Destinos Entrelazados.

Queriendo saber que pasa, intento preguntar, pero su rotunda respuesta me detiene.

- No.- dice con voz potente y firme.

Desorientada dirijo mi vista hacia él, solo para observar como tensa su mandíbula y sus ojos almendras refleja fuego, ¿creo que hice algo muy malo?.

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**** Julián ****

¿Creen en el destino?, era una pregunta que me negaba a formularme, para mi no era más que una idiotez sin sentido y de suerte, pero sino es el destino, ¿quien me explica esto?.

Era inimaginable pensar que esto sucediera, verla hay parada frente mi, es una locura, estuve tentando a llamarla por el nombre que sucumbe mi mente, pero sé que es imposible y eso lo sé de primera mano. Este debe ser un juego de destino, quiere ponerme a prueba.

Sin poder salir de la confusión la miro fijamente, es hermosa, su voz y sonrisa es genuina y sincera, muestra todo de ella. Sin embargo, toda esa sorpresa es reemplazada por enojo y molestia, no puedo creer lo que estoy escuchando, acaso se volvió loca.

- No.- me alarmó a responder.

Aunque no la conozca jamás permitiría que Leo la besara, eso sería una completa locura, no puedo permitir que eso pase.

- Entiendo, lo siento por mi petición extraña, no los mol…- se tambalea antes de poder terminar hablar.

Inconscientemente, la atrapó en mis brazos, verla en fragilidad me recuerda viejos momentos, pero no con ella, todo es tan confuso y dilemático, queme siento perdido.

- Estás bien?.- le pregunto, mientras la ayudo a sentar.

- Si, de verdad lo siento.- se vuelve a disculpar.- para ser sincera no soy así y no sé por qué hago algo tan estúpido como esto, pero me imagino que un corazón roto hace cualquier locura.- sonríe con amargura.

Aprovechando que se está abriéndose a mí, le hago señas a Leo para que se ocupe de su amiga, la cual no ha despegado la mirada de nosotros desde que se sentó a hacernos compañía, necesito quedarme a solas con ella, voy a descubrir quien es y que intenciones tiene.

- ¿Alguna vez te han traicionado?.- me mira con vacilación, es como si pensara que en mi vida nunca he sufrido.- Ja, ja, ja, que preguntas te hago, pues en mi caso si, la persona que le entregue mi vida, me traicionó de la peor manera, yo hice lo posible para mantener nuestra relación, sufrí en silencio todos los desplantes y siempre mantuve mi sonrisa, pero lo que no soportó mi corazón fue haberlo encontrado con otra en nuestra cama y ¿sabes que es lo más chistoso de la situación?.- me arrebata mi trago y se lo bebe, sin importar que lo tuviese en mis manos.- Esta embarazada, va a tener un hijo con ella, ¿gracioso no?.- dice con melancolía.

Sin saber que decir para consolarla la escucho, es lo mejor que puedo hacer ahora.

- Mira esto.- dice sacando su celular y mostrándome algo asqueante, realmente considero que es una bajeza, no merece ser llamado hombre, es una escoria, a ninguna mujer se le hace esto. - Me lo acaba de enviar, si querías motivos para saber mi actuar hay los tienes... Que locura, yo diciéndole mi vida a un hombre que le importa un bledo, ¿muy patética no?.- dice mientras tapa su rostro con sus manos.

- No, estás herida, por eso actúas así, y es normal hasta cierta parte, al contrario, el patético es él, se ve que dejo ir a una gran mujer.- intento animarla, aunque no sea uno de los mejores para hacerlo.

- Gracias.- me agradece mientras recarga su cabeza en mi hombro.

Muy doloroso lo que le ha pasado, ¿pero por qué se parece a ella?, si no fuera por pequeños rasgos diría que es ella. Más tranquilo el ambiente, me habla de su vida y que hace, y solo la palabra desgracia la puede definir, su vida ha sido una locura, pero lastimosamente así es el destino de algunos.

Observando que esta muy borracha y no para de decir incoherencias, trato de buscar a su compañera para que se la lleve a descansar, pero esta simplemente ha desaparecido y para colmo de mis males con el idiota de Leo. Molesto tomo mi celular y le dejo un mensaje, tengo que avisarle para que no se forme un escándalo, porque de ninguna manera puedo dejarla aquí sola, sería devorada en cuestiones de segundos.

Reflexionando que no puede dar ni un paso la cargo, mientras me recriminó mi actuar, no soy de las personas que actúa tan explosivamente, pero simplemente tenía que hacerlo, sentiría un gran sentimiento de culpa si no la ayudo, solo espero que esto no sea un dolor de cabeza.

Con sumo cuidado la subo al coche y le pregunto su dirección, pero a cambio recibo una dulce sonrisa como respuesta. Frustrado golpeó el volante mientras conduzco, solo espero que mañana no me genere un escándalo por esto, considerando que las cosas no podría empeorar más, vuelve a divagar.

- ¿Crees que soy bonita y sexual?.- pregunta con una tentadora expresión de inocencia.

- Duérmete.- digo controlándome, que de gracias a Dios que no soy un mal hombre, porque otro se hubiese aprovechado de su fragilidad.

- Oye, responde.- sigue insistiendo.

Sabiendo que no parará hasta que escuche lo que quiere escuchar asiento, es mejor no gastar energías con un borracho. Considerando que mi respuesta es lo suficiente para calmarla, centro mi atención de nuevo en el camino, solo para sentir una mirada intensa sobre mí.

- Habla, ¿qué quieres?.- hablo fastidiado por su gesto, me esta volviendo loco, en todo el sentido de la palabra.

- Eres siempre así de tosco?, no sabes que eso empaña tu belleza, lástima. Pero volviendo a lo importante, dame tu número.- me dice con voz de niña, dejándome ver así su nueva personalidad desbloqueada.

- No.- afirmó sin ánimos de discutir.

No tengo las energías para hacerlo.

- Oye, te lo estoy pidiendo, puede que alguna vez nos encontremos casual y no me reconozcas, permíteme al menos tener una prueba que demuestre lo contrario. - me mira seriamente, haciéndome dudar.

Reconocería ese rostro a metros, en mis sueños lo he estado persiguiendo, pero la cruda realidad es que ella tampoco es la persona que quiero, inquieto paro el coche y me masajeo la cabeza, estoy perdiendo la cordura.

- Es un no?.- alza su ceja en señal de molestia.- Entiendo, entonces dame del rubio lindo, quizás a él si le caí bien y podamos salir un día de estos.- dice con certeza, provocándome.