El Esposo Cruel Renace: La Venganza del Marido

Sin saber qué estaba pasando, Ozvit sintió como si no estuviera cayendo en picado por un precipicio con Hazal, sino que algo extraño lo golpeaba.

¿Cómo describirlo? En ese momento, era como si hubiera un suave roce de piel entre ellos, acompañado por el sonido de respiraciones erráticas, tan intensas y ondulantes como la melodía del mar en pleamar y bajamar.

Sentía un calor abrasador recorriendo su cuerpo, tan caliente y lleno de un deseo ardiente, que parecía moverse fuera de su control, disfrutando de algo que hacía que su adrenalina se disparara, algo hermoso y placentero mezclado en uno solo.

De nuevo, sintió un toque suave y caricias delicadas que conectaban dos cuerpos abrasados por la llama del amor.

Incluso los gemidos, los susurros de placer y los pequeños sollozos sonaban tan hermosos que eclipsaban millones de pensamientos lógicos detrás de sus oídos.

Entre consciente e inconsciente, sintió dedos delicados clavar sus hermosas uñas en su espalda.

Ozvit realmente sintió su cuerpo chocar contra algo que lo apretaba y estrujaba, demasiado hermoso y placentero como para que pasara rápidamente.

Su respiración era irregular, quién sabe cuántas veces se movió, empujando y llevando a su acompañante hacia el horizonte, arrastrando instantáneamente a la pareja en la oscuridad de la noche y el aguacero acompañado de truenos.

"Aghh, duele".

Ese gemido le resultó familiar.

Ozvit quiso obligarse a abrir los ojos y volver a la realidad, pero por alguna razón le resultaba extremadamente difícil.

Ozvit continuó, moviéndose con gracia mientras agarraba lo que tenía delante, dejando que su espíritu aventurero arrasara con todo a su paso.

"¡Aghhhh!"

Escuchó una voz suave y ***** hermosa resonando en sus oídos hasta que sintió un par de manos entrelazadas cuando sus cuerpos parecían estar a punto de alcanzar el clímax del placer.

¿Qué es esto? Oh... nena.

Era como si algo poderoso y abrumador acabara de suceder, brotando de una manera extraordinaria hasta alcanzar un punto de increíble alivio.

Sentía como si realmente hubiera alcanzado un clímax tan increíble que no había experimentado en mucho tiempo.

Ozvit se preguntó qué clase de sueño tenía mientras la muerte se le acercaba, y manteniendo los ojos cerrados, intentó encontrar el cuerpo de Hazal, abrazando con fuerza a su esposa y esperando que esta vez la muerte no lo separara de ella.

Por un momento, Ozvit sintió que la suave piel que tenía delante se movía con delicadeza, el aroma característico del cabello de Hazal, como en el pasado, invadió repentinamente sus fosas nasales, incluso el aroma posterior a hacer el amor parecía fundirse en uno solo en su sentido del olfato.

¿Qué estaba pasando?

Ozvit intentó moverse, el dolor en su cuerpo parecía haber desaparecido, reemplazado por una sensación de alivio por un logro que no comprendía.

Por un momento, Ozvit intentó moverse, sintió que su cuerpo abrazaba cálidamente a alguien, como si estuviera durmiendo en su cómoda cama en la mansión principal de Ozvit Del Piero, a la que no había ido en años.

Ozvit movió lentamente la cabeza, sintiendo la nuca de alguien justo debajo de su barbilla.

"Nggg".

Pudo escuchar una suave voz llenando sus oídos, incluso la persona parecía retorcerse suavemente frente a él, haciendo que su miembro inferior se despertara repentinamente.

"Oh, mie...".

Ozvit maldijo en voz baja.

Y cuando abrió los ojos, se sorprendió al ver la escena que tenía delante.

"¿Qué está pasando?"

De repente, la voz de Ozvit llenó la habitación, como si recordara perfectamente la situación.

"¿¡Eh!?"

En ese instante, el cuerpo que tenía delante se movió por reflejo, apartándose de él espontáneamente.

Sus miradas se encontraron.

¿Hazal?

"¡Aaaaaaaaaah!"

De repente, la mujer que tenía delante gritó histéricamente al darse cuenta de quién era el hombre que tenía delante.

¿Qué estaba pasando?

¿Estaba retrocediendo en el tiempo?

Era como si hubiera despertado de nuevo en el pasado, hace tres años, cuando a su lado estaba Hazal, profundamente dormida después de su primera noche juntos, para luego despertar gritando histéricamente al darse cuenta de la situación.