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MI PEQUEÑA ESPOSA༆

MI PEQUEÑA ESPOSA༆

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Completas / Matrimonio contratado / Matrimonio arreglado / Diferencia de edad / Casada con el millonario
Popularitas:3M
Nilai: 4.6
nombre de autor: Beatriz. MY

Mi nombre es Isabel del Castillo y, a la edad de dieciocho años, mi vida experimentó un cambio radical. Me vi obligada a contraer matrimonio con Alejandro Williams , un hombre enigmático y de gran poder, lo que me llevó a quedar atrapada en una relación desprovista de amor, llena de secretos y sombras. Alejandro, quien quedó paralítico debido a un accidente automovilístico, es reconocido por su frialdad y su aguda inteligencia. Sin embargo, tras esa fachada aparentemente impenetrable, descubrí a un hombre que lucha con sus propios demonios.

NovelToon tiene autorización de Beatriz. MY para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El accidente

           ༺ Narra : Alejandro ༻

—Lo siento mucho, mamá. Te prometo que no volverá a suceder —aseguré, hablando con total sinceridad.

—Más te vale que así sea. Ahora ven aquí y dame un abrazo —respondió ella, extendiendo los brazos en un gesto de necesidad.

Con un poco de reticencia, me acerqué y la abracé. A pesar de la situación, el abrazo me brindaba una sensación de calidez.

—Te quiero, mamá —le dije, esbozando una sonrisa. De verdad necesitaba ese momento cercano con ella.

—Y yo a ti, hijo. Ahora es el momento de ponernos manos a la obra para prepararlo todo para la boda. Hay mucho que hacer —replicó con entusiasmo, como si la alegría de los preparativos le llenara el corazón. —Además, tengo que conocer a mi futura nuera.

— Por cierto, ¿puedes decirme dónde está tu hermano? No he tenido la oportunidad de verlo desde que llegué —preguntó mamá, mientras examinaba detenidamente el alrededor, buscando alguna señal que indicara la presencia de Frederick.

—Salió de fiesta con sus amigos, por lo que no creo que regrese hasta más tarde—comenté.

—Bueno, dejemos de lado la conversación por un momento y vámonos a comer —sugirió mi papá con un tono amigable—. ¿Serían tan amables de llevar las maletas de mi esposa a la habitación? —pidió de manera cortés mientras comenzábamos a salir de la sala.

           ༺ Narra : Frederick ༻

Salí del club, tambaleándome visiblemente debido a la euforia del alcohol que aún corría por mis venas. Apenas conseguía mantenerme en pie, cuando uno de los empleados del establecimiento se acercó a mí, manifestando evidente preocupación en su rostro.

—Señor Frederick, creo que lo más prudente sería que llamara a un taxi. En su estado actual, no debería intentar manejar —me sugirió, su voz temblando ligeramente por la ansiedad.

—No te metas en mis asuntos, estoy en condiciones de manejar —le respondí, arrastrando un poco las palabras, como si mi lengua estuviera tan entumecida como mi cabeza.

—Por favor, señor, esto es realmente peligroso. Permítame que le llame un taxi —insistió, poniendo una mano en mi brazo con la intención de detenerme y evitar así que me pusiera al volante en ese estado tan lamentable.

—¡Te he dicho que no! —exclamé con rabia mientras lo empujaba y me metía en el auto rápidamente.

Apreté el botón del encendido y el motor rugió con fuerza. Salí del estacionamiento disparado, con el corazón latiendo desbocado. La noche estaba impenetrablemente oscura y las luces de la ciudad se veían difusas, como si estuvieran sumergidas en un velo de niebla, a través de mi visión borrosa y confusa. Con cada kilómetro que recorría, mi manera de conducir se tornaba más y más errática, como si la frustración y el miedo me llevaran a perder el control por completo.

Las calles presentaban un aspecto relativamente desierto, pero yo apenas podía mantener el control del automóvil. Mis reflejos se sentían lentos, como si estuvieran atrapados en una especie de neblina, y mi juicio estaba completamente nublado por los efectos del alcohol. De repente, un auto apareció de la nada, frente a mí, pero no logré reaccionar a tiempo.

—¡Mierda! —grité, mientras pisaba el freno con todas mis fuerzas, intentando frenar la inminente colisión.

El auto comenzó a derrapar, girando de forma brusca hacia la derecha. Hice lo posible por enderezarlo, pero el vehículo se había salido de mi control. En un momento de desesperación, giré el volante con decisión, intentando evitar un choque, pero mi esfuerzo fue inútil.

El vehículo colisionó contra un árbol situado al costado de la carretera. El estruendo del metal deformado y el cristal quebrándose reverberaron en el ambiente. Experimenté un intenso dolor en el pecho mientras el airbag se activaba.

—¡Ah! —exclamé, sintiendo el malestar irradiar a lo largo de todo mi cuerpo.

           ༺ Narra : Alejandro ༻

Eran las 10:15 de la noche y nos encontrábamos en el comedor, disfrutando de una deliciosa cena. La atmósfera estaba impregnada de risas y relatos sobre el viaje que había realizado mamá. Mientras compartíamos anécdotas y recordábamos momentos divertidos, de repente, sonó el teléfono, interrumpiendo la calidez de nuestra conversación. Una de las empleadas, que se encontraba en la habitación contigua, atendió la llamada de manera rápida y eficiente.

—¿Diga? —respondió con tono profesional, sin poder anticipar la urgencia del mensaje que recibiría.

Mientras tanto, nosotros continuábamos con nuestra cena, inmersos en la charla y ajenos a la inquietud que se estaba gestando al otro lado de la línea. Sin embargo, poco después, la empleada se acercó a nuestra mesa con paso apresurado, su rostro denotando preocupación.

—Señor, están llamando del hospital —anunció, su voz temblando ligeramente.

Las palabras flotaron en el aire, y el ambiente se tornó tenso de inmediato. Mamá, visiblemente confundida por la inesperada noticia, miró a la empleada con ojos abiertos de asombro.

—¿Del hospital? —preguntó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.

—Sí, acaban de informar que el señor Frederick ha tenido un accidente de automóvil —respondió la empleada con tono serio.

Al escuchar la noticia, papá se levantó de su silla de un salto, su rostro reflejaba una profunda preocupación que no se podía ocultar.

—¿Cómo puede ser posible? —exclamó, mientras daba pasos apresurados hacia el teléfono.

Tomó el aparato de manos de la empleada y rápidamente marcó el número del doctor, visiblemente inquieto.

—¿En qué hospital se encuentran? —preguntó, su voz tensa y cargada de ansiedad.

—Voy en camino —anunció papá, justo antes de colgar el teléfono con un gesto decidido.

Mamá, al notar la reacción de papá, se puso de pie de inmediato, mostrando una firme determinación.

—Voy contigo —dijo, con voz segura y resuelta.

—Permitan que Oliver los lleve. Me sentiré más tranquilo si él los acompaña —comenté, sintiendo una profunda preocupación por su bienestar.

—De acuerdo —asintió papá, mostrando comprensión—. Te mantendré al tanto de lo que suceda.

Sin perder tiempo, se dirigieron rápidamente hacia la puerta. Oliver, que había estado esperando cerca, se aproximó a ellos.

—Oliver, por favor, llévanos al Hospital Central —ordenó papá con firmeza.

—Sí, señor. Vamos de inmediato —respondió Oliver, con un tono serio y decidido.

Salieron de la casa apresuradamente y se metieron en el automóvil. Oliver encendió el motor y, con una expresión de urgencia en el rostro, pisó el acelerador, llevándolos hacia el hospital a una velocidad vertiginosa. Mientras tanto, yo permanecí en casa, sintiéndome un tanto desubicado por la repentina acción.

La cena que estaba planeada había cambiado de rumbo de manera imprevista.

1
Mirta Liliana
Que emoción,dos gemelas..
Ivania Flores
tod9 x el dinero le venden ña alma al diablo
Edith Jimenez
está no es igual a la hermana
Mirta Liliana
Se lleva bien con la cocina....
Edith Jimenez
es un cabron Ale si te acepta
Mirta Liliana
En la vida real,hay muy pocos caballeros y generosos como el,sería fantástico si los hubiera.....
Edith Jimenez
así es no hay vuelta atras
Ana María Lastra
me encanta la narración de la novela y la ortografía perfecta /Chuckle//Smile/
Sandra Hernandez Vazquez
felicidades muy buena gracias
Ana Labrador
Excelente
Lupita Barajas
opino igual la interesada de Gisell ya se dió cuenta de lo perdio por infiel y promiscua y ahora para impedir la boda puede tratar de dañar el hermoso y costoso vestido, pues hasta lo comparó con el vestiido que ella usaría al casarse con Alejandro
Criss Mendez Flores
no me acaba de gustar está bien escrita pero le falta que el sea más atractivo..y no su físico si no su forma de ser lo haces muy simple sin muchas emociones carece de atractivo que digas de este si me enamoro...que sus pensamientos sean hasta un poco más cachondos...ya sabemos que no está inválido..
Gloria Ortiz
te felicito de corazón fue una historia muy hermosa muy bien redactada con muchas emociones que lo transportan a uno muchas felicidades un abrazo y /Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Rose/ desde Colombia
Beny Ortiz
creo que es hermano también el que está malversando el dinero de la compañía
Beny Ortiz
ya tiene todas las pruebas en contra de su hermano y Giselle también está involucrada , ella lo sabia por tanto en su cómplice ,aparte de su amante , par de buitres
Monica Torti
muy emocionante la boda..... pero quién es el padre o la madre de Federik no quedó claro????
Marlene Garcia
así tiene que ser para protegerla autora tu novela me encanta así comovsnuncs dejes que le pase nada a Isabel mi a slejanfro
Violette Hernandez
exacto ya había dicho que Giselle sabía del intento de homicidio de Alejandro y que con éso lo chantajeaba
Candelaria Ortiz Reyes
Gracias por compartir esta hermosa historia con tu público y con la admiradora tuya una historia muy bonita me encantó me encantó muchas gracias espero y la próxima sea igual interesante y mucho ánimo y sigue adelante espero la próxima gracias
Marlene Garcia
dentro de poco todo quedará al descubierto Alejandro tiene que tener cuidado
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