bienvenidos a la quinta parte de los decendientes YANKELEVICH.
Vamos a conocer la historia de Los hijos del pequeño Max: David, Hanna, willmar Alexander y Chantal.
también conoceremos a los hijas de Claudia y Kilian: Dolores, Lupita y Aurora.
tendremos también las historias de los hijos de Aisha y Bruno: Leo y Leonardo.
cada uno tendrá que enfrentar nuevos enemigos y también conocerán el amor, nuevas aventuras tendremos en esta quinta parte y tendrán que hacer uso de sus enseñanzas para poder mantenerse con vida.
espero les guste está quinta parte.
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CAPÍTULO 02
Lupita escuchaba las indicaciones que Zuria le daba a Amadi y una vez que termino de hablar, Jones les dijo que tenían que irse; los dos subieron a un Jeep chico ideal para dos personas, él conducía la salida de la ciudad fue en silencio, mientras que ella miraba el camino, comparando la ciudad con otras, hasta que salieron.
Ellos llegaron a las 4 de la tarde, aún estaba el sol, podía ver el camino era desértico, solo tierra había a su alrededor, uno que otro árbol, pero aun así tenía su propio encanto y estaba encantada con lo que miraba, pero a ella no le gustaba el silencio, le gustaba hablar y más cuando tenía la oportunidad de conocer a alguien nuevo.
Lo único que podía escuchar era el ruido del Jeep y eso la estaba desesperado, ya no soportaba ese silencio, sin poder evitarlo dijo. – Ya te lo dije, pero te lo repito, mi nombre es Lupita, la mayoría de las personas me dicen joven maestra, pero si tú quieres puedes llamarme por mi nombre.
Yo puedo llamarte por tu nombre, a mí me gustaría hacerlo porque eso me da confianza y me gusta confiar en la persona que hace equipo conmigo; sabes que vamos a estar juntos durante casi tres días o más, a mí me gusta hablar, el silencio no ayuda a una buena comunicación y como sabrás yo tengo que mantenerte con vida, por eso digo que deberíamos conocernos un poco.
Amadi no despego la mirada del camino, la escucho hablar, pero a diferencia de ella no era bueno hablando, era mas serio, hasta cuando salía de casería siempre lo hacía solo porque le gustaba la soledad, estar con gente desconocida lo hacia sentirse inseguro, no sabía que decir; suspiro profundamente y algo inquieto le dice. – Puedes…
Joven maestra puede llamarme por mi nombre, tratare de seguir sus indicaciones, comprendo la dificultad de la misión y del peligro que vamos a estar; no seré una carga para usted, voy a seguir sus órdenes.
Lupita frunce el ceño y le dice. – Eres un joven muy serio, pero yo soy paciente y sé que terminare ganándome tu confianza; tengo que decirte que no espero que sigas mis ordenes al pie de la letra, más bien espero que me apoyes y si llegamos a tener un enfrentamiento si puedes cubras mi espalda, como yo cuidare la tuya.
Si no fuera por el peligro en el que estamos creo que estaría disfrutando del hermoso lugar, nunca había visto tantos animales libres, como las jirafas, mira tambien hay elefantes y otros animales que no logro saber que son, solo espero que no sean peligrosos o tu dime ¿lo son?
Amadi no esperaba que le agradara tanto la voz de ella se sentía dulce, tranquila y era aún extraño, pero lo hacía sentir en confianza; al escuchar su pregunta le contesta. – si hay algunos animales peligrosos, como los leones o las leonas, los que miras que tienen cuernos, no son peligrosos, pero es mejor no acercárseles, son algo territoriales, pueden atacarte por que invades su espacio, pero aquí los menos peligrosos son los animales, somos los humanos lo que causamos más muertes.
Lupita sonríe al escucharlo hablar, le gusto que fuera un poco más extenso en su comentario y con esa misma alegría le dice. – cuando todo termine, le diré a mi tía Zuria que me deje quedarme un poco mas para conocer este hermoso lugar, claro si tú estás de acuerdo en ser mi guía de turista.
Amadi no supo porque, pero sonríe al escuchar la idea de tenerla un poco más ahí, en ese momento la escucha decir. – Tienes una hermosa sonrisa, deberías de hacerlo más seguido, te hace ver agradable.
Al escucharla deja de sonreír, se pone algo nervioso, ya no le dijo nada más, se volvió hacer un silencio, porque hasta Lupita se dio cuenta de lo que dijo, alago a un hombre sin pensarlo, le dijo que era guapo y eso la hizo sentir algo de vergüenza, ya no lo pudo ver a la cara, se concentró en el camino sin saber que decir.
En hora y media llegaron al primer punto, bajaron del carro, ella empezó a ver todo el lugar para ver donde podían poner la antena, tenía que estar escondida, donde nadie la pudiera ver; ordeno a los 5 hombres que venían en los otros jeeps detrás de ellos, que buscaran un lugar seguro para poner la antena
Ella miro un árbol de baobad era bastante alto y aunque no era tan frondoso, sabía que, si la antena la ponía en la punta de ese árbol entre sus pocas hojas, se podía cubrir bien y la altura ayudaría a tener una mejor señal.
Se le quedo mirando por un momento, su palo era casi liso, no encontraba la forma de subir sin ayuda; ella había practicado para escalar, pero fue en una pared que usaban en el cuartel, pero era lo único, nunca había subido ni un árbol en la isla y no era porque les tuviera miedo a las alturas, era porque nunca lo considero necesario.
Resoplo con fuerza y pensó en esperar a que sus hombres regresaran para ver quien de ellos podía subir.
Amadi que no se despegó de su lado se dio cuenta de cómo miraba el árbol, algo inseguro le dice. – Yo soy bueno subiendo este tipo de árboles, si usted quiere puedo subir y dejar la antena; seguiré sus instrucciones, hare lo que me diga para dejarla de la manera que usted lo quiere.
Lupita le sonríe y le dice. – gracias Amadi, tienes que subir hasta lo mas alto y dejar la antena entre esas hojas, bien escondida yo te indicare desde aquí cuando este bien cubierta y una vez que este colocada presiona el botón verde, eso sería todo.
Amadi tomo la antena que era pequeña, una caja con cuatro palos de plástico alrededor; la caja completa era de color negro y lo único que la hacia que voltearan a verla era un foco rojo que se activaría cuando se prendiera, pero era pequeño en la parte de arriba, ella pensaba que con las hojas del árbol se cubriría bien.
Lupita lo miro subir el árbol, le sorprendió ver que no ocupo nada más que sus pies desnudos y sus manos, se podía ver que era fuerte, que subía con una facilidad, que hasta se miraba fácil; no tardó mucho en llegar a la copa del árbol, acomodo la antena entre las hojas, tuvo que moverla más de una vez siguiendo las indicaciones de Lupita y una vez que ella le dio el visto bueno la sujeto con cintillos de plástico, tambien tuvo que usar pegamento, una vez que la dejo segura bajo con la misma facilidad.
Los 5 hombres ya estaban de regreso, se quedaron al lado de Lupita esperando que él bajara; todos estuvieron viendo desde diferentes ángulos para asegurarse de que no se viera, para ellos fue la mejor idea que Lupita tuvo, la felicitaron y cuando Amadi bajo del árbol siguieron el camino.
Para las 3 am tuvieron que parar y hacer un campamento, para dormir un poco, Amadi hizo una fogata más que nada para alejar a los animales; ella se sentó en un tronco que estaba en el lugar aun lado de la fogata, no hacía mucho frio, pero el calor de la fogata era agradable en esa madrugada.
Se quedo mirando la lumbre, miraba el fuego danzar mientras pensaba en lo que estaban haciendo, ya tenían 11 horas y solo habían logrado colocar 5 antenas, aun les faltaban más de la mitad, iban lentos una semana no iba ser suficiente, tenían que ir de un punto a otro, tenía que pensar en una mejor estrategia, para ser más rápidos.
Uno de los hombres se le acerco, espero un momento en silencio y le dijo. – joven maestra, cualquier decisión que tomo la apoyaremos, solo díganos lo que se le ocurrió.
Lupita suspira profundamente y le dice. – Me gusta que me digan Lupita, de esa forma siento que hay más confianza entre nosotros y en este momento ustedes son mi equipo, necesitamos confiar entre nosotros.
Es peligroso lo que voy a sugerir, pero va a ser la mejor opción que tenemos…
(suspira profundamente y dice)
Tenemos que separarnos, cada uno tomara algunas antenas, para distribuirlas en la zona; ustedes vienen en dos Jeep seremos tres equipos; cada equipo tomara un camino diferente yo seguiré con Amadi, terminare esta zona y ustedes tomaran una diferente, una vez que terminemos nos hablaremos por teléfono satelital y nos veremos en el punto más cercano, de ahí iremos a la aldea de Amadi, que es donde están mis tíos esperándonos.
El hombre no sentía que fuera bueno, pero siguió sus indicaciones y después de dormir un par de horas, cuando el sol salió comieron algo y cada Jeep tomo su camino.
Amadi siguió el camino, antes de la comida lograron colocar tres Atenas, en el camino Lupita le hacía platica sobre el paisaje, sobre los animales que miraba, a las 2 pm se pararon para comer, traían comida enlatada, algo que no era tan bueno, pero tenían que hacerlo rápido para seguir el camino.
A él le gustaba ver como ella tomaba su trabajo con seriedad a pesar de que no dejaba de hablar de cosas sin importancias; hubo un momento que pensó que ella no prestaba atención a lo que estaban haciendo, por que hablaba y hablaba sin parar de cosas que perecían distraerla, pero apenas se acercaban al lugar toma una postura seria y le indicaba en que árbol tenía que subir.
Le gustaba su forma de trabajar, hizo que él que nunca miraba a nadie la viera detenidamente y cuando menos pensó después de dos días juntos, se sentía cómodo al estar a su lado, hasta le gustaba su presencia, tanto le grado que empezó hacerle platica, lo malo era que él no podía ser como ella, si se distraía y olvidaba lo que estaban haciendo.
Eran las 5 de la tarde cuando llegaron a otro de los árboles, esta vez Lupita quiso intentarlo, quería enseñarse a subir como él lo hacía; lo intento más de una vez y en todas termino en el suelo, pero eso no la puso triste, más bien se reía como si fuera divertido, mientras que Amadi se preocupaba en cada caída, esperando que no se lastimara, se apresuraba ayudarla a levantarse, la sacudía y en su desesperación de ver si estaba bien, en esa última caída que fue casi metro y medio, toco su trasero en el momento que trato de quitarle la tierra que estaba en su pantalón.
Lupita al sentir como golpeo más de una vez su trasero dejo de reír, fue realmente incomodo, se giró rápido y sujeto sus manos, al mismo tiempo le dice. – Yo lo puedo hacer.
Ella estaba roja de la cara y Amadi al darse cuenta de lo que hizo, reacciono, sin querer pensó en lo que había tocado; al verla tan roja del rostro, comprendido que no fue algo apropiado, solo se le quedo mirando, ninguno de los dos se movía, fue un momento tan extraño, pero en ese momento el estruendo de un arma al dispararse los hizo reaccionar.
Se agacharon y vieron a todos lados, el disparo no fue para ellos, eso los hizo mover el carro y esconderlo entre unas ramas secas; los dos se empezaron a mover en el área con cuidado y cubriéndose entre los pocos árboles que se encontraban en el camino.
Trataban de ver que camino de ver, pero en ese momento un nuevo disparo se escuchó y Amadi supo a donde tenían que ir; corrió sin decirle nada a Lupita, pero ella no necesito que le dijera nada, solo lo siguió de cerca, hasta que llegaron a un peñasco, se recostaron en el suelo, en la orilla, para ver hacia abajo donde vieron a unos hombres armados, que tenían a unos jóvenes amarrados en el suelo y tambien se dieron cuenta que había un cuerpo en el suelo.
Por lo que observaban lo acababan de matar, parecía que ese joven intento escapar y ellos le dispararon por la espalda; ella tomo una actitud seria y empezó observar todo el lugar, tenían 7 víctimas vivas en el suelo.
Tambien miro que eran 10 hombres armados, que estaban dispersados por todo el lugar, era lo que se miraba a simple vista, pero 5 casas de campaña, aún faltaba ver si alguien estaba dentro; tenían dos camiones grandes, con cajas tapadas con lonas, 3 Jeeps que era para cuatro personas, más grande del Jeep en el que se movían ellos.
Amadi tambien observo el lugar, pero a diferencia de Lupita que conservaba la calma, él no pudo, su mejor amigo, que no era de su aldea, pero tenía una hermosa amistad, siempre se apoyaban y se miraban cada que las aldeas se reunían para las competencias de casa.
Ese joven que era lo más cercano a un buen amigo, estaba entre las víctimas y Amadi no pudo controlar sus emociones, no le dio tiempo de reaccionar a Lupita, cuando empezó a bajar el peñasco, saltando de un lado a otro, llamando la atención de los hombres.
Lupita empezó a maldecir cuando miro lo que hacía, rápido miro como podía bajar sin llamar la atención, aprovechando que Amadi tenía la atención de esos hombres; logra ver a tres metros de donde estaba una cuarteadura, bastante grande como para que ella bajara y no ser vista.
Empezó a escalar para bajar el peñasco, lo mejor era que la abertura estaba hasta tocar el suelo y quedaba escondida, aunque estaba enfrente de una de las cajas de campaña, a 4 metros distancia.
Una vez que bajo, con cuidado se fija para ver lo que pasaba; se sorprende al ver como Amadi logro derrotar a 4 de los hombres que trataron de sujetarlo, que se movía de un lado a otro y eso le ayudo a que los disparos no lo tocaran, pero eso realmente fue suerte, ella sabía que si seguía así lo iban a matar, tenía que ayudarlo.
Pensó en tomar su arma y matar a los que le apuntaban con sus armas, pero en ese momento mira como dos hombres salen de las casas de campaña y otro baja de la caja de uno de los camiones; al ver eso solo le indico que tenía que moverse con cuidado, podría a ver más hombres escondidos.
Con cuidado se acerca a la casa de campaña la que estaba cerca de donde estaba, se asegura de que no hubiera nadie y le gusto ver que ahí estaba un arma más grande que podía disparar en ráfaga, la toma revisa que tenga balas, una vez que miro que estaba armada, sale de la casa de campaña y va a la siguiente.
En la siguiente casa de campaña al abrirlo se topa con un hombre, para su suerte no fue consciente de que estaba ahí, porque estaba entretenido con una de las victimas; ella mira que la joven lo mira, le hace una seña de que guarde silencio, se acerca rápido, brinca sobre el dejando sus rodillas en su espalda baja, lo sujeto del cuello al mismo tiempo que tapo so boca y rápido rompe su cuello, con una técnica que Agramon le había enseñado, donde solo ocupaba un poco de fuerza, era más la maña.
Una vez que lo mato la joven que estaba desnuda iba empezar a gritar por el miedo que sentía, pero Lupita fue rápida tapa su boca y le pide que se calme; le pidió que se cambiara y que se quedara ahí en silencio, que regresaría por ella.
Lupita se movía rápido, aprovechando la confusión que estaba provocando Amadi, logro encontrar a los hombres escondidos y matarlos de la misma manera, con el ultimo tuvo que pelear dentro de la caja de uno de los camiones; recibió un fuerte golpe en el rostro que la hizo caer y golpeo su espalda con uno de los asientos que estaban a los lados de la caja.
El dolor la aturdió, el hombre se dejó ir sobre ella, la tomo del cuello, la quería asfixiar, parecía no tener como liberarse, pero en ese momento recordó lo que una vez Max le dijo cuando estaba en el entrenamiento, en una situación igual; recordó que no tenía que sujetar sus manos, si no golpear con las palmas de sus manos en los oídos al mismo tiempo.
Lo golpeo con fuerza y eso hizo que la soltara, le provoco aturdimiento, hasta el punto de casi dejarlo inconsciente; ella controlo su respiración y se levanta rápido, se dejó ir sobre él tomo su daga y corto su cuello.
Se tomo unos segundos y una vez que se calmó, salió del camión, al salir mira como dos de los hombres estaban sometiendo a Amadi, tomo el arma y mato a los hombres que los rodeaban, ese momento él lo aprovecho logro soltarse y matar a los dos hombres.
Lograron terminar con todos y Lupita se dejó caer al suelo, cuando se aseguró que estaban a salvo, pero en ese momento mira como Amadi cae al suelo, una de las balas le había dado en el hombro derecho, estaba herido y con todos esos movimientos perdió algo de sangre, llego a su límite, termino desmayándose una vez que todos estuvieron seguros.
Lupita se levanta y se acerca a revisarlo, mira la bala en su hombro derecho, el amigo de Amadi también se acerco quería ayudar, pero él no podía hacer mucho, tenía una fractura en el brazo, las otras víctimas estaban shock.
Ella podía ver y escuchar a las víctimas, unas llorando otras gritando, por un momento se sintió a aturdida, no sabía cómo apoyar a todos, pero el amigo de Amadi le pidió que solo se encargara de su amigo, que él ayudara a los demás, tambien la joven que había rescatado salió de la casa de campaña ya con su ropa puesta, empezó ayudar a calmar a todos.
Las cosas parecían avanzar, pero lo difícil lo tuvo ella, nunca había ayudado con una herida de bala no sabía qué hacer y lo que era peor el teléfono satelital no estaba, en ese momento el amigo de Amadi le dijo que tenía que sacar la bala y vendar.
Lupita nunca lo había hecho, pero él sí, aunque no podía hacerlo, pero le dijo que la iba a guiar; primero tuvo que calentar su daga en el fuego y una vez que estaba caliente corto un poco por donde la bala entro, tuvo que usar su mano para sacar la bala, no pudo hacerlo con la daga.
Para ella fue un momento difícil, su miedo era lastimar algún musculo, dejarlo sin poder mover su brazo, pero no le quedo más que seguir las indicaciones del amigo y una vez que termino, lo cubrió con lo que se encontraron en el lugar, con unas camisas limpias hizo unas vendas.
Una vez que termino y que Amadi despertó lo abrazo, estaba feliz de que estuviera despierto, al mismo tiempo lo regaño por lo que hizo, le recordó que ella era la líder, que no debió actuar de esa manera; una vez que se calmó después de gritarle ayudo a su amigo acomodando su brazo, se la entablillaron con lo que pudieron, una vez que terminaron de checar que todos estaban bien, les dijo que tenían que irse de ahí, era un lugar de peligro y sabía que ella sola no iba a poder enfrentar a nuevos enemigos.
Hizo que todos subieran a uno de los camiones y ella los saco de ese lugar, tuvieron que dar una vuelta grande, casi 3 horas, para rodear el peñasco y llegar a donde estaba el Jeep.
Se les hizo de noche y apenas iban a mitad del camino, fue un momento tenso para Lupita, no quería encontrarse con enemigos, eso era su temor; al llegar al Jeep, baja rápido del camión y toma el teléfono satelital, marca a Zuria y le dice lo que paso.
Aun les faltaba poner la antena en ese lugar y lo primero que le dijo fue que la instalara para poder ubicarla y poder ir por ellos; corto la llamada y regreso les dijo a todos que iban a tener que esperar ahí a que llegaran por ellos.
Todos se quedaron dentro del camión, solo el amigo de Amadi salió para hablar con ella, que se había ido al árbol donde tenían que poner la antena; se le quedo mirando, no sabía cómo iba a subirlo, pensó en acercar el camión y de esa manera subir, pero aun así iba a tener que trepar, lo malo era que si caía el golpe podría ser malo, causándole fracturas o la muerte.
Lupita miraba el árbol y suspiraba sin saber cómo hacerle para subir, en ese momento el amigo de Amadi le dice. – Hola, soy Nala, el mejor amigo de Amadi, ¿podrías decirme tu nombre?
Ella voltea a verlo, le sonríe tratando de hacer el momento agradable, extiende su mano y le dice. - mucho gusto Nala, mi nombre es Lupita.
Nala sujeta su mano y en ese momento le dice. – Hasta tu nombre es hermoso, hay algo en ti que sea feo, necesito saberlo para enfocarme en eso y dejar de verte como mi mujer perfecta.
Lupita le sonríe y le dice. – no puedo subir el árbol y si no lo hago todos estaremos atrapados aquí y esa gente podría encontrarnos, estaríamos en peligro ¿eso sirve?
Nala suspira profundamente y le dice. – la verdad no funciona, aun te sigo viendo perfecta, pero yo puedo ayudarte a que subas ese árbol, te puedo decir como le hagas.
Ella al escuchar lo que le dice rápido le pregunto cómo hacerle, él tomo una soga bastante grande y rodeo el árbol; la había visto pelear y sabía que tenía fuerza, le dijo que tenía que sujetar la soga con las dos manos y sus pies en el árbol, iba a tener que subir de esa manera en brincos, sujetándose de la soga.
Le puso atención en todas las indicaciones y lo hizo tal como le indico, logro subir al árbol, algo que la puso feliz; coloco la antena y Nala le ayudo a ver desde abajo para que quedara bien escondida, una vez que termino bajo con ayuda de la soga se colgó de una rama.
Al estar abajo le dio las gracias y rápido marco a Zuria, una vez logro que ellos tuvieran su ubicación, corto la llamada, ya solo era esperar que llegaran.
Nala quería seguir hablando con ella, pero Lupita estaba preocupada por Amadi, apenas termino con eso, fue a la cabina del camión a ver como estaba, se le hacía raro que no hubiera dicho nada y lo que más quería era decirle que había logrado subir al árbol, no entendía por qué, pero le emocionaba decirle.
Lupita se apresuró a llegar a donde estaba Amadi, pero al verlo se alteró él estaba temblado y una vez que lo toco se dio cuenta que tenía fiebre; rápido le dijo a Nala, que estaba atrás de ella, ninguno de los dos sabía que podían hacer, no tenían medicamento, nada para poder bajarla la fiebre y sabían que la ayuda iba a tardar en llegar.
Una de las mujeres que rescataron se dio cuenta de lo que pasaba, les dijo que lo único que podían hacer era abrazarlo para tratar de regularizar su temperatura y tenía que ser pegando la piel con la de él; todos se quedaron callados pensando en quien podría ser, Nala sonríe y dijo. – Me siento algo celoso de mi amigo, ya que la hermosa Lupita va a tener que abrazarlo y sin ropa, que envidia.
Lupita le sonríe y sin que se lo esperara lo hace subir a la cabina, le acomodo el brazo en la puerta, hizo que Amadi se recostara en su pecho y le dijo. – Abrázalo fuerte, que su espalda pegue en tu pecho, no tienen que acostarse, solo tienen que estar sentado y tu mano fracturada no va a estorbar.
Nala, eres el indicado para esto, no traes camisa, no hace falta que te desnude para que ayudes a tu amigo, ya estabas listo para este momento.
Lupita no lo dejo decir nada los dejo solo y se subió sobre el camión, para empezar la vigilancia, estar lista por si algo malo pasaba; ella realmente quería ayudar a Amadi, cuidarlo, porque no quería que le pasara nada, pero en ese momento su prioridad era mantener a todos a salvo y era la única que estaba bien, que podía vigilar.
Subió sobre el camión con su rifle de francotirador, se la paso vigilando, viendo a todos lados, escuchando los ruidos, estaba alerta para cualquier cosa y pensaba en los escenarios de un ataque, en diferentes formas de salvarlos a todos.
Lupita estaba algo preocupada, ni siquiera había tendido sus heridas, el golpe que le dio ese hombre le puso el ojo morado, pero su peor golpe era el de la espalda, que le hizo una herida abierta, gracias a que su camisa era negra nadie se dio cuenta de que estaba sangrando.
Se le había parado la sangre y ahora lo que sentía era un dolor en la espalda, aunque ese era el menor de sus problemas, tenía miedo de que su familia no llegara a tiempo, que sus enemigos los encontraran primero; eran las 2 am cuando su peor miedo se hizo realidad, miro unos camiones, unos jeeps acercándose a toda velocidad.
Todo fue por el rodaje del camión, que esos hombres al llegar al campamento y ver a los hombres muertos, se dieron cuenta que faltaba un camión, siguieron las rodadas, tuvieron problemas en una parte del camino que los envió a otro lado, pero al final regresaron y retomaron en el camino, por eso no los encontraron rápido.
Ella pensó en manejar el camión, sacarlos de ahí, pero sabía que no había mucha gasolina, lo único que le quedaba era dispararles, obligarlos a retroceder; hizo que todos bajaran del camión y los escondió detrás de una loma que estaba aún lado del camión.
Con ayuda de dos mujeres y uno de los hombres que no estaba tan heridos, le ayudaran a bajar del camión a Amadi, para llevarlo a esa loma; una vez que los dejo a todos seguros, subió al camión y se acomodó para empezar a disparar, tambien se aseguró de estar cubierta.
Nala sabía que ella sola no iba a poder y le pidió un arma, para su suerte el camión detrás del asiento había unas armas, tomo una; él se cubrió con el jeep, los dos al ver cerca a los enemigos empezaron a disparar, Nala, tenía que dar disparos consecutivos, pero Lupita, con el rifle de francotirador, podía matar a todo el que pudiera.
Lupita era una excelente francotiradora y logro matar a los conductores antes de que se acercaran más, aún estaban a uno metros de lejos; era precisa y no fallaba ni una bala, algo que le ayudo en ese momento, pero eran muchos hombres, que lograron cubrir y responder el ataque.
Ellos no tenían muchas balas, ni armas, sabían que no iban a poder retenerlos por mucho tiempo, estaban en desventaja, algo que ellos estaban viendo y en ese momento Nala le grita. – Vamos a morir, pero me alegra hacerlo al lado de una hermosa señorita.
Lupita sonríe y le dice. – No vamos a morir, en mi familia hay una regla y eso es nunca pensar en la muerte en momentos como este, tenemos que pensar en opciones y tenga una idea loca, pero necesito que me cubras.
Nala mira como ella empieza a bajar del camión y rápido supo de qué se trataba su idea, en ese momento le grita. – No lo puedes hacer, es una locura.
Lupita no pensaba dejar morir a nadie y lo había decidido subió al camión, lo prendió, le aventó las otras armas que estaban detrás del asiento a Nala, y le dice. – Tienes que disparar como loco, confió en ti.
Una vez que dijo eso, se dejó ir sobre ellos con el camión.