Entre Cadenas Y Videojuegos

Advertencia (este capítulo tiene contenido más +18)

Después de colgar con Mariana, me quedé un buen rato viendo el techo, según Elías esto ayuda a pensar mejor. Ya que las palabras de Mariana seguían en mi cabeza como una canción que no puedes quitarte de encima. Tenía razón en todas las acciones de Elías, pero había algo en mí que se negaba a aceptarlo. Porque si lo admito, esignificaría admitir que estaba atrapada en una relación que no era tan bonita como yo la imaginaba, era tan bonito como yo lo imaginaba, era como decir que estaba ciega de amor por él.

Decidí escribirle a Elías.

"Te amo. Gracias por cuidarme tanto"

No paso ni un minuto cuando ya tenía su respuesta.

"Yo más a ti, Isabelita. Perdón si a veces soy intenso, es que eres lo más bonito que tengo y no te quiero perder, porque, sino quién será la madre de nuestros hijos."

Sonreí, porque Elías siempre tan lindo y dulce lograba olvidar todo lo malo. Él sabía endulzarme el oído con cosas lindas, él me juraba que éramos el uno para el otro y solo por eso sería su esposa y madre de sus hijos.

"Eres mi todo. Yo soy ese pirata que andaba buscando su joya más valiosa y al fin la encontré, porque eres la joya más hermosa y brillante de todo el mundo que jamás me atrevería a perder."-Agrego.

Seguimos platicando un rato. Me preguntó que había hecho en todo el día y le conté de la llamada con Mariana, aunque omití lo que realmente dijo.

-Solo te marca para fastidiarte, quitarte tiempo, porque es una mujer que no tiene nada que hacer, ya sabes cómo es ella-se río.

Yo sonreí, aunque por dentro me dolía su comentario. Pero preferí cambiar de tema y dejarlo pasar. No quería arruinar el momento y que Elías se enojara.

Esa misma noche, cuando yo estaba acostada en mi cuarto con las luces apagadas y los audífonos puestos, Elías me hizo una videollamada. Acepte sin pensarlo. Lo extrañaba. Siempre lo hacía a estas horas, cuando todo estaba en silencio y parecía que el mundo era de nosotros dos y podíamos tener conversaciones de otro tipo. 🔥

Su rostro apareció en la pantalla con esa sonrisa que me enamora todos los días.

-Te ves tan linda-me dijo, aunque solo traía puesta una playera vieja y el cabello recogido.

-Tú también le respondí.

Hablamos de todo y nada durante varios minutos. Hasta que su mirada cambio. Había algo en sus ojos que me hizo sentir nerviosa, como si en ese momento quisiera hacerme s***.

-Oye corazón... ¿Sabes que me encantaría verte completa? Esa playera me gusta esta provocando ver más allá de lo que puedo ver.

Fruncí el ceño, confundida.

-¿Cómo?

-Pues... ya sabes-se río, bajando un poco la voz.-Nunca he hecho nada... así. Quiero que me enseñes tus pechos y vagina, para después terminar m**********. ¿Lo has hecho?

-No-respondí. ¿Y eso cómo se hace lo de m*******?

-Metes 2 d**** o un objeto que puede ser un pepino debajo de tu v****** y lo llenas con saliva para después m****** despacio y conforme lo necesitas aceleras los movimientos.-respondió Elías.

No lo sé, Elías-susurré, sintiendo un nudo en la garganta y totalmente ruborizado porque nunca lo había hecho.

-¿Por qué no? Confías en mí, ¿verdad? ¿No sabes las veces que me has dejado con g****? Además, es normal entre parejas a distancia. Es una forma de mantenernos cerca, de hacer que nuestra relación se sienta más real. Aparte no es nada malo así se hacen los bebés y nosotros después tendremos s*** eso significa que mi p*** estará en tu v******.

-Me quedé en silencio. Parte de mí quería negarse, pero otra recordaba las veces que había sentido que podía perderlo. Y la idea me aterraba. Así que me puse a pensar que me llegaría a gustar.

Es que... Me da pena.-Intente justificarme.

-Isabelita-dijo en su tono suave, casi tierno. Nadie más lo va a ver. Solo yo. Y además... Sí me muestras soy el único para ti. No tienes idea de cuanto te deseo y quería verte de esta manera. Eres hermosa.

Sentí como me ardían los ojos. No era algo que yo quisiera hacer, pero tampoco quería que pensara que no confiaba en él. Que no lo amaba.

-No sé-susurré de nuevo.

-Hazlo por mí-insistió.-Solo un poquito.-Lo que tú quieras. Pero déjame verte.

Me mordí el labio, dudando.

"Si no lo hago, va a enojarse conmigo."

"Si lo hago, tal vez deje de pensar que busco a otros."

"Tal vez así deje de decirme cómo vestirme."

"Tal vez así mejore nuestra relación."

Era absurdo, pero en ese momento lo creí.

-Está bien-dije casi sin voz.

Lo vi sonreír. Esa sonrisa que me enamoró ahora había desaparecido.

-Te prometo que esto nos va a unir más, mi Isabelita.

Me cubrí con la sábana y apagué la luz, dejando solo la pantalla iluminada. Poco a poco comencé a hacer lo que me pedía.

-Quítate la camisa y solo quédate en ropa i******, baja el celular hasta que pueda ver tus b******, más mi amor, así y ahora quítate el b***** y déjame ver tus t*****, acarícialas suavemente, ¿quieres ver algo, ahora mismo Isabelita?-Pregunto de forma picarona.

-Si-conteste de manera inocente.

-Mira como estoy por ti ¿te gusta mi e****?-menciono mientras me enseñaba su p*** ere***.

-Si-mentí.

-¿Quieres comenzar a m******* mi amor, para hacerme v****?-pregunto Elías.

-¿Qué es v****?-pregunte de manera inocente.

-Para que salga el s***** de mi p***, mi tontita el s***** contiene e************** lo suficiente para embarazarte y también para que mi p*** deje de estar e******-respondió con una sonrisa.

-Quítate las bragas y deja ver tu v*****, está muy a*******, pero me gusta, yo te quitaré la v**********.-menciono Elías.

Entonces empezamos a m********* mejor conocido como s*** v******. Me sentía incómoda, pero me obligaba a sonreír.

Cada vez que dudaba, él me lanzaba una frase bonita.

-Eres mía, solo mía.

Cada vez que metía mis dedos sacaba un g******* que Elías le encantó tanto que logró v******, me enseñó el líquido blanco que salía de su p**** y una parte de mí le gustó. Lo peor de todo es que una parte de mí se aferraba a pensar que está era su forma de amar. Que si pedía eso era porque me deseaba, porque me necesitaba, porque de verdad me amaba.

Esa noche termine llorando en silencio cuando colgamos, me sentía culpable porque me gustó. Pero antes de dormir me repetí una y otra vez:

"Lo hice porque lo amo. Y él me ama. Es normal entre parejas a distancia."

Porque era la única manera de no aceptar que estaba cruzando un límite, que jamás quise cruzar.