Felisa ha renacido en la historia cuyo final odio, y contrario a lo que creerían, no, ella no renació en la villana, el cuerpo que ahora ocupa es el de la protagonista, la chica que tanto odio por elegir al hombre que la traicionó.
Pero ahora, Felisa, siendo Aisha, la protagonista, esta decidida ha cambiar su vida, y empezará, por alejarse de la trama. ¿lo logrará?
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Capítulo 23.
En la noche, Aisha ya había regresado a la mansión y por supuesto que su abuela no demoro en contar lo que Helios hizo por ella, algo que no esperaba, menos viniendo de ese amargado, pero, al saber esto, fue hasta la habitación del rubio, toco un par de veces, pero no hubo respuesta, así que abrió, asomándose con cuidado en la puerta.
Al no ver a nadie, Aisha entra con cuidado, la idea de estar husmeando en la habitación del elfo era tentadora, vio la espada de este en la mesita de centro de la sala, también estaba su chaqueta y otros accesorios, en realidad no había nada en especial en ese lugar, excepto por la botella de vino en la mesa.
—vaya, vaya, Legolas deja lo mejor a la vista.— se acerca agarrando la botella.
La destapa y puede olor el dulce aroma de esa botella, así que toma una copa y la llena, bebiendo en sorbos pequeños.
—quien lo diría, guardaba una delicia.— bebe otro sorbito.
Se bebió una entera, pero, repentinamente, su cuerpo empezaba a sentirse caliente, y no precisamente por fiebre, era otro tipo de calor, uno que le estaba causando cierto incomodidad abajo, se sentó en la orilla de la cama porque sus piernas estaban temblando y su respiración de hacía agitada.
Helios regresaba después de haber hablado con el mayordomo, quien se ha llevado la copa y toda la comida para revisar si contenía alguna clase de veneno o afrodisíaco, pues conoce perfectamente las intenciones de Selma. Al abrir la puerta, se llevó la gran sorpresa de ver a Aisha sentada en su cama con la cabeza hacía abajo.
—ahora invade mi habitación, ¿o se sigue escondiendo de su ex prometido?— pregunta el rubio.
Helios camina hasta la mesa y nota la copa vacía, entonces voltea rápidamente, encontrándose con una escena comprometedora; Aisha ya estaba bajando las mangas de su vestido, así que Helios se acerca y le aparta las manos para que se detenga.
—¿que tenía ese vino?— levanta la mirada.
—así que no fue solo la copa...— se dice así mismo.— creo que esto le enseñará a no beber cosas ajenas.
—¿me tendió una trampa?, ¿que carajos me dio?, quiero desvestirlo y lamer su delicioso cuerpo, GRrr...— trata de liberar sus manos.
—usted es quien no debería beber lo primero que vea.— la regaña.— llamaré una doncella, un baño de agua fría puede ayudar.
—no, ¡nooo!, no quiero...— libera sus manos y antes que Helios pueda reaccionar, este se sobresalta al sentir la mano de la chica en su parte baja.— quiero esto...grrrr
Helios le aparta la mano rápidamente y da unos pasos hacía atrás, jamás en su vida se había sentido tan ultrajado como ahora.
—suficiente, le urge un baño con hielo.— le grita.
Se acerca para cargarla como costal sobre sus hombros y mientras camina hasta el baño, se sobresalta de nuevo al sentir que le aprieta el trasero.
—uy que firmes.— ríe.
Helios la deja en la tina y abre la llave dejando que caiga el agua fría, Aisha se abraza así misma.
—¡esta fría!— se queja la chica.
Aisha intenta cerrar la llave, pero el rubio no lo permite, hasta que Aisha aprovecha la cercanía para colgarse de Helios logrando que caiga dentro de la tina encima de ella.
—¡tú!, eres en verdad un...
Sus reclamos fueron callados cuando los labios de Aisha presionan los suyos. Helios se queda quieto, sintiendo la presión y suavidad de los labios ajenos, quería resistir, pero, algo lo invitaba a no hacerlo, cediendo ante esto, permite que la chica profundice en el beso, separando sus labios y dándole paso a la lengua ajena para enredarse en la suya. Aisha lo abraza del cuello nuevamente, mientras ambos saborean aquel apasionante beso.
Mientras sus lengu*s se entrelazan, la diestra de Helios se desliza por el brazo de Aisha, hasta bajar lentamente la manga del vestido, y estando ya flojo, deja más al descubierto parte de su pecho. El rubio, dejándose llevar por el momento, aprovecha para amasar con suavidad el sen*, causando que Aisha deje escapar un leve jadeo.
—Helios querido, el mayordomo me dijo que...
Jade había entrado al baño al ver las puertas abiertas, encontrándose con aquella escena. Helios rompió el beso, pero, su mano permanece en el pecho de la castaña y esta respira agitada mirando a Jade.
—¡oh!, lo siento...la próxima tocaré, pueden seguir...— cierra la puerta del baño.
—espera, abuela...esto tiene una explicación...en serio...— grita Helios.
El rubio sale de la bañera, mientras que Aisha se cubre el rostro hundiéndose en el agua por completo, apenas sale de un problema y se mete en otro.
Helios logró alcanzar a su abuela para explicarle respecto al vino, y lo que Selma trato de hacer, también explicó como acabó en aquella escena que ella vio.
—siendo así...sería malo aprovecharse del estado de la señorita...— responde preocupada.
—exacto, llegaste justo a tiempo, creo que ese afrodisíaco era fuerte...— se excusa.
—si claro, el afrodisíaco.— le habla con sarcasmo.— asegúrate de decirle a Olive sobre esa doncella...y cuida de la señorita Aisha.
Jade sigue su camino, pero, muestra una gran sonrisa, esto se lo tiene que contar a Olive, si o si.
—ya puedo escuchar las campanas de boda.— se va tarareando la música clásica de las bodas.
Helios regreso a la habitación, al no ver a Aisha, va al baño, pero esta ya ha salido de la tina y por los pequeños charcos de agua, se nota que ha salido de la habitación. Sigue los pasos hasta llegar a la habitación donde la joven se esta quedando en lo que reparan la suya. Al no tener seguro, Helios entra, encontrándose a Aisha tirada en el piso, e inconsciente, así que llama rápido a las doncellas.
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Más tarde, el médico termina de examinar a la castaña y les dice que la dosis de afrodisíaco era muy fuerte, si hubiera bebido dos copas de ese vino, probablemente la habría matado, ya que esta dr0ga, acelera el pulso.
— le da puesto una solución y dormirá toda la noche, mañana debe de despertar, cuando lo haga llámenme para revisarla.— pide el doctor.
—se lo agradezco doctor, gracias por atender a mi nieta.— le responde Olive.
Olive le pide al mayordomo guiar al doctor a la salida y pagarle por sus servicios. Mientras que ella, decide quedarse en la habitación de su nieta para vigilar su estado.
—no debí dejar ese vino a la vista...— agacha la cabeza Helios.
—no es su culpa alteza, mi nieta también fue imprudente al entrar a su habitación y beber ese vino.— Olive le anima.
—le prometo que castigaré a quien puso esa dr0ga en el vino.— asegura.
—hágalo, no importa quien, debe pagar por lo que hizo.— le pide.
—se quien fue, y todo se debe a que esta mujer ha mostrado un interés en mi, no aceptando mi rechazo.— explica.
—que mujer tan lamentable. Si es de mi servicio, adelante, tiene toda la autoridad de darle un castigo, estas cosas no se hacen.—
Helios asiente ante la respuesta de Olive y él, junto con Jade se retiran de la habitación. Al ver que el mayordomo regresaba, le pide a este llamar a Selma, esa chica tiene que recibir su castigo, pues lo que intento, era una mera acción de abuso.
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Este capitulo lo he escrito porque la idea me lo dio por ahí una lectora, es decir, la idea de que Aisha beba el afrodisíaco, pues esto no estaba planeado, lo que seguía era una reprimenda para Selma por lo que hizo y su despido, pero al leer el comentario dije, ¿por qué no?, total, Aisha esta bien salada jajaja 😂 aunque esta vez, tuvo suerte, se sabroseo los labios del sexy elfo 😏