Paloma está determinada en robar al novio de su hermana mayor y para ello está dispuesta a poner a todo el mundo en contra
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Capítulo 8
PALOMA
Ya han pasado cuatro días desde que estoy casada y de esos cuatro, tres de ellos los he pasado sola en la casa de Noah. Él no ha vuelto después de esa primera noche y si no fuera porque sé que está yendo a trabajar y está tratando de convencer a Mateo de ponerse de su lado en un eventual juicio, estaría preocupada. Afortunadamente, Mateo aunque se siente culpable, ha resistido.
Todo ello lo sé porque hablo con Mateo y con Elisa todos los días y me dan fuerza para continuar.
Si no fuera por ellos, nunca hubiera llegado tan lejos en primer lugar.
Guardo el plato y el vaso que ocupé y voy al baño para lavar mis dientes antes de ir a dormir.
Tomé prestada la habitación de invitados y además de desempacar lo necesario, estoy tratando de perturbar lo menos posible el espacio de Noah.
Reviso mis mensajes y respondo a amigos y compañeros de curso, equipo y trabajo, pasando de largo las amenazas de mi madre.
-Sorprendentemente, nunca me prestó atención como ahora- aunque eso es sólo porque se trata de mi hermana supongo. Mi padre, aunque al principio se involucró, ahora parece no importarle nuevamente. Nada nuevo.
No es que me importe, desde niña fui criada por niñeras, hasta que ya no las necesité, así que algo como amor paterno, nunca lo conocí y nunca lo he necesitado.
-Lo único que sé, es que si tuviera hijos, los amaría y cuidaría como nunca lo hicieron mis padres- pienso en tener hijos con Noah, pero hasta para mí se siente como algo casi imposible.
Me doy vuelta en la cama y pienso en que si no vuelve, no sé cómo se supone que pase tiempo con él y trate de enamorarlo.
-Como si supiera como hacerlo… ¿Quizás debería pasearme con algún traje provocativo por frente de él?- no tengo respuesta a si resultaría, de todos modos si no lo veo, ni siquiera podría hacerlo.
Pero contrariamente a mis pensamientos, él se comunica conmigo para hacerme saber que sus padres nos invitaron a almorzar y que ni se me ocurra decirles nada raro, que para todos los efectos, yo sigo siendo la hermana menor de su novia.
-Ok...
-Tu madre ya está tratando de solucionar el lío que armaste y que te niegas a solucionar, así que esto acabara en nada de tiempo.
No digo nada, pero me duele el tono duro que nunca escuché antes de esto.
Él me dice la hora y que no llegue tarde, luego corta.
Desde ese día, escucho que llega a casa tarde en la noche y se va de madrugada, lo que es francamente frustrante.
Cuando llega el día de ir a casa de sus padres, por fin nos vemos cara a cara. Y aunque su cara de malestar no es la ideal, al menos me alegro de que esté bien.
-¿Estás listo?- pregunto, después de un saludo incómodo.
-Lo estoy- dice -pero tendrás que ir por tu cuenta, Michelle me pasará a buscar- dice poniendo las llaves de su auto sobre el mostrador, cerca de mí, pero en realidad no le presto atención, porque todavía estoy procesando el que está llevando a Michelle.
-Disculpa si me equivoco, pero ¿tus padres saben que ahora estamos casados?- pregunto, solo para estar segura.
-Lo saben. Mateo se los dijo.
-Y ellos nos invitaron a ambos- me aseguro.
-Sí.
-¿También invitaron a Michelle?- pregunto y claramente por su expresión no lo hicieron.
-Ella es mi novia y no quiero que mis padres se confundan- dice, a la defensiva.
-¿Y no crees que esta situación será extremadamente incómoda para todos? Estás actuando como un niño pequeño con una rabieta- digo, con los dientes apretados, porque ya veo que será un desastre y que seré humillada por mi hermana de alguna manera.
-Tienes que estar bromeando- dice -¿después de todo lo que has hecho, el infantil soy yo?
-Entiendo que estés molesto, pero…
-No, no estoy molesto, estoy furioso. Me quitaste todo lo que tengo y ¿ahora además esperas que juegue a ser un buen esposo? Si quiero ir con Michelle, iré.
-Ya te dije que devolveré todo en seis meses…
-¿Y tengo que aguantar tranquilo ese tiempo? Mierda, no lo haré. Si tenías problemas con un prometido, debiste solucionarlo sola y no meterte en mi relación con tu hermana- dice. Cada vez está más cerca y enojado, tanto que tengo un poco de miedo de que pierde el control, pero trato de no mostrarlo. Tampoco digo nada sobre ese tal prometido, porque seguramente eso está relacionado con alguna idea de mi madre.
-¿Qué relación? Si el único que en realidad piensa que están en una relación eres tú. No seas ingenuo, Michelle te engaña y ni siquiera te respeta.
-¿Y qué? Quizá a mí no me importe que me engañen, quizá es algo que ya hemos hablado, quizá es algo que no es de tu incumbencia.
-Me incumbe, porque no me gusta verte sufrir- digo en lugar de decir que me incumbe, porque soy una idiota que lleva años enamorada de él.
-Si no me quieres ver sufrir, entonces piérdete- dice cruelmente y en serio creo que voy llorar justo en este momento. Afortunadamente, lo llaman y aprovecho para darle la espalda. Él contesta y lo escucho como habla con Michelle, antes de salir sin decir nada más.
Cuando se cierra la puerta, me siento en el sillón y dejo que algunas lágrimas salgan.
Sabía que sería duro, pero saberlo y experimentarlo, son cosas muy diferentes.
-Sabía que sería imposible para mí resistir seis meses…- de este modo no creo que logre algo. Respiro hondo e intento recomponer mi mentalidad, así como lo hago cuando vamos perdiendo un juego. Cuando ya creo que estoy lista, me levanto, decidida a pasar por esto, aunque me cueste.
Veo las llaves del auto, pero no las tomo, en su lugar salgo y llamo un taxi, porque cuando decidí hacer todo esto, me prometí que devolvería todas las pertenencias de Noah intactas y eso incluye no ocupar sus pertenencias, excepto por las indispensables, como la cama, el baño y la cocina.
Cuando llego a la casa de los padres de Noah, ya estoy retrasada además de todo.