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El Alfa Y Su Luna Prohibida

El Alfa Y Su Luna Prohibida

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Brujas
Popularitas:10.5k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Damián Blackwood, es un Alfa dominante que ha construido un imperio oculto entre humanos, jamás pensó que una simple empleada pondría en jaque su autocontrol. Isabella, con su espíritu desafiante, despierta en él un deseo prohibido… pero lo que comienza como una peligrosa atracción se convierte en una amenaza cuando descubre que ella es su compañera destinada. Una humana...
Bajo la sombra de antiguas profecías y oscuros secretos, sus destinos colisionan, desatando fuerzas que nadie podrá contener.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Desesperanza

El murmullo de voces en el comedor de empleados era apenas un susurro de fondo. El reloj marcaba las dos de la tarde y la mayoría de los empleados ya había vuelto a sus estaciones de trabajo. Sin embargo, Carla y Selene se habían quedado unos minutos más, sentadas cerca de una de las ventanas que daba al jardín interior del edificio. La luz suave de la tarde caía sobre sus rostros mientras sostenían tazas de café y galletas en servilletas.

Damián no solía bajar a ese nivel a esa hora, pero necesitaba espacio. Sus pensamientos estaban saturados y su lobo rugía sin descanso desde el último cruce con Selene. Caminaba sin prestar mucha atención a su entorno cuando escuchó una voz conocida decir su nombre. Se detuvo sin pensarlo, se quedó oculto detrás de una columna decorativa del pasillo lateral que conectaba con el comedor.

—…y cuando Damián se puso como un ogro —decía Carla com mucha seriedad —No sé si fue profesional o personal, pero te vi aguantándote las ganas de lanzarle el clicker por la cabeza. Yo en tú lugar no hubiera podido contenerme.

—No fue tan grave —respondió Selene, restándole importancia al tema, aunque en su voz había una mezcla entre fastidio y resignación —Ya me acostumbré a que cuestione todo lo que digo o hago.

Damián frunció el ceño desde su escondite. No sabía que le dolía más si escuchar cómo lo percibía ella o confirmar que se había ganado su indiferencia.

—Lo que no entiendo es cómo no le dices nada —siguió Carla —O cómo logras seguir con esa calma. Yo estaría explotando.

—Porque no vale la pena pelear con él —respondió Selene —Y porque ya entendí que no voy a poder demostrarle nada. Si no quiere escucharme, no voy a forzarlo.

Damián sintió un pinchazo en el pecho.

"Yo sí quiero escucharte —pensó —Solo que no sé cómo callar esta tormenta dentro de mí cuando te tengo enfrente."

—Bueno, cambiando de tema —dijo Carla con una sonrisa que se notaba incluso sin verla —¿es verdad que aceptaste salir con Gael?

El corazón de Damián se detuvo por un segundo al escuchar la pregunta. Se pegó más a la pared, conteniendo el aliento.

—Sí… —respondió Selene después de una pausa— Me lo volvió a pedir anoche cuando terminamos de trabajar tarde. Me pareció tierno. Y la verdad, ya es hora de dejar de posponer cosas.

—¡Me encanta! —celebró Carla, dando un leve golpe en la mesa —Además, se nota que le gustas mucho. Y tú te relajas cuando estás con él. ¿Sabes hace cuánto no te veo reír de verdad?

—Es que Gael es… fácil de tratar. Además, desde que nos conocemos siempre hubo una chispa, así que... no sé, tal vez sea hora de dejar que se encienda.

El impacto fue como un disparo directo al corazón. Damián retrocedió un paso, sintiendo que todo en su interior ardía. No era enojo. Era algo más crudo. Era miedo. Miedo a perderla. A no poder recuperar lo que jamás había tenido.

Y mientras que Carla sonreía por la noticia, Selene continuó:

—Solo va a ser una cena. Nada complicado. Pero… sí, quiero intentarlo. Tal vez necesito alguien que me vea, o al menos que me haga compañía de vez en cuando.

Damián no esperó más. Giró sobre sus talones y se marchó, con el pulso golpeándole las sienes, y su lobo empujando con violencia bajo la piel.

*¿Eso querías? —le gritó su lobo— Que se interesara en otro. Pues ahí lo tienes. ¡Y mírate, hecho pedazos!*

Pero él no respondió. No podía. Las palabras de Selene no dejaban de resonarle en la mente.

"Tal vez necesito alguien que me vea."

Y lo peor era que ella no sabría cuánto la había visto desde el primer momento. Cuánto la deseaba. Cuánto la necesitaba.

Pero ya no bastaba con sentirlo.

Ese día, Damián se marchó temprano. No tenía ánimos para nada. Sus pensamientos lo llevaban una y otra vez a recordar las palabras que había escuchado. Pero lo peor llegó los días siguientes, cuando en los pasillos parecía que el único tema de conversación o de chisme era que Selene tendría una cita con Gael.

Cada vez que escuchaba al respecto, Damián tenía ganas de que la tierra se lo tragara.

Ese mismo sábado... El restaurante estaba lleno, pero el rincón que Gael había reservado para su cena con Selene estaba apartado de los demás comensales. Una vela encendida en el centro de la mesa arrojaba una luz tenue y cálida que reflejaba el brillo suave de los ojos de la joven.

—No puedo creer que estemos aquí —dijo Selene con una sonrisa mientras se sentaba— Hace cuánto no salíamos a comer juntos… ¿Desde la universidad?

—Desde que aquel camarero pensó que éramos una pareja y nos regaló un postre por “nuestra ternura” —recordó Gael, riéndose —Admito que fue divertido.

Selene soltó una carcajada, relajada, gustosa. Había algo en Gael que le permitía ser ella misma, sin pensar demasiado. Quizá era porque se conocían desde hacía años, o porque nunca había tenido que impresionarlo. Con él no sentía el cosquilleo incómodo de estar siendo observada o juzgada. Solo paz.

La conversación fluyó con facilidad: anécdotas, bromas, recuerdos y planes. Gael era brillante, divertido, atento. Le gustaba cómo la miraba, no como si quisiera desarmarla, sino como si la admirara en cada palabra.

Después de la cena, caminaron por la costanera. El aire fresco de la noche les rozaba la piel, y Selene se abrazó a sí misma. Gael, sin decir una palabra, se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros.

—Gracias —murmuró, mirándolo de reojo.

—Oye, Luna —dijo él, deteniéndose —Quiero decirte algo.

Ella también se detuvo, bajando un poco la mirada.

—He estado pensando en ti desde que nos reencontramos. Sé que estás en un momento de tu vida donde muchas cosas están cambiando, pero... me encantaría formar parte de eso. Me gustas. Mucho.—confesó —Siempre me gustaste, pero ahora siento que… podría enamorarme de ti. ¿Quieres ser mi novia?

La propuesta la tomó por sorpresa, aunque no del todo. Selene sintió un leve nudo en el estómago. Gael era todo lo que una parte de ella deseaba: seguridad, dulzura, historia compartida. Pero, como una brisa en la nuca, hubo un pensamiento fugaz… unos ojos intensos, un roce en la mejilla, una sensación que no había vuelto a sentir con nadie más.

Lo apartó de su mente.

Sonrió.

—Sí, quiero —respondió, y apenas lo dijo, el rostro de Gael se iluminó.

Él se acercó lentamente, dándole tiempo a retirarse si quería. Pero Selene no lo hizo. Cerró los ojos y recibió el beso con los labios entreabiertos, cálidos, suaves, sinceros.

No hubo fuego, no hubo estallidos internos.

Pero hubo ternura. Y eso, pensó, también era parte del amor.

Al día siguiente

Damián había llegado más temprano que de costumbre. Había pasado la noche revisando contratos y reordenando su agenda con una ferocidad poco habitual en él. En parte porque no había podido dormir, y en parte porque su lobo estaba insoportablemente callado desde la tarde anterior.

Esa mañana, Marcus entró a su oficina sin siquiera tocar la puerta, con una sonrisa en los labios y la energía del que viene cargado de chismes.

—Tengo algo para contarte que probablemente no te va a gustar.

—Estoy ocupado, Marcus —replicó Damián hastiado, sin levantar la vista del monitor.

—Es sobre tu compañera.

La pluma en la mano de Damián se detuvo.

—¿Qué pasa con ella?

Marcus se dejó caer en el sillón frente a su escritorio, cruzando una pierna sobre la otra.

—Salió con Gael anoche. Y no, no fue una simple salida entre viejos amigos. Fue una cita. Lo sé porque Carla y yo salimos y los vimos juntos.

La mandíbula de Damián se tensó.

—¿Y?

—¿Y? ¡¿Y?! —Marcus soltó una risa incrédula— ¿De verdad vas a fingir que no te importa?

—No tengo por qué fingir nada. Ella es libre de salir con quien quiera.

*¡MENTIRA! —rugió su lobo, saliendo abruptamente del silencio. —¡Sus sonrisas no deben ser para él! ¡Es nuestra pareja, y se la están llevando!*

—Entonces —continuó Marcus, bajando un poco la voz al notar el brillo en los ojos de su amigo— ¿vas a hacer algo al respecto?

—No —respondió Damián, mirándolo por fin— No voy a hacer nada.

—¿Estás seguro?

—Completamente.

—Porque tú querías que el vínculo se rompiera, ¿no? —Damián hizo un gesto afirmativo —Bueno… al parecer estás un paso más cerca. ¡Felicidades!

La burla en su voz no pasó desapercibida. Pero Damián no dijo nada. Solo tomó el informe frente a él y lo hojeó con manos firmes. Marcus se levantó y se dirigió a la puerta, pero antes de salir, se volvió una última vez.

—Solo espero que cuando te des cuenta de lo que perdiste… no sea demasiado tarde.

Cuando Marcus se marchó, el silencio volvió a instalarse en la oficina. Solo que esta vez no era un silencio vacío, sino uno cargado de tensión, resentimiento… y tristeza.

*Lo lograste —murmuró su lobo, con un deje de derrota. —Estás más solo que nunca.*

Damián apretó los puños, y aunque su expresión permanecía imperturbable, una grieta invisible comenzó a abrirse en su interior.

No respondió. No discutió con su lobo.

Solo pensó en los labios de Selene, en los ojos de Gael fijos en ella, en ese “sí” que nunca le había pertenecido.

Y por primera vez desde que supo que Selene era su compañera, deseó que la Diosa de la Luna le hubiera dado una oportunidad diferente.

O, tal vez… simplemente, que no se la hubiera dado en absoluto.

1
Felisa Catherine Potes Naranjo
selenio yo de usted hace rato me hubiera ido usted no dene demostrar nada usted es una mujer con los pies en la tierra que le pasa no deje que la duda la agobie saque ése instintos de que hay en las mujeres a lo último quédese sola para ver que pasa pero no se deje joder
Magdalena Tortorelli Limongi
mé gusta mucho la novela, pero se demora en publicarv
Melisuga
La situación con Gael me tiene en un pálpito. Solo espero que Damián se mantenga más alerta d
que de costumbre y no permita que le haga daño a Selene.
Melisuga
Y Damián es quien te va a liberar de todo. También se pondrá muy posesivo, pero será distinto y, sin lugar a dudas, totalmente amoroso y respetuoso.
Melisuga
Lo que siempre pasa. ¡Pobre chica!
Melisuga
Gael no entendió, ni va a entender. No le dijiste por lo claro "se acabó", y se va a escudar en eso. Pero, incluso si se lo hubieras dicho, igual no lo iba a aceptar.
Melisuga
Gael está sacando un lado tóxico que no me gusta. Y como se ponga medio pesado, a Damián no le va a temblar un pelo para librar a Selene.
Isabel Balbuena
hay Selene vaya que si nos equivocamos quien hubiera pensado que Gael será esa clase de persona
Isabel Balbuena
así es Damián protegerla vamos... no dejes que otro la apague y la trates mal
Isabel Balbuena
hay no que barbaridad entonces Gael no acepta ser rechazado y ahora está posesivo y tóxico... está bien lo que pasa Selene no te sientes cómoda pero el no debe actuar así por qué tienes razón no es sano
Diana M
lo bueno es que Damián anda vigilando en la distancia y no va a permitir que le pase algo malo a ella
Melisuga: Esa es nuestra tranquilidad como lectores.
total 1 replies
Diana M
una cosa e sqje no quiera aceptarla como subluna otra es que la humilde y la deje tan en mal delante de la gente
Diana M
pienso que Ya hubiera renunciado en otro lado valorarian su potencial
VásGa Nbeth
wow, las apariencias engañan ,ya me dio miedo Gael. no te dejes selene ojalá y Damian si la ande vigilando.
Isabel Balbuena
después de esto creo que la brecha que había se hará más grande y creo Selene será mejor que le digas a Gael que es mejor terminar por qué no lo merece.... aunque no es tu culpa tu estabas también con el pero los impulsos de Damián te hicieron dudar de todo lo que en verdad sientes
Isabel Balbuena
ya Damián déjala en paz... ya no la atormentes más.... bastante tiene con el beso que le diste y con lo mal que la tratas laboralmente así que déjala que sea feliz con Gael eso querías ya. lo tienes ya no la confundas más
Isabel Balbuena
hay Selene ya basta... ponle un alto por favor yo creo que aunque sea la mejor empresa lo es justo que no te valoren y sobre todo tu trabajo... ya mándalo a la chin
Isabel Balbuena
esto está cada vez más tenso para ambos y cada vez sus mentes son un lio
Arianny Rodriguez: Para ellos y también para nosotros. Me desespera Damián, no quiere que esté con el, pero tampoco con otro. Cada vez más lento.🙄
total 1 replies
Melisuga
Supera mis expectativas cada capítulo. Creo que Selene debe acabar de decirle a Gael que no pueden seguir juntos porque no vibran en la misma tesitura. Es difícil pero él merece sinceridad y honestidad porque es lo que ha brindado, con creces.
VásGa Nbeth
Me encanta tu humor Marcos. 😊
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