Frontera Roja

Hoy es el quinto día desde que Klea obtuvo la custodia, entre la pasante y la asistente social, encontraron una familia para Florence. Es una familia que ya ha albergado otros niños huérfanos de manera temporal y ellos están encantados de recibir a la nigeriana.

Esto es una buena noticia, es una preocupación menos para Klea, en casa le esperan menos tareas de cocina, menos lavado de ropa entre otras cosas. Le permite atender mejor a Kader y a Alma.

Klea, tiene que hablar con Eduardo y su novia de que mañana será el último día con Florence. Si bien es cierto las clases acaban de empezar por ser setiembre, el alcalde ya hizo el registro de la niña en otra escuela y estará cerca de la casa donde va a mudarse.

A la tarde, Klea llega a casa y descubre una visita, son sus padres, quienes vinieron de Madrid para atender a los niños que su hija tiene bajo custodia. Los mayores estaban en el departamento, el papá tiene en brazos a Kader y la mamá tiene a la pequeña Alma. Sostienen una breve conversación, porque se le hace tarde para Klea.

- Mamá, debo recoger a Florence en casa de la vecina de piso.

- Descuida hija, nosotros nos encargamos de nuestros nietos temporales. Mira no más a tu padre como juega con Kader.

- No tardo.

Klea toca la puerta de Eduardo y sale a recibirla la novia.

-Hola, Klea, pasa. – se saludan como viejas amigas.

- Hola, gracias. ¿cómo le fue el día a Florence?

- Muy bien, aprendió palabras nuevas en español y fue una excelente ayuda para el profesor de inglés para hacer conversaciones, él está fascinado con su ayuda.

- Eso es bueno.

Florence estaba comiendo un helado, aún había calor, no tan fuerte como se padece en agosto, pero no está de mal un helado.

-Tengo buenas noticias para Florence, pero quizás no lo sea tanto para nosotras.

- Dime. – su sonrisa se va borrando, parece entender la buena noticia.

- Mañana por la tarde, viene aquí la familia de acogida temporal para ella, ellos ya han tenido experiencia y dominan su idioma.

- De modo que se va, Florence. – se entristece un poco, se encontraba bien con la niña.

- Sí.

- ¿Mañana por la tarde? – quiere asegurarse de haber oído bien.

- Ellos vendrán por ella.

- Le haremos su despedida en el patio del edificio. Eduardo quiere quedarse con Alma y yo también. Estamos formalizando nuestra relación, estamos con los papeleos del matrimonio.

- Felicitaciones. – le da un fuerte abrazo.

- Gracias, aunque también nos gustaría cuidar de Kader, pero no entendemos su idioma, así que nos quedaremos con Alma. Es nuestro sueño.

- Una abogada y una asistente social están evaluando las familias que quieren adoptar a los niños de manera temporal.

- Pero la queremos adoptar. – ella teme no tener a Alma en casa.

- Durante el tiempo que dura la acogida, pueden solicitar la tenencia prolongada de la menor hasta que sean aceptados para calificar como padres adoptantes.

- Ah, ok. Entiendo.

- Nada se pierde con hablar con ellas.

- Eduardo todavía no llega a casa del trabajo, pero hablaré con él.

- Listo. – Klea sonríe y llama a Florence – Florence, your temporal grandparents are here. [Tus abuelos temporales están aquí]

Florence tiene curiosidad de conocer a sus abuelos temporales. Se despide con un beso de la vecina y sale contenta para la otra puerta. Al abrirse la otra puerta, ve a los mayores que la esperan con los brazos abiertos, y Kader hace lo mismo.

Eduardo y su novia están tristes, siempre ven a Alma por las tardes, él juega con Kader para evitar hacer diferencias. Aun así, lo hacen para mantener la costumbre hasta que todo cambie, para ello compran bocados como para compartir con los nuevos invitados, los padres de Klea.

El padre de Klea, fue por vino para acompañar los bocados, la velada fue amena inclusive para los niños.

Al día siguiente, los padres de Klea pidieron un permiso para hacer una fiesta de despedida para Florence, el permiso fue otorgado por el conserje del condominio. Todo va quedando listo para recibir a la nueva familia, Florence está pasando su último día de clases, Klea se lleva a los niños para que sus padres puedan dedicarse a la decoración de la fiesta de despedida.

Son las cuatro de la tarde, Klea está saliendo del trabajo, Florence está en el patio del edificio con los abuelos adoptivos, Carla, la novia se Eduardo la acompaña mientras terminan de llenar la mesa de dulces y se pone un poco de música, los niños del edificio que quieran participar a la fiesta tienen entrada libre. La familia de acogida ha llegado con sus hijos, ellos buscan la manera de ganarse la confianza de Florence, minutos después llega Kader corriendo, la música le atrae, haciendo correr a Klea con la bebé en brazos.

Kader tenía en mano comida preparada por la abuela, y ella le dio de comer en el patio junto a los otros niños ¿Qué niño no disfruta de la comida en compañía de otros y con música? Pues Kader ha demostrado tener dotes de baile como buen kurdo.

La familia de acogida grabó el baile de Kader para tener de recuerdo para cuando Florence crezca. Las intenciones de la familia es que los niños no se olviden en el tiempo, que no es un adiós si no hasta luego.

Florence lloró al tener que irse a su nueva casa. Klea sostuvo una reunión privada con los padres adoptivos y les entregó las pocas cosas que Florence tenía, y junto con la pasante se realizaron las firmas correspondientes de los documentos que se deben de presentar al juez de menores.

Son las ocho de la noche, Kader fue bañado y puesto a dormir, pues había bailado bastante, el niño durmió de inmediato, las golosinas que sobraron fueron repartidas con los niños del edificio.

Eduardo y su novia se fueron a su departamento con un sin sabor, ya se fue una niña, en cualquier momento, se irá Klo más triste triste para ellos sería que la siguiente en irse sea Alma.