprendidos, jamás pensaron que una dama noble pudiera hacer tal pedido, ¿Por qué una dama elegante como ella querría aprender a defenderse cuando podía pagar guardias?
—Señorita Adela… ¿Ud. entiende que mis chicos son mercenarios, verdad?
Cathy al escuchar esto hizo un grito ahogado y se tapó la boca con ambas manos, mirando aterrada a la gente frente a ella y buscando con la mirada una puerta de escape.
—Eso lo tengo muy claro y es exactamente por eso que he venido aquí, la cosa más importante es si ¿tomaran mi pedido?
Adela preguntó a quienes estaban frente a ella, dejando una bolsa de joyas valiosas sobre la mesa que se encontraba allí. Doroty sonrió al ver los ojos decididos de la pequeña joven que se encontraba conversando con ella, esa joven parecía completamente decidida y segura de lo que estaba haciendo por lo que Doroty no se negó.
—Muy bien, señorita Adela… El mejor en negocios y números aquí es Daniel y, Ud. Puede escoger a quien quiere para que la entrene, le puedo asegurar que todos mis chicos tienen un alto poder de conocimientos en lo que respecta a defensa y ataque.
Todos los presentes miraron a Adela esperando su respuesta mientras que Daniel se movió y puso detrás de ella, Adela miro a los últimos cuatro chicos que se encontraban allí y después de analizarlos un momento se decidió, mientras que ellos la miraban esperando ser los escogidos.
—Creo que necesitaré a los cuatro, no quiero que se agoten y tampoco quiero que dejen su trabajo aquí, así que si se pueden ir turnando sería genial, entonces me gustaría que se presenten si es posible.
Doroty sorprendida por la amabilidad y consideración de Adela, sonrió y asintió a los cuatro jóvenes, el primero en presentarse fue Daniel.
—Buenas tardes Srta. Yo soy Daniel y me especializo en números y estrategias.
—Yo soy Marco y me especializo en defensa y ataque por sorpresa, en definitiva en no ser detectado.
—Soy Felipe, soy quien se encarga de ataque a distancia.
—Soy Paul A su servicio Srta. Me especializo en ataque cuerpo a cuerpo.
—Leandro me encargo de mantener seguro el perímetro y la investigación de campo antes de los ataques, también me contratan para hacer investigaciones exhaustivas
Adela los observo a todos, Daniel usaba anteojos y tenía un pelo bien ordenado, pero su mirada fría y rostro tosco lo hacían intimidante ante los demás, Marco era más delgado que el resto de sus compañeros, pero parecía ágil y extrovertido por su sonrisa pícara que se definía sobre la cicatriz en su labio. Felipe parecía tranquilo y desinteresado, Paul, por el contrario, parecía pícaro y atrevido con una cicatriz sobre su rostro que atravesaba desde su frente hasta el final de su ojo izquierdo y por último Leandro quien se veía serio, pero gentil tenía una pequeña cicatriz sobre su mejilla que era casi indetectable.