Mi Pequeña Estrella

Cuando Leonel volvió a casa más tarde ese día, ya estaba muy molesto, tenía mucho trabajo aún, y perdió casi todo el día por la lluvia, y por llevar a Coral a su casa

Entro a la cocina, a bus un refrigerio, para después seguir trabajando, ahí estaba Noel, comiéndose un sandwich, parecía perdido en sus pensamientos, tenía el cabello húmedo, debía haber tomado un baño ya.

-¡ah! Volviste, dejar a tu novia - le dijo al verlo

-ella no es mi novia - respondió Leonel molesto

- ¿y ella lo sabe? -

- ¿De nuevo con eso? ¿No tienes nada mejor que hacer? -

-la verdad no - Leonel se encogió de hombros y siguió comiendo.

-entonces ven conmigo - le pidió Leonel

-¿para qué? -

- no preguntes, y ven sígueme - respondió Leonel

Noel metió el resto de su emparedado en su boca, tomo un trago más de leche y fue tras el otro chico.

Cuando salieron de la casa fueron hacia los gallineros, le ayudo a sostener la linterna, para qué los cerrará, a resguardar bien herramientas y demás, se había puesto unas botas de plástico, de lo contrario estaría lleno de lodo, después de cerrar las puertas del granero, regresaron a la casa después de terminar todo el trabajo.

- no eres tan pésimo ayudante - le dijo Noel, el chico mayor al volver a casa.

- o gracias, no sé si tomarlo como halago, o como insulto - respondió él - mira que ponerme a trabajar después de que ya me duche, seguro lo haces para mantenerme callado -

- ¿y lo logré? - le pregunto él - ¿logré mantenerte callado? -

Noel sonrió y negó con la cabeza -no, en absoluto, no pienso callarme, solo tengo curiosidad, esa chica es tonta, pero se podría decir que es bonita, no me agrada si, pero mi duda es ¿por qué no te gusta? -

- ese no es asunto tuyo - Leonel fue se puso a sacar cosas del refrigerador -

- ¿o quizá?, solo quizá no te gustan las mujeres - insinuó el chico, sonriendo de nuevo

Leonel puso algunos alimentos en la mesa, y volteo a verlo - ¿qué, tienes la esperanza de que me gustes tú? -

Noel se puso una mano en el pecho, y haciéndose el dramático -¿yo? No me hago tantas ilusiones, ¿aunque?... si eres curioso, y no sabes muy bien aunque te gusta, yo me ofrezco como tributo -

Leonel dejó el cuchillo con el que estaba cortando las orillas del pan, sobre de la mesa, y fue hacia donde estaba Noel, este estaba recostado contra la encimera, aún lado del lavabo.

Leonel se puso a lavar un jitomate, cerro el grifo del agua, y se paró frente a Noel, estiró el brazo, y abrió la alacena, para sacar un recipiente de vidrio.

Bajo las manos, pero no se movió, su cuerpo quedó rozando con el del chico delgado - es una oferta muy tentadora, pero no creo que seas mi tipo, estás muy delgado - Leonel estaba intentando intimidarlo, pero obtuvo el efecto contrario.

Noel subió las manos y se las puso sobre el pecho - no me tientes, soy muy capaz de seducir a un hombre, así que no vas a corresponderme, no me provoques, ya te dije que el celibato involuntario no es lo mío - dicho esto, lo empujó un poco, y se hizo a un lado - buenas noches, si quieres algo de esto ya sabes dónde encontrarme -

Leonel puso las manos en la barra de la cocina, estaba intentando disuadirlo de seguir con esa tontería, y termino más confundido que antes, sus sentimientos por este joven actor, eran confusos, sobre todo en los últimos días, no quería caer en sus provocaciones, y termino haciéndolo.

Noel durmió tranquilo ese día, y con una sola cosa en mente, si quería seducir a Leonel, tal vez no sería tan difícil hacerlo, además ya no tendría que buscar más con quién pasar el rato.

Al día siguiente Noel estaba de mejor humor, ya tenía algo con entretenerse en este aburrido lugar, se encontró a Leonel en la cocina.

- ¡Buenos días, bomboncito! - le dijo a Leonel, y le mando un beso, desde la entrada, mientras esté lo miraba como si hubiera perdido la cabeza

- cada día estás más loco -

- jamás he estado cuerdo - respondió este - pero hoy es un bello día, salió el sol, y presiento que algo bueno pasará hoy -

- ojalá un durazno golpee tu cabeza, y regrese tu cordura - respondió Leonel, comiendo el último bocado de su desayuno

- ¿por qué quieres que regrese mi cordura, tienes miedo de mí? -

- mira ese tamaño, ¿por qué te tendría miedo? - Noel le ponía mermelada a un pan tostado, y se metió la cuchara a la boca para chupar el resto

- no lo sé, tal vez tienes miedo de que te seduzca con todo esto, que tengo debajo - dijo levantando su camiseta, y mostrándole el abdomen plano al otro chico, el cual no pudo evitar echarse a reír.

Leonel se puso de pie, y dejo los platos en el fregadero.

- termina tu desayuno, y ve a trabajar -

- ten un buen día pastelito - respondió este, lanzándole otro beso - no te resistas mucho, tarde o temprano acabarás en mi cama -

Leonel no respondió solo se salió riéndose, como le gustaría tener la seguridad que ese chico tenía para decir tantas tonterías.

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más tarde esa misma tarde, Noel estaba terminando su trabajo, el hombre que trabaja a su lado, que había estado podando unas ramas, cuando él se retiraba, este le dio las tijeras de podar.

-¿puedes guardarlas por mí? - le pregunto

-claro, dime ¿dónde las pongo? -

- ahí en cuarto de herramientas, está a un lado del granero -

Noel las tomo, fue y las guardo, cuando se retiraba, escucho que alguien se reía dentro del granero, era una risa femenina, que le parecía familiar, se acercó con cautela, y abrió un poco la puerta, se tapó la boca, con sorpresa, mientras con la otra mano buscaba su celular, que estaba en alguno de los bolsillos de su ropa de trabajo.

Dentro estaba Coral, Pero no estaba sola, estaba sentada sobre el montón de pacas, con las piernas abiertas, y el vestido subido hasta mitad de los muslos, uno de los trabajadores estaba con ella, acomodado entre sus piernas, con las manos en los muslos de la chica, mientras se besaban, e iba metiendo las manos debajo del vestido.

Noel sonrió, tomo un par de fotos, cerro la puerta con cuidado y se alejó sonriendo, este no había sido un buen día, si no uno grandioso.

Ese par de fotos le serían muy útiles algún día, lo sabía.