Después de escapar de las brutalidades de mi manada, he estado viviendo en las sombras como humana durante años, tratando de olvidar el pasado y construir una vida nueva. Pero cuando una incursión real amenaza con desestabilizar todo, me veo obligada a enfrentar mis demonios y proteger a los inocentes que me han aceptado. No puedo permitir que me arrastren de regreso a esa vida de opresión y miedo. Kaiden el rey alfa descubre que soy su compañera predestinada. Desde entonces me persigue e insiste en que mi lugar está junto a él.
Pero me niego a pertenece a alguien y lucharé por mi libertad y por aquellos que me importan, sin importar el costo.
NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Una oportunidad
POV KAIDEN.
La pregunta flotó en mi conciencia, cargada de una mezcla de vulnerabilidad y desafío. Sentí un impacto directo en el pecho, como si me hubieran golpeado. La imagen de Adeline, su fuerza, su determinación, su esencia misma, inundó mi mente.
*¿Que si solo quiere a sus hermanas?* ¡Tonterías! Mi mente se rebeló ante la sola idea. Ella era mucho más que eso. Era el sol que iluminaba mi camino en esta selva desde que la conocí, la brújula que me guiaba, la fuerza que me impulsaba a seguir adelante. Era mi compañera predestinada, y esa conexión era algo que ni siquiera ella podía comprender del todo, pero que yo sentía en cada fibra de mi ser.
Y sí, la deseaba. La deseaba con una intensidad que me quemaba por dentro, con una pasión que anhelaba expresarse en cada roce, en cada mirada compartida. Me gustaba todo de ella: su valentía indomable, la forma en que sus ojos brillaban con determinación, la suavidad de su piel cuando, en contadas ocasiones, nuestros caminos se habían cruzado de cerca.
Mi primer instinto fue responderle con la fuerza de esa convicción. No podía permitir que una duda así se instalara entre nosotros.
*“Adeline,”* pensé con firmeza, enviando mi respuesta a través de esa conexión invisible que nos unía. *“Tus hermanas son tu corazón, y eso lo sé y lo respeto más que nadie. Pero tú no eres solo eso. Eres mucho más que eso. Eres mi compañera. Eres la luz que ilumina esta oscuridad. Y lo que yo te ofrezco no es una carga, es un destino compartido. Es un futuro donde ambas partes de ti, la protectora de tus hermanas y la mujer que eres, pueden florecer.”*
Me detuve.
Respiré hondo, mi corazón latia con fuerza contra mis costillas. La idea de perderla, de que ella eligiera un camino donde yo no estuviera, ya era insoportable.
*“Y si te preguntas si me gustas, Adeline,”* añadí, dejando que la verdad más cruda y honesta fluyera de mi mente hacia la suya, *“la respuesta es sí. Me gustas. Me gustas de una forma que va más allá de esta misión, más allá de mi destino. Me gustas tú. Y no voy a dejar que una duda te aleje de lo que estamos destinados a ser.”*
La selva pareció contener la respiración. Esperaba su respuesta, su reacción a la confesión cruda y directa. No podía ofrecerle una vida fácil, lo sabía. Pero podía ofrecerle mi lealtad, mi protección, mi amor y mi deseo más profundo. Y eso, para mí, era más que suficiente para luchar.
POV ADELINE
La selva volvía a ser mi refugio, mi fortaleza. Los pensamientos de Kaiden aún resonaban en mi mente, una melodía dulce y peligrosa que amenazaba con romper las barreras que había construido a mi alrededor. Él me veía como su compañera predestinada, sentía deseo por mí, y lo más desconcertante de todo, me gustaba. La sinceridad en sus palabras era innegable, y una parte de mí anhelaba creer en esas promesas de un futuro compartido.
Pero la libertad era mi esencia. Había luchado tanto por ella, por la independencia de moverme, de protegerme, de no estar atada a nadie ni a nada. La idea de entregar a mis hermanas, de vincular mi destino al suyo, se sentía como una cadena, por muy dorada que fuera. Mis hermanas eran mi responsabilidad, mi vida. No podía arriesgarlas por un sentimiento que, por poderoso que fuera, aún me resultaba ajeno y aterrador.
Y entonces, su siguiente pensamiento llegó, directo y audaz, rompiendo mi frágil paz.
*“Adeline,”* resonó su voz mental, firme y llena de una esperanza que me incomodaba. *“Sé que la libertad es importante para ti. Lo entiendo. Pero no te pido que te ates, te pido que compartas un camino. Te pido que me entregues la custodia de tus hermanas. No para apartarlas de ti, sino para protegerlas como solo yo puedo hacerlo, mientras tú… mientras tú me permites reconquistarte. Dame una oportunidad, Adeline. Una cita. Solo una, para demostrarte que lo que siento es real y que juntos podemos encontrar un equilibrio.”*
La propuesta me golpeó como una ola helada. ¿Entregar a mis hermanas? ¿Una cita? La idea me revolvía el estómago. Mi instinto gritaba "¡No!".
*“No, Kaiden,”* pensé con toda la fuerza de mi voluntad, tratando de sonar firme, aunque mi voz mental temblaba. *“No puedo. Mis hermanas son mi responsabilidad. Y yo… yo no soy una mujer que se pueda reconquistar así. Soy libre, y no quiero atarme a nadie. No aún. No puedo.”*
Sentí un nudo en la garganta. La duda me consumía. ¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Estaba dejando pasar algo único por miedo?
Pero Kaiden no se dio por vencido. Su persistencia era tan palpable como la humedad del aire.
*“Adeline,”* su pensamiento volvió, más suave esta vez, pero con una determinación que me hizo flaquear. *“No te pido que te ates, te pido que te abras. La libertad no significa estar sola. Significa elegir tu camino, y yo creo que nuestro camino puede ser juntos. Tus hermanas estarán seguras, protegidas, y tú… tú tendrás la oportunidad de conocerme, de ver si lo que sientes es lo que yo siento. No te pido que renuncies a tu libertad, te pido que la compartas conmigo, aunque sea por un instante. Una cita. Solo una. Para que veas que no todo lo que brilla es peligroso. Para que veas que hay luz en esta oscuridad, y que esa luz… puede ser nuestra.”*
Sus palabras eran un bálsamo y una tortura a la vez. La imagen de él, tan seguro de sí mismo, tan convencido de nuestro destino, empezaba a erosionar mis defensas. La idea de una cita, de un encuentro controlado, donde pudiera evaluar la situación sin comprometerme del todo… era tentadora. Y la mención de la luz, de un futuro compartido… algo en mí se removió.
Miré a mis hermanas, durmiendo tranquilas bajo la protección de la noche. Necesitaban seguridad. Y si Kaiden podía ofrecérsela, y a la vez ofrecerme a mí la oportunidad de explorar este sentimiento que me descolocaba tanto…
Respiré hondo, el corazón latiendo con una mezcla de miedo y una extraña expectación.
*“Está bien, Kaiden,”* pensé, mi voz mental ahora tiene un susurro cargado de resignación y una pizca de esperanza. *“Una cita. Solo una. Y si mis hermanas no están seguras, si siento la menor presión… me iré. Y no me busques más. Pero si… si logras demostrarme que esto puede ser algo más, algo seguro y bueno para todas… entonces hablaremos de lo demás. Pero no esperes que te entregue a mis hermanas sin más. Eso aún está muy lejos.”*
Un instante de silencio se extendió entre nosotros, un silencio cargado de significado. Luego, sentí la calidez de su aprobación mental, una gratitud silenciosa que me hizo sentir un poco menos culpable por mi duda.
*“Gracias, Adeline,”* llegó su pensamiento, resonando con una alegría contenida. *“Será el mejor momento de tu vida. Y cuidaré de tus hermanas como si fueran mías, te lo juro.”*
Cerré los ojos, sintiendo el peso de mi decisión. Había dado un paso hacia lo desconocido, un paso guiado por una mezcla de deber y una naciente curiosidad por el hombre que parecía ver más allá de mis muros.