NovelToon NovelToon
Una Mentira, Que Cambió Mi Vida

Una Mentira, Que Cambió Mi Vida

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Reencuentro / Embarazo no planeado / Completas
Popularitas:9.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabriela

Mary es una chica muy alegre y llena de sueños, aunque desde pequeña enfrentó muchos obstáculos, siempre es optimista y está con una gran sonrisa, buscándole siempre el lado bueno a todo, una día su vida cambiará, aunque al principio todo parece ir de mal en peor, pronto todo eso pasará a ser parte del camino para su felicidad, pues conocerá a su gran amor, aunque eso todavía no lo sabe, acompañame a vivit esa increíble historia, llena de dolor, lágrimas y felicidad.

NovelToon tiene autorización de Gabriela para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Mi ángel guardián

por otra parte, Mónica empezó a impacientarse, ya que el tiempo pasaba y Mary no regresaba, miró el camino de la bodega desde lejos, y no veía a nadie, le dijo a Ana:

—Voy a ver —, y bajó las escaleras apresurada.

Al acercarse escuchó voces, camino más rápido y sigilosamente, y logró escuchar a Mary que sonaba con voz aterrada:

—…déjeme salir —

—¿Y por qué tan apurada, princesa? —decía Don Napo con voz grave.

Mónica abrió la puerta con fuerza y dijo:

—¿Qué está pasando aquí?

Mary, pálida, con los ojos rojos, intentó acercarse a ella, pero Don Napo le bloqueó el paso.

Él se cruzó de brazos, molesto.

—Nada, Mónica, solo estamos conversando, ¿O qué, ahora debo pedir permiso para hablar con mis trabajadoras, qué no pueden ni hablar? —respondió con cinismo.

Mónica dio un paso al frente.

—Déjela salir —ordenó con dureza.

La sonrisa de Don Napo desapareció, la miró con frialdad, con una calma oscura que heló el ambiente.

—Tú no estás en posición de dar órdenes, Mónica —. Más bien deberías agradecer que te dejo trabajar aquí, no eres más que una simple trabajadora, que sin mi ayuda, estaría muriéndose de hambre y sin poder mandar ni un centavo a sus hijos.

Ella apretó los dientes.

—No le tengo miedo, Don Napo.

Él la miró de arriba abajo.

—¿No? Pues deberías, porque basta con que yo haga una llamadita para denunciar que estás en esta ciudad sin papeles. ¿Y tú sabes lo rápido que te mandan de regreso, verdad? Sin trabajo, sin estabilidad, sin nada.

Mónica sintió un golpe en el estómago, lo sabía, él tenía ese poder y los contactos, no le quedó más que escuchar callada lo que le decía Don Napo.

—Así que mejor no te metas —continuó él, acercándose intimidante—no metan narices donde no deben o las dos, y todas las que que quieran intervenir salen perdiendo, ¿Estamos claros?

Mary se agarró del brazo de Mónica, temblando, Ana quién había escuchado gritos estaba llegando al lugar, cuando vio salir a Don Napo, hecho una furia.

Mónica, aun con el miedo que le ahogaba el pecho, levantó la mirada y vio a Ana llegar hacia ellas.

—Déjala salir un momento- dijo Mónica, - necesita un poco de aire fresco -

Hubo un silencio largo.

Mary salió rápidamente, a subir las escaleras, salió al patio y estalló en llanto contenido, un llanto que estuvo sosteniendo desde la noche.

Después de desahogarse, entro nuevamente, se acomodó en su puesto y siguió su trabajo como si nada, Mónica y Ana la veían desde sus lugares y sabían que ella no se encontraba bien, vieron salir a Don Napo de su oficina, solo les dijo que trabajen, que él ya regresaba.

Mónica aprovecho para ir a ver a Mary, seguida de Ana, apenas llegaron Mary miro a Mónica y le dijo entre lágrimas:

—Lo siento… lo siento… yo no quería que te metieras en esto

Mónica la abrazó fuerte.

—No tienes que disculparte, recuerda que no estás sola en esto, ¿sí?.

Pero mientras la abrazaba, Mónica pensaba que Don Napo tenía razón en una cosa si él la denunciaba, su vida se derrumbaría en segundos.

Ana las abrazo también, sabía que algo malo le pasaba a Mary, pero no era el momento de preguntar, solo decidió apoyarla aunque todavía no sabía en qué.

El resto de la tarde Mary paso intentando concentrarse en su trabajo, pero las manos le temblaban y la respiración se le cortaba cada vez que recordaba la bodega y lo sucedido allí, Mónica estaba pendiente de ella, aunque trataba de no llamar la atención.

Ana, por su parte, no quitaba los ojos de las dos, pues sabía que algo grave pasaba… y ya no estaba dispuesta a quedarse fuera.

Cuando llegó la hora de salida, Mary tomó su bolso y caminó hacia la puerta con pasos lentos, no quería cruzarse con Don Napo, pero sabía que tarde o temprano lo vería otra vez.

Ana al verla salir la llamo con voz seria y le dijo:

—Mary —. Tenemos que hablar. Las dos. Ahora.

Mary bajó la mirada.

—No, Ana… no es buen momento.

—¿Entonces cuándo? —insistió Ana—. Te conozco algo te está pasando y a Mónica también, no voy a dejar que nos tratemos como extrañas, Mónica miró a Mary con suavidad, sin presionarla, Mary sintió que ya no podía más, la carga era demasiado pesada.

—Vamos a un lugar seguro —dijo Mónica—. No aquí, cerca de ese hombre.

Las tres caminaron hacia una cafetería que quedaba cerca de la empresa, s e sentaron en una mesa, el lugar era tranquilo, casi no había nadie, Mary respiró profundo, intentando sacar las palabras, pero el llanto se le adelantó.

Ana se alarmó.

—¡Mary! ¿Qué te hicieron? ¿Quién?

Mónica la tomó de las manos.

—Dile, mi niña, no estás sola.

Entonces, temblando, entre pausas y lágrimas, Mary le contó todo, con lujo de detalles, sin omitir nada.

Ana escuchó inmóvil, no podía creer todo lo que esa pobre chica tuvo que pasar, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no la interrumpió.

Cuando Mary terminó, el silencio se volvió pesado.

Ana se levantó bruscamente.

—¡Ese desgraciado! —exclamó— ¡Lo denuncio ahora mismo!

Mary la tomó del brazo, asustada.

—¡No! Ana, por favor no, él… él puede hacerles daño, él tiene mucho poder e influencias, y además nadie me creería… Y lo peor es que también puede denunciar a la migra Mónica y la pueden sacar de la ciudad…

Ana se detuvo, pero estaba furiosa.

—¿Y qué? ¿Nos vamos a quedar calladas mientras él sigue haciendo esto? ¡¿Y si lo hace con otra chica?!

Mary lloró más fuerte.

—Lo sé… pero tengo miedo… tanto miedo…

Ana la abrazó con fuerza.

—No mereces esto, Mary, no tienes la culpa de nada, vamos a estar contigo… pase lo que pase no te vamos a dejar sola, eso jamás.

Mónica se unió al abrazo las tres quedaron así un largo rato, unidas por el dolor, pero también por una nueva fuerza, la unión entre ellas se volvió mejor, estaban más unidas que nunca.

1
Marilenis maria vilchez mavares
Exvelente novela corta y con una trama muy buena
Eufrosina Ortiz Martinez
muchas felicidades muy buena historia
Maria Garcia
me encantó su novela
Angie G
Escritora ,no te vayas a tirar la historia,con más cosas desagradables,ella merece ser feliz.
Que la rescaten.
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play