Presencia Maligna

"Dios, ¿qué podrá ser ese ruido?, tendré que investigar, pero todavía me faltan muchos cuartos acá arriba".

Shanan se comió el sándwich y se preparó otro. Una vez saciada su hambre se dispuso a seguir investigando.

Los ruidos en el sótano cesaron. Shanan olvidó ese incidente.

Fue a ver a Paquito. Su respiración era normal, eso indicaba que Paquito estaba bien. Entonces, ¿por qué no despertaba?

Shanan se hacía esa pregunta una y otra vez, pero nadie contestaba.

Le checó la presión, normal; no había razón para que Paquito no despertara.

"¿Qué estará pasando?, tal vez Paquito no quiera despertar por temor a que Gloria le fuera hacer daño", pensó.

Paquito, yo sé que me estás escuchando, por favor, abre los ojos te prometo que nadie te va a hacer daño.

Aun así Paquito no abrió los ojos.

Está bien, no te voy a presionar si tú decides abrir los ojos yo te estaré esperando. No debes temer, yo estaré aquí para protegerte.

Shanan le dio de comer a través de la sonda, tuvo el mayor cuidado.

Checó que todo estuviera en orden. Al rato regreso.

Shanan siguió investigando, no había nada fuera de lo normal.

Nada que llegaba la señal, estaba, prácticamente incomunicada.

Fue a su cuarto y aventó el celular en la cama.

Shanan estuvo tentada a investigar en el sótano. Algo le decía que tal vez ahí encontraría respuestas.

"Total, ¿qué puedo perder?, ya estoy aquí, tal parece que estoy secuestrada".

Shanan se acercó con cautela al sótano. Desgraciadamente, ninguna llave de las que tenía abrió la puerta.

"Debe ser una llave especial, ¿por qué no la tiene junto a estas?", se preguntó.

"¿Dónde carajos estará?".

Shanan tenía mucho tiempo libre. Así que se dedicó en cuerpo y alma a buscar la dichosa llave.

Fue una búsqueda muy exhaustiva. Pero después de varias horas por fin la encontró.

"¡Bingo!, ¿será esta?".

Pero el estómago le estaba jugando una mala pasada.

Checó el reloj en su celular.

Las 8:15 pm.

"Ay, con razón, tengo hambre, ya es muy tarde, pero primero iré a ver a Paquito".

Paquito seguía igual. Solo que...

Shanan vio algo raro en él. Estaba acomodado de diferente manera a como lo había dejado.

Vaya, vaya, por lo que veo has tratado de moverte. Eso es bueno, ojalá pronto despiertes para que podamos platicar y no estar aquí tan sola.

Lo acomodó bien en la cama y lo arropó.

Mañana vendré temprano para darte de comer y tu medicina.

Echó un último vistazo y salió cerrando la puerta tras de sí.

La noche presagiaba una tormenta, truenos y relámpagos se adueñaron por completo del cielo y de la noche.

Varios minutos después, empezó a llover a cántaros.

Shanan se encerró en su cuarto. Ella no era precisamente nerviosa, pero había algo que no la dejaba en paz. Era ese ruido que de repente oía y después no.

Como ya era noche no quiso andar por la casa. Era una casa muy grande, y no quería toparse con algún bicho raro.

"Tal vez sean ratones", se dijo". "Sí, eso debe de ser", se dijo para tranquilizarse. Tenía los nervios a flor de piel.

Shanan se asomó por la ventana, el torrencial aguacero hacía ver los árboles y vegetación como pequeños monstruos hambrientos.

No había nadie a varios km a la redonda. Nadie se paseaba por ahí a esa hora y a ninguna. Prácticamente, solo ella y Paquito vivían en esa casa, aunque, por el estado de Paquito se podría decir que estaba completamente, sola.

Dios, parece tierra de locos.

Shanan tenía prohibido salir de esa casa.

Mañana, si el día está bueno saldré, al cabo, ¿quién se va a dar cuenta?

Se acostó y se tapó hasta la cabeza porque tenía miedo, era la primera vez que tenía esa sensación.

Pronto la venció el sueño, Pero como a eso de las 4 de la mañana algunos ruidos extraños en el cuarto de Paquito la despertaron.

"Paquito", pensó.

Se levantó rápido, se puso la bata y acudió al cuarto a ver que sucedía.

En cuanto entró al cuarto los ruidos dejaron de escucharse.

"¿Será mi imaginación?, ¿acaso me estaré volviendo loca?, pensó Shanan.

"Cualquiera se vuelve loco en esta casa".

Todo estaba tranquilo no había señal de movimiento alguno y Paquito no daba señales de querer despertar.

Entonces, ¿qué fue lo que escuché aquí?, estoy segura que escuché movimientos y algunos pasos.

Se dispuso a inspeccionar el cuarto y no vio nada raro.

Checó al niño, estaba muy tranquilo.

"¡Oh, bueno!, creo que ya me estoy volviendo paranoica, regresaré a mi cuarto".

El resto de la noche no pasaron mayores incidentes.

Shanan se despertó muy temprano al día siguiente. Se dio una ducha, se arregló y se puso un poco de perfume, lo primero que haría era visitar al niño.

Hola, Paquito, ¿cómo amaneciste el día de hoy? Espero que ahora sí quieras regalarme que abras tus ojitos y te despiertes.

Tomó la Biblia y le empezó a leer un pasaje.

Después de leerle le explicó brevemente lo que significaba.

Parecía que Paquito escuchaba lo que Shanan le decía.

Pero no se movía nada y ella a veces se desesperaba y quería salir corriendo de esa casa.

Lo atendió como debía ser y decidió salir a dar una vuelta.

Pero cuando llegó a la puerta principal no la pudo abrir, estaba cerrada con llave y aparte tenía una cadena con un candado.

"No cabe duda que estoy confinada a este lugar por quien sabe cuánto tiempo", se dijo.

"¿Cuándo regresará la señora Gloria?"

"Esto es desesperante, Paquito no presenta ninguna mejoría y eso que ya no le estoy dando el medicamento.

Bueno, checaré el sótano ahora sí, al cabo aquí tengo la llave.

Llegó decidida hasta la puerta del sótano.

Nada impediría que ella abriera esa puerta.

Nada, solo que cuando quiso abrir la llave no le respondió. Por más que intentó no logró abrir la puerta.

"¿Pues qué tiene de especial esta maldita puerta? ¿Por qué no la puedo abrir? ¿Dónde está la llave?", se dijo Shanan, estaba muy molesta.

"Entonces, ¿de dónde es esta llave?", "no me queda más remedio que seguir buscando".

"Primero veré qué puedo comer tengo mucha hambre".