Maya Smith ha vivido un infierno desde que su madre falleció. Su padre la obliga a casarse en busca de beneficios monetarios. Maya se resiste y quiere ser libre, por lo que en una subasta de autos, dónde todos van con máscaras, le propone a un hombre que se casen.
Pero todo cambia cuando descubre que su vecino ahora es su esposo.
Hugo Moore, siempre ha estado enamorado de ella, y desde ese día decidió que Maya sería su esposa.
Aunque al principio ella lo pida, la vida los ha unido. ¿Podrán superar las diferencias y ser felices? ¿Podrá ella amarlo como él la ama?
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Boda en dos meses
Maya después de escuchar a su hermana, la miro fijamente, ya que no sabía con qué truco le saldría.
- ¿Quieres que le diga a papá que tú viniste y me ofreciste tu ayuda? En caso de que él lo pregunta
- Si - Ava asintió - así yo me puedo casar por ti
- ¿Qué dices?
- Bien, cásate si eres feliz con eso y papá está de acuerdo, no le veo el problema
- Gracias Maya - Ava salto de la felicidad - Ahora me voy y le daré la noticia a papá.
- Mm - Maya se mantuvo en silencio.
Ava espero dos días para hablar con Gustavo, este se vio desilusionado al escuchar que Maya seguía negándose a casarse.
- Ava, lo hablaré primero con tu madre
- Papá, ella de seguro no estará de acuerdo
- ¿Crees que puedes ocultarlo?
- Está bien papá - Ava no tenía más opción que esperar.
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- ¡No! - Olga estaba furiosa - me niego a que mi hija se case, ella no es una mercancía Gustavo
- ¿Maya si lo es? Ambas son adultas, no entiendo tu arrebato de ira
Olga miró al hombre, con ganas de ahorcarlo.
- Ava está estudiando, ¿No lo entiendes? El matrimonio le va a quitar tiempo.
- Olga no seas terca, necesitamos de este matrimonio para poder mantener a la empresa, quizás podamos hacer un trato con ellos, que sea por un tiempo y después se divorcien
- Haz lo que te la gana, no esperes que está noche tengamos algo - Olga se fue batiendo los pies
- ¡Olga! ¡No puedes hacerme eso!
- Hoy no duermes conmigo - grito la mujer furiosa
Gustavo suspiro impotente, de pronto recordó a Mónica que nunca se comportó así como Olga y solo en ese momento deseo que ella fuera su primera esposa.
«Dios ¿Qué he hecho? ¿Soy tan malo para merecer esto?»
Gustavo se preparó bien temprano a la mañana siguiente, tenía que reunirse con el señor Moore como habían quedado.
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- Buenos días, señor Smith - Fernando saludo con amabilidad
- Buenos días, Señor Moore - Gustavo también estrecho la mano
- ¿Qué noticias me trae, en esta mañana? ¿La novia está dispuesta a la boda?
- De eso quería hablarle - Gustavo se rascó el cuello - Mi hija Maya no quiere aceptar está boda
- ¡Qué lástima Señor Smith! -
- Pero mi hija Ava, si está dispuesta a casarse
Fernando sonrió de lado y negó al escucharlo
- Me parece que no está andando por dónde debe ir Señor Smith
- ¿A qué se refiere?
- Le recuerdo que el día que firmamos el contrato, claramente dejamos escritos que la novia será su hija mayor, la señorita Maya y no su hija menor ¿Lo ha olvidado?
Gustavo se llevó una mano a su frente
- Perdóneme señor Moore, tiene toda la razón. Se lo dije a mi esposa, pero ya sabe cómo son las mujeres, no entienden razones y ella pensó que Ava podía reemplazar a Maya, ya que ella se ha negado
Fernando observó a Gustavo, algo le indicaba que el hombre estaba mintiendo.
- Espero que sea eso, y no que lo haya olvidado Señor Smith - el asistente de Fernando le acercó una copia del documento, dónde estaba resaltado la cláusula
- Por supuesto que es eso, ¿Cómo podría olvidar un detalle tan importante?
Y la verdad era que si, Gustavo había olvidado que en el contrato estaba escrito que la novia sería Maya Smith. Se había concentrado tanto en el dinero que había recibido por adelantado que no se acordó. Ni siquiera cuando lo hablo con su esposa e hijas.
«De seguro que con esta noticia, Olga estará feliz y dormirá de nuevo conmigo está noche»
- Ya que ha venido hasta acá, hablemos de la fecha ¿Qué le parece?
- Estupendo - Gustavo sonrió fingido
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- ¿Cuándo será esa dichosa boda? - Pregunto Brisa
- No lo sé - Maya se acostó en la gran cama al entrar en la habitación de su amiga - papá no lo ha comentado aún, pero según Ava, ella está dispuesta a casarse
- Claro ella quiere seguir viviendo como reina, para que ninguna uña se le parta
- me da igual Bri, mientras no sea yo la que se case. Cambiemos de tema, estoy cansada de hablar de eso, ¿Qué usaremos para esa gala?
- Vestidos de infarto, amiga - Brisa subió y bajo las cejas con coquetería - para matar a todos, que queden desmayados cuando apenas entremos en ese recinto deportivo, impactemos más que los autos de lujos que van a subastar
- ja, ja, ja - Maya se rio a carcajadas por las ocurrencias de su amiga - ¿Dónde será? Si van a subastar autos, imagino que tiene que ser en un lugar bastante amplio ¿No?
- Será en un casino, los autos serán proyectados en una sala y si quieres verlos, tocarlos te tocará ir al estadio en donde los tienen.
- Ok, entiendo.
- Aquí hay bastantes vestidos que Benja nos da regalado
- Probemos y veamos cuál queda mejor con nuestras máscaras.
- Mi máscara es, la blanca porque yo soy un lindo ángel, tú te quedas con la dorada - dijo Brisa
- Bueno está bien.
Ambas amigas pasaron la tarde escogiendo el vestido para la gran noche que les prometía sería increíble. Maya escogió uno azul, el cual tenía una abertura en la pierna. Brisa usaría uno en tono negro.
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Maya al llegar a su casa, Gustavo la esperaba en la gran sala.
- Sígueme - fue la simple y seca orden de Gustavo
Maya obedeció, ya en su mente sabía que tema salía a relucir.
- ¿Otra vez sobre la boda? ¿Hasta cuándo con este tema? Ya llevamos más de una semana en este plan papá
- Si y más de una semana en que te niegas aceptarlo - Gustavo no andaría con rodeos - Necesito que aceptes casarte, Ava no puede ser tu sustituta
- ¿En qué idioma tengo que decírtelo? No quiero papá, no me puedes obligar, me niego. Que se case Ava, ella está ansiosa por hacerlo
- Aquí no hay opciones Maya, te casas porque te casas. La boda será en dos meses.
- ¿Qué? Esto es el colmo. Esa boda no se va a realizar, te lo juro papá. - Dicho esto Maya salió del despacho
Gustavo miró con ira a su hija, y paso sus manos por sus cabellos. Estaba a punto de seguirla cuando su celular sonó
- ¿Hola?
- Señor Smith ¿Cómo está? Le habla el Señor Ruiz ¿Se acuerda de mí?
Gustavo palideció al escucharlo
- Claro que sí Señor Ruiz, como olvidarlo. Dígame
- Disculpe que lo llame a estas horas de la noche, quería saber si ha pensado en la propuesta que le hice
- Si Señor Ruiz y me gustaría hablar con usted en persona
- Magnífico, ¿Podemos reunirnos mañana?
- Está semana estoy muy ocupado - Mintió Gustavo - ¿le parece una semana? - pregunto tanteando el terreno
- Está bien señor Smith, nos vemos en una semana - dicho esto Manolo colgó
