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EL CACHORRO DEL ALFA

EL CACHORRO DEL ALFA

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Embarazo no planeado / Embarazada fugitiva / Reencuentro / Demonios / Brujas
Popularitas:54.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Adriánex Avila

Dayana, una loba nómada, se ve involucrada con un Alfa peligroso. Sin embargo un pequeño bribón hace temblar a la manadas del mundo. Daya desconcertada quiere huir, pero termina en... situaciones interesantes...

NovelToon tiene autorización de Adriánex Avila para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap. 22 ¿Cómo te atreves?

Mientras tanto, en un acorralamiento descarado.

Dayana dio un par de pasos hacia atrás, sintiendo cómo el borde de la cómoda le presionaba la espalda.

—Lycas, no me he cambiado todavía. Retírate —dijo, con una mezcla de vergüenza y molestia. Esto no era lo que había imaginado para su estadía; estaba segura de que él no se acercaría a ella después de todo lo ocurrido.

Lycas avanzó un par de pasos más, intensificando su nerviosismo.

—¿Por qué no debería acercarme, Dayana? —preguntó con una voz cargada de una intensidad que ella no lograba descifrar.

Ella retrocedió otra vez, chocando contra la cómoda.

—Por… por… —tartamudeó, sintiendo cómo el orgullo y la furia brotaban en su pecho.

—¡Porque no es apropiado! ¡No olvides que tú me rechazaste!

Lycas levantó una ceja y movió ligeramente la cabeza.

—Dayana, ¿cuándo te he rechazado? ¿Cuándo te he repudiado? ¿Acaso dije las palabras “yo, Lycas, repudio a…”? ¿Rompí nuestro vínculo? —casi gruñó, mientras ella parpadeaba varias veces, confundida.

No, él no lo había dicho. Solo había mencionado que todo había sido un error, pero nunca la había repudiado ni roto oficialmente su lazo.

—Eso ya no importa —replicó ella, tratando de escapar de su presencia, de su mirada, de la forma imponente en que se acercaba.

—Deja que el error quede así.

Pero Lycas extendió el brazo y la tomó de la muñeca con facilidad abrumadora. Para él, sujetarla era como agarrar algo liviano; para ella, era una muestra de su fuerza terrible. Sin esfuerzo, la llevó hacia la cama, se sentó con calma y la colocó boca abajo sobre su regazo, tomándola completamente por sorpresa.

Dayana se retorció, pero era inútil. Intentó gruñir, intentó transformarse… pero entonces se escuchó un sonido nítido:

—¡PLAF!

Dayana se quedó paralizada. Su loba, Akira, retrocedió y se refugió en lo más profundo de su mente al sentir el ardor en su nalga.

—Ni se te ocurra transformarte, Dayana, porque te va a ir peor —advirtió Lycas, mientras ella comenzaba a hiperventilar.

—¿Cómo te atreves? ¡No te atrevas a hacerme esto! —gritó, pero otro, ¡PLAF!, cortó el aire. Dayana gimió, entre el dolor y la desesperación.

—¡Lycas, no te permito que…!

Nuevamente, otro golpe resonó. Dayana no podía creerlo; estaba sofocada por la indignación. La mano de Lycas acariciaba su cintura entre cada castigo, y ella no se había dado cuenta de cómo él se deleitaba viendo el escenario ante sí: su espalda tensa, su cintura estrecha, sus glúteos enrojecidos y expuestos.

—Dayana, esta es la última vez que te lo digo. Discúlpate ahora —ordenó con severidad.

—¡No me voy a disculpar! —respondió entre sollozos.

Otro golpe la hizo sisear de dolor.

—Discúpate como se debe. Repite: Alfa, lo siento, me equivoqué. Dilo.

Dayana jadeaba entre mocos y lágrimas.

—Lycas, no puedes… ¡PLAF!

Otro impacto sonó, y Dayana empezó a entrar en pánico. Su cerebro dejó de procesar; solo podía sollozar y retorcerse. La mano de Lycas se posó sobre su piel enrojecida e inflamada, marcada por sus dedos.

—Dilo —exigió nuevamente, con firmeza.

Finalmente, Dayana se rindió.

—Lo siento, alfa… Fue mi culpa. No debí desobedecerte —susurró, aún reacia pero sin opciones.

Lycas se conformó. No podía exigirle más a una omega salvaje, a una nómada que desconocía las reglas de una manada. En un acto ágil, la incorporó y la sentó en su regazo, mirándola a los ojos mientras ella lloraba desconsoladamente, despeinada y hecha un desastre.

—Dayana, tienes que aprender a ceder cuando alguien cede por ti. Tienes que aprender a dar lo mismo. No puedes esperar que todos acepten todo de ti sin que tú aceptes nada de ellos. Busca el equilibrio —dijo, mientras ella, sin entender por qué, se acurrucó en su pecho y siguió llorando.

Lycas la abrazó y le dio palmaditas en la espalda.

—Ahora cálmate, reponte y trae al niño a tu habitación.

La soltó con brusquedad, no por ser frío, sino porque estaba al borde de perder el control. Tenerla tan cerca despertaba en él un deseo indómito que lo volvía loco; él, que podía comandar miles de lobos en batalla, luchaba por dominar al soldado que llevaba en su entrepierna, listo para declararle la guerra a esa belleza. Salió del lugar con el rostro tenso, mientras Dayana se desmoronaba en la cama, llorando con un puchero que parecía no tener fin. Estaba indignada por haber sido sometida y por haber tenido que disculparse, pero lo que más le dolía era haber tenido que llamarlo Alfa, reconociendo su autoridad… y su presencia por sobre ella.

Caterina entró cautelosa al ver la puerta semiabierta. Octavia la había interceptado y le entregó la pomada con una mirada elocuente. Debes recomponerte rápido, parecía decir sin palabras.

—Daya… ¿el Alfa te ha castigado? —preguntó Caterina al verla aún llorosa y desplomada en la cama, vestida solo con una blusa holgada y con una nalga enrojecida como un tomate.

Caterina contuvo una risa a duras penas.

—Parece que el castigo del Alfa con su Luna es realmente… misericordioso.

—¡Ese… ese lobo rabioso! Me dio nalgadas tan fuerte que creo que tengo la cadera rota —bufó Dayana, sin que el enfado se le pasara ni un ápice.

—No te quejes. Podría haberte partido la cadera de otra forma más… placentera —dijo Caterina con una sonrisa pícara, pero Dayana se ruborizó hasta las orejas.

—¡No digas eso! Eso no va a pasar. Yo… —de repente, algo cruzó por su mente: las manos de Lycas en su espalda baja, su cintura, sus nalgas ahora adoloridas… Se le iluminó la mirada. La había manoseado como se le dio la gana, y ella ni siquiera se había dado cuenta en medio del castigo.

El rubor en su rostro se intensificó, mezcla de indignación y una vergüenza que no quería admitir. Caterina, al ver su expresión, no pudo evitar soltar una carcajada, ahora sí, abiertamente.

—Parece que alguien finalmente está conectando los puntos —comentó entre risas, mientras Dayana enterraba el rostro en una almohada, deseando que la tierra se la tragara.

1
Elvira Fretes
El pasado vuelve, porque después de tanto tiempo?, espero que pueda escapar porque Lycas no merece tenerla, no a ella ni a su hijo
Elvira Fretes
morí de ternura por el descubrimiento de su hijo, tan inocente 🥰
Merca epca
Bueno, pero deja mucho tiempo sin actualizar
Merca epca
Cada cuando actualiza?
Monica Allevato
Me encanta. Como todas tus historias. Muchas gracias por compartirla
Mayelin Gimenez
Jajaja para Dayana es un castigo, para Lycas es una satisfaccion!
Adriana Pereira
jjjj te pasaste es una historia muy diferente, excelente trabajo 👌👌👌👌
Yizeth Guesaco
pobre Dayana le va arder hasta la conciencia
Vianey Hernandez Ortiz
🤣🤣🤣Ya se enteró que el.lobo feroz se la quiere comer enterita🤣🤣🤣
Vianey Hernandez Ortiz
Ese Alfa recabrón, anda la asustando así para que se deje darle sus nalgadas sin tener más consecuencias 🤭🤭🤭🤭
Conchita del Mar
Me gusta la novela , tiene de todo y es entretenida.
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Marcela Lopez
genial 👌
Conchita del Mar
Merecido se lo tienen por la manera que actuaron contra de Dayana
Conchita del Mar
Que Alfa tan despreciable , ojalá les llegue a todos su karma, humillarla y amenazarla con los únicos amigos que ella tiene.
Conchita del Mar
Ella sólo quería a su pequeño devuelta, solo se defendió de la agresión que sufrió y no merece ése castigo ni ningún otro. Con ésa decisión del Alfa lo único que va a lograr que la sigan faltando al respeto .
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
más capitulos porfis querida autora...
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
pobre Dayanna sin querer Lycas hizo lo que quiso con ella en ese momento por así decirlo...
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
prácticamente le gusta el sadomasoquismo por así decirlo
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
siento que Lycas le va a dar una noche salvaje que prácticamente la dejará como Bambi sin poder caminar bien
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