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LA ABOGADA DEL CAPO ITALIANO

LA ABOGADA DEL CAPO ITALIANO

Status: Terminada
Genre:Aventura de una noche / Arrogante / Mafia / Equilibrio De Poder / Completas
Popularitas:904.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Mar

Luigui Cardona hijo adoptivo de Cardona el encargado de la mafia Italiana.
Enamorado de Emma Greco Alvarez una de las hijas menores de Giacomo Greco y Soledad Alvarez .
Emma es la menor de las trillizas y es la última de los hijos de esta familia .
Es la más parecida en la forma de ser a Soledad pero tiene la fuerza , fortaleza de Giacomo.
Enamorada de Luigui en la cual le declara su amor a él siendo rechazada , eso le rompe el corazón a la pequeña Emma , pero no le impide después de cinco años aprovechar la situación y obligarlo a casarse con él así cumpliendo las palabras que le dijo ese día.
Luigui aceptará ese gran amor que siente por Emma desde el primer día en que la conoció .

NovelToon tiene autorización de Mar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 5

Emma abrió los ojos lentamente, sintiendo el peso del cansancio en su cuerpo. Su piel aún conservaba el calor de la noche anterior, y sus sentidos se deleitaban con la sensación de haber cumplido su deseo más anhelado: estar con Luigui. Había soñado con ese momento tantas veces que, ahora que era real, se sentía casi irreal. Pero el dolor punzante en su entrepierna le recordaba que no había sido un sueño.

Se incorporó con cuidado, intentando no hacer ruido. Observó a Luigui a su lado, dormido, con su respiración tranquila y su rostro relajado. Se veía tan hermoso, tan perfecto… No pudo resistirse y se inclinó hacia él, depositando un suave beso en sus labios.

—Te amo —susurró, apenas rozando su boca con la suya.

Sabía que lo que había hecho no estaba bien. Luigui no sabía que era ella. La máscara había sido su aliada, el disfraz perfecto para cumplir su deseo sin que él la rechazara por la diferencia de edad. No podía detenerse a pensar en las consecuencias ahora. Se vistió con dificultad, sintiendo su cuerpo resentido, y salió de la habitación sin mirar atrás.

En la calle, detuvo un taxi y subió con cautela, acomodándose en el asiento mientras sentía un leve ardor en su interior. Sus labios se curvaron en una sonrisa triunfal.

—Valió la pena, Emma —se dijo a sí misma en un murmullo apenas audible—. Aunque duela todo el maldito cuerpo, valió la pena.

Cerró los ojos y dejó que los recuerdos de la noche anterior la envolvieran. Las caricias apasionadas, los besos hambrientos, el deseo incontrolable de Luigui. Nunca la había tocado así, nunca la había mirado con tanta intensidad. Si tan solo supiera que era ella…

Mientras Emma se alejaba en el taxi, Luigui despertó con una sensación extraña. Se giró en la cama, buscando con la mano a la mujer con la que había pasado la noche, pero el espacio a su lado estaba vacío. Abrió los ojos y parpadeó varias veces, confundido.

—¿Se fue? —murmuró para sí mismo, incorporándose lentamente.

Se llevó una mano al rostro y se quitó la máscara que aún llevaba puesta. Todo había sido tan intenso, tan borroso… Recordaba la desesperación con la que la había tomado, el deseo ardiendo en su interior, la manera en que ella se entregó sin reservas. Pero algo dentro de él se sentía inquieto.

Cuando intentó levantarse, la sábana se enredó en sus piernas, arrastrando consigo las cobijas al suelo. Y entonces la vio.

Una mancha en la cama.

Luigui sintió que el aire le faltaba. Su corazón comenzó a latir con fuerza, y un sudor frío cubrió su piel.

—¡Mierda! —exclamó, llevándose una mano a la boca.

Se dejó caer nuevamente en la orilla de la cama, con la vista fija en aquella mancha.

—No puede ser… —susurró, sintiendo un peso en el pecho—. Era su primera vez…

Su mente se llenó de preguntas y dudas. ¿Cómo no se había dado cuenta anoche? ¿Cómo pudo haber sido tan salvaje, tan inconsciente? Había estado perdido en el deseo, cegado por la atracción que sentía por esa mujer.

Pero… ¿por qué? ¿Por qué la había deseado tanto?

Y entonces, un pensamiento lo golpeó como un puñetazo en el estómago.

—Sus ojos… —murmuró, cerrando los suyos con fuerza.

Aquellos ojos verdes lo habían atrapado desde el primer momento. Le recordaban a alguien… a su Emma.

Se pasó ambas manos por el rostro, respirando entrecortadamente. ¿Qué demonios había hecho?

—Y si la dejé embarazada… —susurró, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

Se puso de pie de golpe y comenzó a caminar de un lado a otro por la habitación, con la desesperación reflejada en cada uno de sus movimientos.

—Esto no puede estar pasando… —murmuraba, sin poder detener la avalancha de pensamientos que lo atormentaban—. ¿Y si realmente la dejé embarazada? ¿Y si hay un hijo mío rodando por ahí y ni siquiera sé quién es su madre?

El pánico se apoderó de él. Se sentía atrapado, sin salida. No podía permitir que eso pasara. No podía abandonar a un hijo suyo.

—¡Eres un imbécil, Luigui! —gritó, golpeando la pared con el puño cerrado.

Su respiración era agitada, su pecho subía y bajaba con violencia.

—Tengo que encontrarla… Tengo que pedirle perdón…

Pero ¿cómo? Ni siquiera sabía quién era. Había sido un encuentro enmascarado, una noche de pasión con una mujer desconocida.

O eso creía.

Porque esos ojos… esos malditos ojos verdes…

No podía sacárselos de la cabeza.

Entró al baño y abrió la ducha, dejando que el agua fría cayera sobre su cuerpo. Necesitaba calmarse, pensar con claridad.

Pero no podía.

Porque la imagen de aquella mujer estaba grabada en su mente.

Y el temor de que su semilla hubiera quedado en su interior lo atormentaba.

Salió de la ducha con la toalla alrededor de la cintura y se miró en el espejo. Su reflejo le devolvió la mirada de un hombre angustiado, perdido en su propia culpa.

—No voy a descansar hasta encontrarla… —murmuró con determinación.

Pero lo que Luigui aún no sabía era que la mujer a la que buscaría… siempre había estado más cerca de lo que imaginaba.

Emma llegó a casa en completo silencio, cerrando la puerta con sumo cuidado. Sabía lo celoso que era su padre y lo último que quería era enfrentarse a la furia de Giacomo Greco a esas horas de la madrugada. Su corazón latía acelerado, no solo por el temor a ser descubierta, sino también por la emoción que aún recorría su cuerpo después de lo vivido.

—Buenos días, hermanita —saludó Rebeca con los brazos cruzados, apoyada en el marco de la puerta de su habitación.

Emma sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Abrió los ojos de par en par y avanzó hacia ella con pasos sigilosos.

—¿Qué haces despierta tan temprano? —susurró, sintiéndose como una niña atrapada en plena travesura.

Rebeca entrecerró los ojos y dejó escapar una sonrisa maliciosa.

—Esperándote, hermanita —respondió con diversión en la voz antes de darse media vuelta y caminar hacia su habitación.

Emma la siguió de inmediato y, apenas cruzó el umbral, cerró la puerta con cuidado, como si eso pudiera contener la emoción que amenazaba con desbordarse dentro de ella.

—Cuéntamelo todo, Emma —dijo Rebeca con entusiasmo, dejándose caer sobre la cama mientras la miraba con curiosidad.

Emma no pudo evitar sonreír. Se sentó a su lado y suspiró, recordando cada instante de la noche anterior.

—Fue maravilloso, Rebeca —susurró con un brillo especial en los ojos—. La mejor noche de mi vida. No sentí dolor cuando… cuando él entró en mí, pero ahora sí lo siento en todo el cuerpo.

Rebeca la miró con ternura, comprendiendo el torbellino de emociones que su hermana estaba experimentando.

—¿Estás segura de que no te arrepientes?

Emma negó con la cabeza y se acostó junto a ella, abrazando una almohada con una sonrisa soñadora en los labios.

—No, no me arrepiento en absoluto.

Un silencio cómplice se instaló entre ambas, mientras Emma dejaba que los recuerdos de la noche pasada la envolvieran. Su cuerpo podía estar adolorido, pero su corazón latía con una felicidad que jamás había experimentado.

Y que el destino ya había trazado un camino que ninguno de los dos podría evitar...

Continuara ...

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MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR
menos mal que lo iba a castigar jajajaja
MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR
jajajaja 🤣🤣🤣🤣
MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR
que machista ni que nada un estúpido es lo que es
MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR
no lo entiendo menos mal que la ama
MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR
el destino no ella lo llevo allí
Méndez
eso mamona!!!!! ❤️
Luz Mery Suarez
dios santo ya muy pronto se encontrará con su amor y el padre de su hija
Nancy Libonati
una novela fuera de serie, súper buena, me encantaron todos los capítulos de la novela. felicidades a la aurora.
Luz Mery Suarez
hay carajo cuando vea la manchita en el pecho se va a dar cuenta que es la mujer de la máscara
Carmen Alejandra Arevalo
muy buena, excelente
Rochi Rochi
que hermosura, quedé con mi corazón en las manos, te felicito escritora porque cada capítulo supera el anterior, gracias nuevamente por compartir tan bella historia
Luz Mery Suarez
quien es Dilan ???
Elvira Luna
👌👌👌💖💖💖💖💖
Elvira Luna
Execelente historia 😍😍👌👌👌
Jeria Soto
felicidades autora buenísima novela
Mireya Ruiz Torres
linda y emocionante historia de amor!!!
Anonymous
Con todo respeto autora, demasiada miel aburre, me encanta las historias de amor pero cuando ya describen tan a detalle la dulzura así como la haces, en vez de ser bonito se torna hostigante y aburrido
Patricia Vera
falta la otras tías Melissa y otra más que pasó con ellas
Anonymous
Qué concepto tan retorcido tiene sobre el amor es una perra loca, ojalá el tipo le coja rabia se case con ella pero la desprecie por la bajeza que está haciendo
Anonymous
Realmente me parece ridículo lo que está haciendo, quien ama no hace daño y ella está dispuesta a dañarlo para obligarlo a estar con ella, qué obsesión tan maluca tiene ella, es uña enferma mental pero al
Final serán felices y comen perdices, muy predecible
MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR: no ella no lo dañará lo obligará a casarse o ir a la cárcel y lo piensas por qué está vez es una mujer la que lo hace y no un hombre
total 1 replies
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