Aziel, apodado el tigre dorado, hombre hábil en los negocios y con un gran poder, tenía como pasatiempo leer historias omegaverse.
En su duodécima novela omegaverse, de este libro en especial, Aziel sentía desagrado por el personaje cliché que se entrometia en la relación de la pareja protagonista, llegando a sentir alivio con el trágico final del personaje extra.
Pero, en un raro acontecimiento, Aziel despertó en el cuerpo del personaje del libro que tanto aborrecia.
Siendo un personaje extra con un final marcado como trágico fuera del estilo de Aziel, el apodado tigre dorado hará todo lo necesario para salir de ese destino y personaje cliché.
En su lucha por sobresalir, Aziel encontrará en su camino al personaje principal de la historia, el Alfa protagonista que aborrecia más que nadie a Aziel.
"Solías decir que me amabas"
"Cariño, ese no era yo"
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Capítulo 22
El celular sobre la mesa no sonaba, al menos no con la llamada que esperaba el alfa.
Desde hace unos días, un video circulaba en Internet, el video mostraba a Aziel caminando por las calles en compañía de tres alfas, el omega vestía un traje oscuro con el cuello de su camisa descubierto.
Como era de esperarse, los comentarios en línea no se hicieron esperar.
-¿Es una nueva estrategia para llamar la atención?.
-Es un omega promiscuo, ¿qué hace caminando por las calles con tres alfas?.
-Es obvio que intenta llamar la atención, por eso trae el cuello de su camisa así, que descaro.
-¿No tenía ese omega dos hijos?.
-¿Acaso busca seducir a alguien?
-De nada sirve su cambio, sigue manteniendo su horrible esencia.
-Creo que ahora se ve mejor.
-No parece ser una persona que tiene dos hijos, se ve bastante bien, no luce como un omega común, pienso que eso es atrayente.
-Un omega promiscuo siempre va a ser promiscuo no importa que.
Esta clase de comentarios estaba por toda la red, seguido de videos de los momentos más controversiales de Aziel.
En todo ese tiempo, Hadrian no había recibido ninguna llamada de la pequeña Heidrun.
Tampoco recibió la visita de Aziel cuando este solía ser insistente más aún por los nuevos videos que aparecían de él en Internet.
"Según los informes, esos tres alfas trabajan como guardaespaldas en la casa del Señor Aziel, el motivo de su visita a esa empresa ese día fue para buscar inversionistas para el proyecto en el que está trabajando", dio a conocer el guardaespaldas Roger.
"¿Qué tipo de proyecto?", preguntó Hadrian sentado desde el escritorio de su oficina.
"Según lo que decían en los pasillos de esa empresa, se trataba de ropa interior para omegas, su padre debería saberlo mejor, ya que estuvo presente cuando el Señor Aziel realizó su presentación", explicó Roger.
"¿Algo más?"
"Recibí el informe de que el Señor Aziel se mantiene la mayor parte del tiempo dentro de su casa, y cuando sale, siempre es a la misma dirección"
"¿Qué dirección?"
"Se trata de una propiedad privada, según los informes, el doctor Allen vive ahí, pero no es posible acercarse ni averiguar más, ya que el lugar está protegido, se teme un ataque si se trata de ingresar a la propiedad a la fuerza", informó Roger.
"Tsk, no hay necesidad de eso, Roger, ¿podrías ser más inteligente?", regañó Hadrian al guardaespaldas.
'Usted es quien ordenó seguir al Señor Aziel a cualquier lugar', pensó Roger.
"Si, Señor", asintió Roger.
Levantándose de su escritorio, Hadrian tomó su saco listo para salir.
"¿En dónde está ahora?", preguntó el alfa.
"En el hospital central, es la fecha de la revisión y vacuna de los niños"
"De acuerdo", salió Hadrian de su oficina.
Viendo salir a Hadrian, Roger suspiró con cansancio, no entendía el repentino cambio de la situación, durante todos estos años, Hadrian había deseado que Aziel desapareciera y que no lo molestara más, pero ahora que se había cumplido su deseo, el interesado en saber que hacía el omega era el mismo Hadrian.
"Alfas", suspiró el guardaespaldas Roger.
"También soy alfa, pero no lo entiendo", se dijo a sí mismo.
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Durante todo el día, la pequeña Heidrun no se apartaba de Aziel, en el desayuno, la comida, la cena, y hasta para acostarse, la pequeña no soltaba a su papá.
Era como si la pequeña tratara de recuperar todos los años perdidos y la falta de atención de Aziel.
Los más contentos por esto eran los tres guardaespaldas y Sophia.
En cuanto al pequeño bebé Harlan, Aziel se comprometió a prestarle más atención, aún le resultaba difícil cargar al bebé en sus brazos, ya que temía lastimarlo, tomaría tiempo, pero Aziel estaba comprometido con ello.
Hoy, era el día de la revisión de los niños y vacuna de la pequeña Heidrun en el hospital central, Aziel los llevó junto con Sophia.
"Tienen una buena salud, el peso también es el adecuado", habló la doctora tras revisar a los pequeños.
"Este bebé se ve muy feliz", sonrió la doctora tomando la pequeña mano de Harlan quien yacía acostado sobre la mesa de revisión para bebés.
Este pequeño era demasiado adorable, sonriente y tranquilo, con sus hermosos ojos de distintos colores.
Terminada la revisión de rutina, Sophia se encargó de cargar al pequeño bebé mientras Aziel sostenía a Heidrun sobre su regazo.
Hoy, sería Heidrun quien recibiría la vacuna, así que la pequeña estaba muy nerviosa mientras se aferraba con fuerza a Aziel.
"El pequeño bebé recibirá su vacuna dentro de dos semanas, así que no se olvide de traerlo, es importante que reciba las vacunas correspondientes", habló la doctora mientras preparaba la vacuna para Heidrun.
"Entiendo", asintió Aziel sujetando a la pequeña con fuerza.
La última vez que Aziel había recibido una vacuna, fue hace muchos años, así que no recordaba el dolor, pero viendo la aguja y teniendo a Heidrun en sus brazos, Aziel sintió inquietud y nervios por el inminente dolor que sentiría la pequeña tras recibir la vacuna.
"Bien", se acercó la doctora a la pequeña para descubrir su brazo en donde se aplicaría la vacuna.
"Será rápido ¿de acuerdo?", sonrió amablemente.
Para calmar a la pequeña que estaba asustada, Aziel la abrazó más a su pecho tratando de cubrir su rostro, pues no sabía que más debía hacer.
La doctora comenzó a limpiar el área del brazo en donde aplicaría la vacuna, sin saber que hacer, Aziel recordó que distraer a los niños resultaba mejor para que no sintieran dolor.
Con tal de distraer a Heidrun, Aziel comenzó a cantar la única canción infantil que conocía, al oír a su papá, la pequeña Heidrun alzó la vista para verlo, levantando su pequeña ceja izquierda confundida.
Al ver a su papá, la pequeña Heidrun comenzó a reír, y sin sentir nada, la vacuna fue colocada rápidamente en su brazo.
Después de recibir indicaciones de la doctora, Aziel salió del hospital junto a Sophia y los niños, llevando él a la pequeña en sus brazos y Sophia llevando a Harlan en su carriola.
"Fuiste muy valiente", elogió Aziel a la pequeña.
"Mamá, canta otra vez", pidió la pequeña entre risas.
"Si me enseñas otras canciones infantiles, entonces podré cantar más", sonrió Aziel a la pequeña.
"Sé muchas canciones, así", levantó Heidrun sus brazos hasta arriba para mostrar la cantidad de canciones que conocía.
Todos se veían felices en tanto disfrutaban de su plática, cuando a medio camino, Aziel casi tropezó con una persona que había estado ahí de pie.
"Lo siento", se disculpó Aziel con el hombre y dio un paso a un costado para poder avanzar.
Sin embargo, el hombre volvió a bloquear su camino.
Esta vez, Aziel levantó la vista para ver al hombre quien bloqueaba su paso, se trataba de un hombre molestamente alto.
"... Señor", susurró Sophia al darse cuenta de quien era ese hombre.
Pero Aziel se quedó ahí, de pie mirando al hombre mientras sostenía a Heidrun, la pequeña también reconoció al hombre, pero se abrazó más a Aziel y volteó la mirada para no ver al hombre.
Aziel estaba más preocupado por llevar a la pequeña a casa para descansar, así que en lugar de molestarse con ese hombre, el omega se apartó rápidamente hacia un costado y siguió su camino junto a la asustada Sophia.
"¿Qué sucede con los jóvenes de hoy?", negó Aziel con su cabeza tras irse.
Como la vez pasada, Hadrian se quedó en su lugar observando como Aziel subía a un taxi para marcharse.
