Un amor casi imposible, donde uno le huía por seguridad y el otro le seguía sin cesar hasta que se cansó.
El profesor de filosofía, serio y tranquilo, se dejó llevar por la pasión que despertó una torta afrodisíaca junto a su "Rusita" sin saber que hubo consecuencias. Al sentirse abandonado y buscarla, sin éxito; decidió disfrutar de extensos viajes para olvidarla.
Ella disfrutó la mejor noche de su vida, teniendo que huir en la mañana, llevándose consigo un pedacito de él. Pero por problemas familiares, demoró en volver a España.
Ahora deben bautizar a su ahijada e inevitablemente, volverán a verse... ¿Qué pasará? ¿Sus sentimientos seguirán intactos? ¿Qué dirá Isaías cuando sepa el secreto de Eliani?
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Muy cerca
Ella ya me había dejado sin cena, solo porque me escuchó jadear en el teléfono y sí, gracias a Bella sé que pensó mal, pero además de pelear con mi hermana, pude haber estado haciendo ejercicio, golpeado a alguien, yo que sé, miles de opciones se me vienen a la cabeza que no tienen nada que ver con el sexo.
Mi rusa me mira con pena y yo solo le lanzo una mirada mortal por no confiar en mí.
—Tranquila, podemos ayudar en la cocina e ir hablando para que sea más rápido —le dice mamá
—No podría...— trata de negar, pero me dirijo allí, mientras mi madre, Lady, Ariam y la tía Amanda, me siguen.
— No te enojes con ella— dice mamá.
—No lo estoy — digo secamente.
— Eres mi hijo y te conozco. Sé cuando algo te molesta.
— Ella no me quiere en su vida— confieso lo que pienso, sin importarme las empleadas que están presentes.
—Sabes que sí—dice Lady— No te hagas el idiota—ríe— Somos muchas personas, pero solo te mira a ti.
—Seguramente me quiere matar por traerlos a todos ustedes.
Mamá ríe divertida y la tía sale de la cocina, mientras que Lady y Ariam intercambian miradas entre ellas.
—Mejor te dejamos cocinar solo— dice mamá haciéndole seña a las chicas y yo solo alzo los hombros con poca importancia.
Prefiero mi soledad para ahogarme en ella y volver a pensar como antes, ser un solitario hombre con cuatro hijos y evitando a una mujer que no lo ama.
Bendita mi suerte cuando me enamoré de esta rusa. Creí que era invisible para ella y resulta que también le gustaba, pero ya pasó mucho tiempo y parece que solamente hago las cosas mal.
—¿Necesitas ayuda?— su linda voz me desconcentra y termino cortándome la yema del dedo, muy superficial— ¡Por Dios, lo siento, te asusté!— dice acercándose apurada.
Toma mi mano con la suya y empieza a buscar una servilleta nerviosa, sin poder notar que el royo está frente a ella. Luego sincha de mí y me lleva al fregadero, donde abre el pase de agua y me lava la mano.
Estoy feliz por su preocupación, por lo que disfruto que se vuelva un poco loca, pero una rayita superficial, se curará con una bandita, no necesita más.
—Iremos al hospital— dice haciéndome reír, pero me mira feo.—Te cortaste el dedo y sangra. Puedes perderlo.
Sin poder evitarlo, una carcajada escapa desde lo más profundo de mi ser por escuchar unas palabras muy exageradas, porque sí bien me he cortado, solo salieron dos o tres gotitas de sangre.
—Rusita...— sigo riendo mientras noto un gran cambio en ella— No perderé el dedo por algo tan chiquito— lo pongo en frente de su cara y niega.
—Eso no es chico— reclama y me acerco peligrosamente a su cuerpo. —¿Qué haces, Isa? —su respiración se acelera mientras dejo de reír, porque me centro en observar ese delicado cuello que tiene un bonito colgante con nuestras iniciales y sé que es por nuestros hijos, pero también nos sirve de representación.
—¡Hermoso!— digo roncamente, rozando intencionalmente mis dedos con la piel de su pecho y agarrando el dige en forma de corazón.
—¿Sí?—pregunta con dificultad. Su voz parece querer abandonarla, mientras puedo ver como su pecho sube y baja intensamente.
Hasta podría jurar que oígo los latidos de su corazón, sin embargo, son míos, latiendo con fuerza dentro de mi cavidad torácica por tal cercanía.
Soy total y completamente responsable de estar cerca, de arrinconarla, de tocarla y estar a punto de besarla...
—¿Ayudamos en algo?— pregunta la abuela haciéndonos separar— ¡Uy! La comida está lenta— ríe— pero tenemos hambre, como otrosssss— alarga la última letra y puedo leer su doble sentido.
—Isaías se cortó y traté de ayudarlo— explica Eliani.
—Lo vemos, querida— dice mamá riendo— Aunque no te preocupes, le gusta el peligro y más de una vez ha sangrado, no se preocupa por eso.
—Veamos dónde se cortó— dice la tía Amanda. Se acerca a mí y revisa ambas manos, notando una pequeña línea. —No tiene nada, sigamos cocinando— alza una ceja y aprieta los labios para no burlarse.
—Veré a los niños— dice Eliani saliendo de la cocina.
La abuela sólo mira como mi rusa huye de la situación y empieza a reír sin parar.
—Jamás me he divertido tanto— anuncia y le doy una mirada afilada.
—Arruinaron el momento— Reclamo.
—Eso tuviste que hacerlo cuando te enteraste que eres padre y no ahora con toda la familia esperando— se burla la tía— Además, miren esto— levanta mi dedo "lastimado"— no tiene nada, pero pobre chica, se iba a morir sin ayudarlo.
—Me quiere cuidar— simplifico, sin darme cuenta en un principio, pero reacciono.
Esas simples palabras me hicieron emocionar y puedo recordar lo que pasó esta tarde...
"Siempre te creí un amor imposible" "Estaba feliz de tenerte conmigo" "Siempre soñaba con ese día en el que me entregaría a ti"
—No seas lento como Emilio—pide la tía.
—Este chico le ganó— se burla mamá.
—Pero le hizo los hijos antes de casarse— continúo la abuela.
—Bueno, basta. —dije riendo— Sé que soy el tema favorito ahora, pero tenemos que hacer la cena porque me muero de hambre.— pido y ellas asienten.
Eliani llega un poco sonrojada con mis hermanas y cuñadas detrás, luego de algunos minutos en lo que nosotros nos concentramos en cocinar.
—¿Dónde están las empleadas?— pregunta Eli dándose cuenta de su ausencia.
—No lo sé, querida.— dice mamá— se fueron antes que saliéramos la primera vez— río mirando a Lady.
—Tal vez eramos muchas personas y decidieron salir— explica la abuela y asiento sin voltear a verla.
—Bueno, no importa. Somos excelentes chef— dice Marina orgullosa por haber aprendido a cocinar, además de que Bella está acostumbrada a hacerlo en grandes cantidades, como es necesario ahora.
—Buscaré verduras para hacerle puré a los bebés— dice Eli, porque a pesar de que mis hijos ya comieron, todavía están las hijas de mis hermanas.
—Mis pequeñas todavía no comen— Lady hace un fingido puchero.
jajajajaja 😂😂😂