Gleen Fernando siempre parece alegre, pero en su corazón guarda profundas cicatrices. Desde pequeño, nunca conoció la felicidad, pues fue víctima de un secuestro cuando era un bebé, y todos pensaron que había muerto.
Al crecer, se convirtió en un maestro del engaño, usando su atractivo para estafar a sus víctimas. Sin embargo, su vida dio un giro cuando se unió a un detective para resolver múltiples casos.
Durante una de sus investigaciones encubiertas, un inesperado incidente lo llevó a reencontrarse con su verdadera familia.
Nadie imaginaba que él era el heredero perdido que había regresado. Ahora, está decidido a destruir a todos los involucrados en su secuestro y en el asesinato de su madre.
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Capítulo 7
Gleen había llegado al lugar acordado y procedió a silbar; tenía que parecer alegre, a pesar de las heridas profundas que su corazón sostenía. ¿Cómo podría ser feliz si todavía no había encontrado a Salman, quien había asesinado a Rima? No tenía ninguna pista sobre la identidad de sus padres biológicos, y ¿por qué razón Robert quería matarlo?
Su corazón estaba plagado de preguntas: ¿Habían estado sus padres biológicos buscándolo todo este tiempo? ¿Seguían vivos en este mundo? ¿Y qué relación tenían sus padres con Robert?
Gleen no era un hombre adinerado; no todos estaban buscando contratar a un novio falso u otros servicios, y el costo de contratar a un detective era prohibitivamente caro. Por lo tanto, se esforzaba por ahorrar suficiente dinero para contratar a un detective para localizar a Salman e investigar por qué Robert quería su vida.
Cuando logró obtener sigilosamente información sobre Robert, todo lo que contenía era la identidad de Robert, sin pistas que lo llevaran a sus padres.
Al bajarse de su moto deportiva, Gleen envió un mensaje a la mujer que afirmaba ser Malika. El hombre no pudo evitar sonreír con alegría, habiendo asegurado fácilmente 20 millones.
[He llegado frente al edificio, ¿dónde estás?]
Antes de mucho tiempo, Felicia salió del edificio, acercándose sola y ofreciéndole a Gleen una dulce sonrisa.
La impresionante belleza de esta mujer casi detuvo a Gleen en seco; ¿podría ser en realidad una persona ordinaria o tal vez una víctima de Jaka Tarub?
Esta era la primera vez que Gleen tenía una clienta tan hermosa como Felicia.
"Entonces, ¿tú eres Malika?" preguntó Gleen.
"Sí", respondió brevemente Felicia.
"Tu nombre me recuerda a un anuncio", intentó Gleen con humor, con el objetivo de crear una conexión con su cliente para poder aparentar ser una pareja real en público de manera convincente.
Felicia no pudo evitar pensar que Gleen era mucho más apuesto en persona que en su foto de identificación; qué desperdicio para un hombre de su apariencia el recurrir a vender su atractivo por dinero.
A Gleen le resultaba difícil creer que una mujer tan hermosa como Felicia estuviera sin novio. "¿Por qué alguien tan impresionante como tú no tiene novio? Probablemente podrías hacer que muchos hombres se enamoren perdidamente con solo una sonrisa".
Gleen era, de hecho, hábil al hablar dulcemente, capaz de hacer que los corazones palpitaran con sus palabras. Sin embargo, a Felicia le daba náuseas escuchar sus cursis frases.
"Nadie puede lidiar con estar conmigo", respondió Felicia, sonriendo dulcemente.
Gleen frunció el ceño, confundido por su declaración. ¿Lidiar con ella de qué manera? ¿Nadie podía lidiar con su actitud? ¿Los celos? ¿La posesividad? ¿O era algo completamente diferente?
Decidiendo no insistir en el asunto, Gleen fingió entender, riendo ante los mensajes codificados que las mujeres suelen ocultar en sus palabras.
Felicia lanzó las llaves de su auto hacia Gleen, quien las atrapó ágilmente.
"Vamos a tomar mi coche", sugirió Felicia, dirigiéndose hacia su lujoso vehículo.
"De acuerdo, claro", no tuvo objeciones Gleen; después de todo, él era suyo por esa hora.
Silbando de nuevo, Gleen observó la figura de Felicia desde atrás, reconociendo su innegable atractivo: la combinación perfecta de una figura impresionante y un rostro bonito.
Entraron juntos al coche. Gleen lo encendió rápidamente, bastante acostumbrado a conducir, aunque no podía permitirse un coche propio. Estaba deslumbrado por el coche deportivo de Felicia, que valía decenas de millones, cuando ni siquiera encontrar una comida sencilla era fácil para él. Su medio de transporte diario, una bicicleta de segunda mano, ni siquiera estaba pagada del todo.
"¿A dónde vamos?" preguntó Gleen.
"A un hotel", respondió Felicia, con calma.
"¿Un hotel? ¿No mencionaste querer presentarme como tu novio a tus amigos?"
"He cambiado de opinión".
Gleen tragó saliva, su mente acelerada tratando de entender por qué la hermosa mujer quería ir a un hotel con él. ¿Sería hoy el día en el que perdería su virginidad con esta clienta hermosa? Pero ¿cómo podría negarse, siendo impotente para detener a Felicia si insistía?
*¿Podría ser que ningún hombre pueda lidiar con ella porque es muy salvaje en la cama? En ese caso\, ¿para qué posición debería prepararme? ¿Pollo asado? ¿Geco de pared? ¿Estilo perrito? ¿69? ¿Estilo cangrejo?* pensó Gleen\, reflexionando internamente. Para ser sincero\, aunque nunca lo había practicado\, sabía mucho en teoría.
