Ecos Del Corazon

Sora se sentó al lado de Mai en las rocas, sentía el viento fresco en su cara y el sonido de las olas tranquilas golpeando la costa. La luna llena iluminaba el mar, creando un camino de plata en el agua.

Mai mira a Sora, "oye, no te preocupes por llegar tarde, yo te obligue a venir", dijo Mai, " no pasa nada, además Kaito ya me había invitado".

Mai se volvió hacia él, " me gusta venir aquí cuando hay luna llena", dijo. "Es como si el mundo fuera más mágico y las estrellas estuvieran más cerca".

Sora asintió, mirando al cielo sintiendo la misma sensación.

"Sí, es increíble", dijo. "La luna hace que todo parezca más especial y el mar parece tener un ritmo propio".

Mientras hablaban, Kaito y sus amigos los miraban desde la distancia, " Sora parece vivir en las nubes, es raro que congenie con Mai".

Sato asintió." Sí, Mai ya no nos habla como antes, pero es bueno verla con alguien".

Cecili se rió. "Y kaito es un verdadero casamentero", dijo. "Donde te encontraste a este chico", preguntó.

Kaito sonrió, "mi hermano parece que jugo con el y como es vecino nuestro lo invito a casa, allí lo conocí".

Mientras tanto, Sora y Mai continuaban hablando, la música de fondo les ponía un ambiente más natural, tranquilo y cómodo, la brisa salina del mar era un fresco abrazo para los dos, las estrellas parecían bailar al compás de ambos y la luna solo los iluminaba a ellos.

Las horas pasaban lento, la conexión entre ellos crecía con cada minuto que pasaba. La noche era joven, y el futuro parecía detenerce en ese instante.

La música cambia a petición de Kaito, quien estaba observandolos, pensó que quizás necesitaban algo de ayuda, la música suena, tranquila y delicada, notas suaves rodean el ambiente y las parejas empiezan a tambalearce de un lado a otro abrazados al ritmo de la melodía.

Sora ve hacia atrás y ve a Emili y Kaito quienes le hacían seña de que saque a Mai a bailar.

Sora ve a Mai, quien su mirada parecía perderse en el orizonte, se veía al igual que el cuando le dieron la noticia de su enfermedad

Pero en lugar de preguntar, se paro en su lugar y se baja de las rocas, Mai lo ve, Sora se posiciona en una pose que parecía salida de un príncipe de cuento y estira su mano.

Ambos se miran mutuamente, por un momento entre los dos todo había dejado de existir, solo quedaba la suave melodía de fondo.

Mai toma su mano y Sora en un delicado paso saca a Mai a bailar.

Sora y Mai se movían al ritmo de la musica, sus cuerpos sincronizados en un baile suave y delicado. La luna llena iluminaba el cielo, y las estrellas parecían bailar con ellos. La brisa salina del mar le acariciaba la piel, y el sonido de la olas golpeando la costa creaba un ritmo natural que se mezclaba de ellas en sus ojos.

La música era suave y romántica, y Sora se sentía como en un sueño.Mai se movía con gracia, y Sora trataba de seguir su ritmo. La noche era mágica, y el baile parecía hacer que todo fuera posible.

Kaito y sus amigos los miraban desde la distancia, sonriendo. "Parece que Sora y Mai están echos el uno para el otro", dijo Emili.

Sato asintió. "Sí hay una conexión especial entre ellos. Como si sus corazones se pidieran a gritos".

Cecili se rió. " Y Kaito es quien la hizo bien esta vez".

Kaito los miró, y se sonrió.

"Solo quiero ver a Mai feliz", dijo.

Mientras tanto, Sora y Mai seguían bailando, perdidos en su propio mundo. La música parecía llevarlos a un lugar donde solo exitian ellos dos, la conexión entre ellos crecía con cada paso que daban.

La música llegó a su punto culminante, y Ambos se detuvieron en un momento de perfecta sincronía. La luna los iluminaba, y las estrellas parecían brillar solo para ellos.

Sora miro a Mai a los ojos, y se sintió perdido en su mirada. Mai sonreía, y Sora se sintió feliz al verla así.

En ese momento el brillo de sus ojos parecían detenerlo todo. La música, la olas, el viento... todo parecía congelarse en el tiempo.

Ambos querían que todo quedara así, el tiempo detenido, sin preocuparse por nada, rosando lo inmortal.