Luz De Mi Vida.

Luna no decía una sola palabra, mientras el doctor la revisaba, pera ella era algo incómodo, pero Maximiliano se negó a salir de la habitación, él gel frío en su cuerpo la hizo estremecer, era la primera vez que vería a su hijo en su vientre, era su primer chequeo y aunque ya debería de llevar varios en su estado no contaba sino con el dinero para comer algunas veces, ya que si estaba de buenas alcanzaba a llegar al refugio a tiempo, pero eran muy pocas las ocasiones y si tenía algo de dinero mientras el sueño vencía su cuerpo los demás vagabundos terminaban de robarse lo poco que podía tener.

Maximiliano observaba la pantalla de su celular, tenía tantas llamadas de sus padres y sus hermanos que estaba indeciso en sí contestar o dejarlo pasar, lo único que sabía era que no se marcaría de ese lugar, no hasta que ella estuviera bien y saber el estado de esa criatura.

Un enorme sonido que lleno la sala hizo que dejara de observar su celular y pusiera su mirada en la pantalla que tenía al frente de su, en ella se podía apreciar un hermoso bebé ya formado moviéndose incontrolable mente con un pequeño dedo dentro de su boca, y el sonido de su corazón embargaba el pecho de esas dos personas que se miraron en ese momento y el destino pareció conectarlos en ese instante.

Las pequeñas lágrimas de felicidad de luna al saber que su hijo se encontraba bien habían hecho que el fuerte hombre se acercará a ella a darle su mano como muestra de apoyo, pero la realidad era que en ese momento solo ellos comenzaron a existir eran solo los tres.



La burbuja de felicidad fue terminada en el momento que la puerta de la habitación fue abierta con toda la fuerza de una familia que se encontraba preocupada por uno de sus integrantes.

Ahí en la habitación pronto se encontraba toda la familia Ferraro que al saber la importancia para Maximiliano de su madre y su cumpleaños al no aparecer ni contestar no les costó más. Que un par de horas dar con su paradero, al ver que era una clínica la familia completa no dudo en poner rumbo hacia ese lugar

Lo que nadie se esperaba encontrar era a Maximiliano en el consultorio a de pie al lado de una mujer que su vientre descubierto dejaba entre ver qué estaba embarazada y por la ecografía y enorme imagen que daba la pantalla dejaba ver a un bebé ya formado, con la cantidad suficiente de semanas como para saber su sexo.

Luna intentó rápidamente cubrir su desnudes, estaba más que sorprendida por la entrada de estas personas y por la furia que veía el rostro de algunos de ellos, por más que deseaba soltar la mano del hombre que aún la sostenía con una fuerza que era la necesaria para no dejarla mover del lugar no era lo suficiente para lastimarla.

Lo que para Luna causaba un asombro absoluto para Maximiliano causaba una furia en su ser, pues era un hermoso momento el que estaba viviendo, se sentía. Pleno, vivo y en paz hasta que su familia llegó a dañar todo eso, esa sensación que por primera vez en la vida había llegado a sentir y que no sabía si volvería a suceder, así que no demoro en hablar.

Maximiliano: que hacen ustedes aquí.

Isabella le propinó un pequeño golpe a su hijo.

Isabella: esa es la manera de saludar a tu madre, te recuerdo que no nos hemos visto en todo el día, y sea como sea sigo siendo tu madre, así tengas cien años me entiendes, olvidas mi cumpleaños, no contestas mis llamadas, me informan que estás en un hospital que quieres que piense. Eres mi hijo.

A parte crees que esta es la mejor manera para enterarme de que mi hijo tiene una novia la cual está embarazada, no es justo que me ocultas algo así pero te perdono por qué de Todos está siendo el mejor regalo de cumpleaños.

Término de decir Isabella para después dejar un beso en el rostro de su hijo y dar un abrazo a la mujer que se encontraba aún en la camilla, que quedó tan anonadada, pero sintió ese abrazo tan cálido, que respondió por. Instinto a aquel gesto y comenzó a llorar aún mas fuerte.

Emiliano: mamá no se vale trabajé muy duro para conseguir tu regalo y ahora dices que este nos ganó a todos cuando ni siquiera llegó a casa.

Isabella: un nieto es un nieto, por fin uno de mis cuatro hijos sienta cabeza.

Demon: segura mujer que es hijo mío por qué mira, solo fue capaz de engendrar uno y bien sabes que en la familia somos golpeadores.

Isabella: cállate de una vez y salgan todos de aquí ahí que dejar que ella se cambie, que mala educación nuestra ingresar así dijo ella mirando a Luna. Pero pronto entenderás que un hijo es un hijo así ya sean viejos como estos que vez aqui.

Tu cámbiate con calma ,nosotros estaremos afuera , descansa yo más que nadie se lo agotador que es todo este proceso del embarazo mira que tuve fueron cuatro que en ocasiones no me dejaban ni comer o dormir.