Renaciendo De Las Cenizas

Para Aurelio tener que afrontar todo, no fue sencillo, pero con amor y una paciencia de acero atendió a su hijo recién nacido, llevo a su esposa al psicólogo y le brindo toda su comprensión.

Verla triste era su debilidad y Coral se aprovechó de ello, sin el estrés de las clases universitarias se concentró en buscar empleo.

Varias de la empresa a las que llevo currículo lo llamaron, aunque se inclinaba por una empresa nueva, Coral insistió en que aceptara el puesto de contador en la textilera, no muy convencido lo hizo y ese a la larga sería un grave error.

Aurelio llegaba cansado a casa, atendía a su hijo con el baño y luego impartía sus clases particulares.

Cada mes Coral se encaprichaba con algo nuevo por lo que seguir realizando los pagos de la hipoteca de sus padres fue complicado.

El cansancio comenzó a pasar factura en Aurelio y se veía más demacrado.

Por lo que la madre de Coral contrato una niñera para su nieto, ocupándose ella del pago.

El pequeño Alfonso fue creciendo volviéndose un niño adorable, pero caprichoso principalmente por culpa de su madre.

Con el pasar del tiempo Aurelio se fue alejando de sus antiguas amistades y poco a poco sé distanció de su familia.

Si vida giraba en torno a Coral y su hijo, sacrificaba su bienestar por darle todo lo que necesitaban.

Continuaba con el mismo par de zapatos y solo tres trajes que alternaba para sus días de oficina, todo su salario iba para gustos de Coral y el fondo para su casa.

Aunque quisiera no podía continuar ayudando a sus padres.

Estos en lugar de molestarse le agradecieron la ayuda brindada.

Sus otros hijos estaban trabajando y estudiando al mismo tiempo y con la pequeña panadería cubrían el monto total de la hipoteca, aunque a duras penas llegaban a final del mes.

Aurelio llegaba cansado a casa, agradecía que la niñera bañara y alimentara al niño, el trabajo era mucho por lo que poco a poco redujo la cantidad de estudiantes hasta que no impartió más clases privadas.

Esa entrada extra comenzó a hacerle falta a Coral quien, se la pasaba en el gimnasio, en spas y tiendas comprando como millonaria.

Los meses fueron pasando y la rutina de todo continuaba tal cual, muchos admiraban el esfuerzo y entrega de Aurelio y aunque su desempeño era superior su aspecto dejaba mucho que desear, por lo que no fue considerado para ningún asenso.

Los tres trajes ya gastados de tantos lavados, sus zapatos viejos le daban una imagen poco profesional, una verdadera lástima para su gran talento.

Intento más de una vez ponerle limites a Coral, pero siempre terminaba llorando y él cediendo.

Todo culpa de la mala crianza de sus suegros se repetía, comenzaba a cansarse.

Su siguiente quincena tomo la decisión de comparse ropa, y tan pronto su pago cayó a la cuenta, se dirigió a la tienda compro dos trajes nuevos, varias camisas, corbatas y un par de zapatos nuevos, no imaginaria el hecatombe que su acción acarrearía.

Al llegar a casa, Coral lo esperaba con los ojos inyectados de sangre, había pasado una gran vergüenza, cuando fue a cancelar un bolso nuevo y su tarjeta dijo fondo insuficiente.

Al ver llas bolsas se volvió loca y comenzó a gritar.

Era tanto el escándalo que el pequeño Alfonso lloraba preso del pánico.

Su suegra intentaba mediar, pero Coral parecía una niña caprichosa haciendo un gran berrinche.

Aurelio estaba al límite y aunque la amaba, no podía soportar más la situación, salió con las bolsas de ropa y condujo a un hotel.

Al otro día se presentó en la oficina con su ropa nueva, todos lo miraban sorprendidos.

Así paso algunos días, extrañaba a su hijo, pero Coral debía cambiar, pues él ya no soportaba más eso.

Coral al ver que su matrimonio sé ira al caño y más al darse cuenta de que perdería el dinero de su marido cambio su actitud, pero para su mala suerte Aurelio no regresaba a casa y no contestaba sus llamadas.

Alfonso sentía la ausencia de su padre, era tanta la tristeza del niño de casi 3 años que se enfermó.

Aurelio al conocer la enfermedad de su hijo fue a la clínica.

El médico le explico que todo era producto de una descompensación porque el pequeño no quería comer.

Aurelio se sintió culpable y Coral como siempre uso su vulnerabilidad para manipularlo.

Regreso a casa esa tarde, Coral se mostraba cariñosa parecía la misma de cuando era novios y sin pensarlo ahí estaba el redondito a sus pies.

Como ya el niño no requería tanta atención, Coral comenzó a ocuparse de él, por lo que la niñera fue despedida.

Dejo de comprar de manera exagerada, y comenzó a buscar una casa.

Aurelio tenía suficiente para el pago inicial y pedirían un préstamo bancario para el resto.

La hermosa propiedad de tres habitaciones, cocina, sala y comedor de concepto abierto, dos baños y medio, un garaje para dos autos era ideal para su pequeña familia.

Coral usó su conocimiento y talento para decorar cada espacio lo que la mantuvo ocupada y dejo los gasto excesivos de lado.

Aurelio estaba feliz y aliviado de ver que su matrimonio estaba bien, eso era lo que necesitaban su propio hogar.

Las pequeñas inversiones generaban dinero, aunque la bolsa estaba muy cambiante, unos días ganaba otros perdía, aun mantenía esa parte de su vida en secreto.

Su esposa era una mujer impredecible y no deseaba revelar que tenía otra fuente de ingresos.

Hizo una inversión importante compro tres acciones en una empresa nueva de tecnología, su visión le llamó la atención y tenía una buena corazonada.

Ese fue su despeje, seis meses después con el lanzamiento de los primeros dispositivos, su inversión se vio triplicada y cada día se sumaba más y más dinero a su cuenta, lo que le permitía seguir invirtiendo.

Realizo el pago de tres meses por adelantado al banco y le envió una suma bastante considerable a sus padres todo esto de una cuenta personal que mantenía en secreto de su esposa.