Atrapando Un Alpha

La perseverancia y dedicación te llevaran a cumplir un objetivo, hacer las cosas con empeño es asegurar un resultado favorable, sin duda necesitaba todas esas palabras de libros de ayuda.

-          Es…- Jade estaba impactada observando al hombre con el traje y la vestimenta completa

-          Hermoso, magnifico, esplendido, un deleite – Valentín no paraba de hablar – puedo seguir toda la noche – miraban a Charlie

-          Es perfecto – dice cortando al hombre –como siempre un trabajo impecable – sonríe.

-          Es impresionante lo que el dinero puede hacer – dice Charlie, no se reconocía a sí mismo en el espejo, parecía otro usando ese traje, zapatos y accesorios.

-          Estas bellísimo – dice Valentín.

-          Valentín, ya te pasé el pago por el traje y un extra por los apuros – le giña el ojo- gracias por todo – toma a Charlie de la mano y salen del lugar corriendo, ya estaban sobre la hora, para asistir a la cena.

-          Siempre a la orden nena – le dice despidiéndose y sonriendo.

-          ¿Sabes manejar? – le pregunta al hombre antes de entrar al auto.

-          Si – le responde

-          Excelente, tu manejaras, yo te guio – le lanza las llaves del auto.

-          ¿Por qué? – le pregunta confundido

-          Porque pague demasiado por ese traje como para tenerte de copiloto – le sonríe – te estoy halagando – le dice luego de entras al auto.

-          Gracias – enciende el auto – prometo devolverlo intacto.

-          No tienes que hacer eso – lo mira fijamente – esto, es tu uniforme, ¿recuerdas? – le sonríe – ahora ayúdame a fingir frente a un montón de personas – ríe.

-          Bien – sonríe y se ponen en marcha.

Al encontrarse en el estacionamiento del lugar los nervios comenzaron a apoderarse de ella, sus manos se movían torpemente, sus pensamientos iban desde hacer el ridículo frente a todos, hasta no ser el hazme reír de todos los invitados, además también estaba el hecho de tener que ver a Arthur al lado de su prometida, algo que aún no sabía cómo afrontar, verlo a la cara, y de la forma más hipócrita desearle lo mejor para su matrimonio, fingir una gran sonrisa al decirlo, para luego dar un estúpido discurso de como ella ha estado toda su vida al lado de ese hombre y nunca lo había visto tan feliz, alzar su copa y brindar por ellos.

-          ¿Qué sucede? – le pregunta Charlie al verla tan pensativa, aún seguían en el auto estacionado.

-          Trato de reunir el coraje para poder hacer esto – respira profundo.

-          Todo saldrá bien – le sonríe – has dedicado mucho tiempo y esfuerzo en esta mentira – la mira – aunque no entiendo el motivo del porque debas mentir hasta este punto, yo estaré allí para apoyarte, ¿bien? - le sonríe

-          Si, gracias por eso – sonríe –¿recuerdas las notas que te di para estudiar?

-          Si, las leí me las aprendí – salen del auto – estas hermosa – le dice al ver a la mujer arreglar su cabello y observar su atuendo por el espejo retrovisor.

-          Gracias – sonríe y suspira – que empiece la función – toma la mano de Charlie y caminan hacia la entrada, en el recibidor el sirviente toma el abrigo de Jade, el lugar era enorme, mas frente de lo que Charlie llego a pensar, la decoración parecía basada en el siglo diecinueve, con grandes techos pintados con hermosos paisajes, enormes candelabros colgando iluminando todo el lugar, las mesas vestidas de blanco puro y servicio de degustación, un bar de vino exclusivos con la carta para escoger, música clásica en vivo con violines y piano y en el centro de todo el gran salón, una enorme estatua de dos cisnes, representación del amor infinito de la pareja, lleno de personas (amigos y  familia de los novios).

-          Botaron la casa por la ventana – opina Charlie al ver todo ese gasto de dinero solo para sentarse a cenar.

-          He visto mejores – le dice Jade quien no mostraba impresión alguna por el lugar.

-          Supongo – dice sonriendo – como tu novio rico y acaudalado no debo mostrar sorpresa alguna.

-          Supones muy bien – sonríe, caminaban hacia su mesa.

-          Aunque para un asalariado, que siempre ha vivido en un departamento pequeño y de un salario mínimo, esto es una total locura – le dice mostrándose de forma casual, casi inexpresivo.

-          Recuerda que ahora tú no eres Charlie el barista – le dice susurrando – ahora eres mi novio – sonríe mientras Charlie la ayuda con su silla para sentarse – buenas noches – saluda y le sonríe a la mujer y el hombre con los que compartirían mesa esa noche.

-          Pensé que al final no vendrías – le dice el hombre, algo que Jade interpreto como una burla.

-          ¿Por qué no debería haber venido? – le responde

-          Ya sabes, dada la situación con el novio – ríe – si necesitas consuelo, puedo ayudarte.

-          Gracias, Marcus – sonríe y toma la mano de Charlie sentado a su lado – pero creo que te equivocas, no necesito ayuda alguna y no sé a qué te refieres con respecto al novio – Marcus era un hombre de treinta años, amigo de toda la vida de Arthur, siempre fue muy perspicaz y supo de inmediato que ella estaba enamorada de forma unilateral, desde entonces solo sabe molestar con ese tema.

-           Imagino que tienes meses repitiéndote a ti misma que no te duele y no necesitas consuelo – de inmediato Charlie le extiende la mano al hombre provocando que se asustara.

-          Mucho gusto, Charlie Phillips – interrumpe la conversación en la que claramente Jade estaba perdiendo la paciencia, estrechan las manos.

-          Usted, es. - dice Marcus tratando de reconocer al hombre, pero su rostro no se le hacía familiar.

-          Es mi novio, tu no lo conoces – dice Jade retomando la cordura.

-           Mucho gusto, yo soy Felicia – dice la mujer al lado de Marcus, sonriéndole a Charlie – siempre es bueno ver rostros nuevos.

-          Gracias – le responde Charlie sonriendo

Luego de tirar y recibir puntas unos de otros, comenzaron la cena, platillos con tan poca comida que saciarse sería algo imposible, la decoración de los platos resaltaba, pero el sabor no era algo a lo que Charlie estuviera del todo acostumbrado, pero debía actuar acorde a su papel, sin mostrar expresión alguna logro comer todo lo que sirvieron, por suerte el vino era exquisito, una ayuda para poder dormir la lengua y no sentir los sabores.

-          Podrían decirnos, ¿Cómo se conocieron? – les pregunta Felicia al finalizar con el ultimo platillo.

-          Claro – dice Jade – fue cuando estuve en el extranjero, Charlie estaba realizando unos estudios y nos conocimos de casualidad – la mujer parecía no entender esa historia.

-          Creo que a tu historia le falta un gran trozo para ser algo coherente – le dice Marcus riendo

-          Massimo Vignelli – comienza a decir Charlie – es un gran artista gráfico, muchas de sus obras son utilizadas como ejemplo hoy en día,  en el museo estaban exhibiendo sus obras y fui a verlas, allí pude contemplar una mayor belleza, ella estaba radiante ese día – mira de forma amorosa a Jade y sonríe – diría que fue amor a primera vista – Jade veía los hermosos y grandes ojos del hombre, parecía desnudar su alma con tan pocas palabras, su respiración se agito al verlo sonreír de esa forma para ella.

-          Yo, diría que fue igual para mí – no podía apartar su mirada.

Terminaron la cena, no sin antes decir unas palabras de los mejores amigos y familiares que quisieran dedicarle algo a la pareja, que se encontraban sentados en una mesa al frente de una pequeña tarima, donde uno tras otro fueron subiendo, algunos rieron, otros lloraron felices y otros solo dijeron palabras monótonas he insípidas que son regulares en esa clase de eventos, hasta que llegó el turno de Jade.

-          Desde niña, siempre he admirado a Arthur, saliendo al rescate ante cualquier situación- recordó cuando en su escuela secundaria se supo que ella era Omega y se armó un revuelo con los Alphas que querían probar con ella, Arthur se enfrentó a todos y cada uno de ellos, hasta que dejaron de molestar – aunque era miedoso en algunas de ellas– ríe. él les temía a las películas de terror, es por eso que siempre tomaba la mano de Jade – No hay nada de él que yo no sepa – lo quería tanto – y nada de mí que él no sepa – Arthur la escuchaba sonriendo y mostrándole esa cálida mirada que a ella siempre le encanto, mientras tomaba   la mano de su futura esposa – una persona tan especial como es él, no merece más que solo felicidad- mira a Charlie sentado a la mesa, observándola, mostrando una mirada que hablaba sin palabras, (tu puedes) – y no ha habido un momento en que haya visto esa gran sonrisa y esos ojos llenos de vida, más que en este momento – levanta su copa – es por eso que quiero desearles los mejor, y que sean felices y llenos de amor – Adiós a mi amor.