Amara Brennan, heredera de Brentic Global, una empresa multinacional, criada para ocupar de forma cabal y capaz el cargo de presidenta cuando llegue el momento. Madre de un pequeño de apenas tres años de edad. Se encontraba siendo empujada a una situación difícil en su vida, enfrentando un divorcio por la infidelidad de quien era su esposo, haciendo frente a la disputa por la custodia de su hijo Martyn, una de las artimañas del hombre para obligarla a doblegarse ante él.
Sus problemas aumentan en el momento en que conoce a Rafael Castel, supervisor encargado del nuevo proyecto que realizaban en conjunto con Industrias Zhang un hombre quien se creía era Beta, surgió su Subgénero en el justo momento en que estuvieron frente a frente. Ahora Amara no solo debía enfrentarse a un divorcio y pelear por tener a su hijo a su lado, sino que también debe lidiar con un Alpha que no sabe controlar sus feromonas y quien es su pareja destinada.
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Capitulo 24. Las malas noticias vienen juntas
¡Hola!...
Antes de comenzar con la lectura, quisiera tomar este espacio para pedirles disculpas por no haber subido capítulos diarios.
Para los que no saben, yo soy de Venezuela y vivo allí, teniendo como contratiempo el tema de los apagones, que han sido constantes estos dias. Por miedo de que estos apagones pudieran dañar mi laptop (el único medio que tengo para escribir las novelas) no me quise arriesgar a encenderla hasta que la electricidad se normalizara.
Pido disculpas por las molestias ocasionadas
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Rafael sentía que podía morir en ese mismo instante de felicidad, era la primera vez que tenía ese tipo de sentimientos hacia una mujer, convirtiéndolo en una montaña rusa de emociones, en las que un día sentía morirse de tristeza y ahora pensaba que podría morir de felicidad, solo por la misma persona.
- ¿Qué?, ¿yo? – la mujer parecía estar confundida con el comportamiento de Rafael.
- Yo, quiero ser directo con usted – le dice determinada a no dejar ir la oportunidad, respira profundo, para tomar fuerzas – quisiera conocerla más, estar cerca de usted y que pueda confiar en mi más que nadie – le dice de forma directa
- Lo que usted quiere decir es…
- Lo que yo quiero de decir es, que me he enamorado perdidamente de usted – le dice viéndola fijamente – con tan solo una palabra suya bastara para avivar o apagar todo esto que estoy sintiendo, yo quisiera que me diera la oportunidad de estar cerca de usted, tenerla entre mis brazos y que sea solo mía – le dice procurando darles forma a todos sus pensamientos y expresarlos de la forma correcta y que puedan llegar a ella.
- Yo, yo – el corazón de Amara latía con fuerza, un impulso de querer saltar hacia él y besarlo cruzo su mente, pero justo después la sensatez la invadió – yo, no puedo aceptar sus sentimientos – le dice en tono firme, aunque en su interior sentía un enorme vacío al pronunciar esas palabras.
- Entiendo que, usted no tenga algún sentimiento romántico hacia mí – le dice Rafael, no quería rendirse tan fácilmente, no ahora – pero si usted pudiera darme la oportunidad de persistir y demostrarle que mis sentimientos son plenamente sinceros, le aseguro que no se arrepentirá – le dice con una voz dulce y suave
- No – le responde de forma tajante – quiero que entienda mi posición, desde el principio he sido clara con nuestra relación, la cual solo ha sido un acuerdo que nos beneficiaria a ambos, y creo que usted confundió mis intenciones – le dice tratando de mostrarse de la forma más calmada posible.
- Yo sé que está mintiendo – le dice Rafael sintiendo como las palabras de la mujer comenzaban a desmoronarlo nuevamente – si fuera como usted lo plantea no se mostraría tan desesperada solo por querer desayunar conmigo, o simplemente se apartaría si intentara besarla – le dice tomando la barbilla de la mujer y la besa, saboreando sus labios y sintiendo a la mujer acceder a su acercamiento – le dije que estaba mintiendo – le dice en voz baja antes de continuar con sus besos.
“Mamá” vino a la mente de Amara.
- ¡NO! – le dice Amara apartándolo, tomando las fuerzas desde lo más profundo de su ser para poder recapacitar y no dejarse envolver por sus emociones – Señor Castel, quiero que entienda, que yo no puedo estar con usted, nuestros mundos son totalmente diferentes y no pueden mezclarse en algo tan absurdo como sería una relación entre ambos – le dice en tono fuerte – espero que entienda y respete mi decisión – le dice y luego se marcha dejándolo allí.
¿Qué le sucedía?, hace un momento se sentía desesperada por no dejarlo ir y ahora se alejaba de él por voluntad propia. Seguramente él pensara que estaba loca o que simplemente ella estaba jugando con sus sentimientos, pero al pensar en su situación actual, enfrentando un divorcio, con un hijo al cual nunca podría imponerle el hecho de ver a su madre en una relación.
Además del hecho de que, si su padre quien muy seguramente se enteraría en el mismo instante en que esa relación comenzara, Rafael no es un hombre que se encuentre en los planes de su padre, quien ya tenía toda la vida de Amara medida, calculada y planificada, si ella llegara a contradecirlo, dando a demostrar que por causa de un hombre su más grande creación se comporta de forma errática, lo más seguro era que presionaría para que la terminara, y su más grande temor era que se pusiera del lado de Griffin en la custodia de Martyn obligándola a terminar con Rafael.
No estaba dispuesta a hacer la vida de él miserable de esa forma y tampoco quería poner sobre sus hombros todas y cada una de sus preocupaciones, y que además su padre también intente arremeter contra el hombre por causa de ella.
“Así era mejor” se comenzó a repetir una y otra vez, mientras se lanzaba a un abismo de pensamientos y sentimientos encontrados.
Por otro lado
Rafael sintió que se encontraba en la más alta bajada de la montaña rusa. Era obvio que Amara sentía algo por él, pero a la vez, no era suficiente como para poder estar a su lado y aceptar sus sentimientos. Ahora se sentía un tanto peor de lo que estaba, porque la esperanza era un sentimiento de doble filo que puede llevar hacia el cielo o hacia la locura.
Por unos minutos observo la puerta cerrada del departamento de Amara, suspiro y vio en su reloj de mano, que ya era la hora de volver a su realidad, la cual se encontraba en esa amplia oficina, llena de papeles y trabajo por doquier.
Camino por el pasillo casi obligando a sus pies, sentía que su cuerpo pesaba como el plomo, no era fácil ser rechazado dos veces por la misma mujer, la primera fue un golpe que su propiamente manifestó, la segunda fue la más dolorosa, porque tuvo que escucharlo de sus propios labios.
Llego al ascensor, presiono el botón para llamarlo y en cuanto llego la cabina subió, marco el nivel del estacionamiento, aun sumergido en sus pensamientos.
- ¿Rafael? – escucho la voz de una mujer a sus espaldas.
Enseguida se dio la vuelta para verla, puesto que era una voz que él reconocía.
- Oh, por Dios si eres tu – le dice la mujer entre risillas – no creí que fueras tú, puesto que estas liberando un aroma de Alpha – le dice sonriendo – veo que has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos – le dice de forma amigable, con la misma sonrisa que antes solía utilizar
- Si, han cambiado muchas cosas desde la última vez que nos vimos, Selena – le dice viendo de forma seria a la mujer.
Dicen que las malas noticias y los malos momentos vienen juntos, pues ese día comenzando la mañana todo le cayó a Rafael, un trago amargo, un mal momento y un encuentro poco grato.