LUZ DE LUNA

Lucero había descansado toda la mañana, hasta que fue despertada por el timbre de su celular, era el tiburón que la llamaba, el motivo es que había descubierto espías infiltrados en la sede de la minería recién adquirida.

_ Dime tiburón ¿me imagino que ordenaste capturarlos?

_ Pregunta Lucero

_ Así es Jefa, debes de ir inmediato, antes que nuestra gente se encargue de ellos. _ Dice tiburón.

_ Muy bien, prepárame mi avión privado, nos vamos de inmediato. _ Dice Lucero.

**EL TIBURÓN**

Hola soy el llamado tiburón, Pero mi verdadero nombre es Kevin Romanov tengo 27 años, soy Ruso de nacimiento, mi lealtad hace Melissa es de por vida, ella fue la única que se decidió salvarme a costa de su vida.

En el pasado fui un jefe del servicio de inteligencia de Rucia, Pero en un atentado fui herido de muerte, todos me abandonaron menos ella, aunque Melissa pertenecía al bando contrario, ella se debió salvarme, desde ese momento juré lealtad a ella.

Mi vida se derrumbó cuando me informaron sobre su muerte, quería ir a matar a Octavio y a esa zorra, Pero prometí a Melissa no hacer nada, durante el tiempo de su ausencia mantuve a nuestros hermanos Unidos, hasta que recibí una llamada de una mujer que me dijo nuestra clave secreta, que solo lo sabía Melissa.

Finalmente, Melissa había regresado en el cuerpo de otra mujer, no sé, ni me interesa lo que sucedió, Pero tengo a mi salvadora bajo mi protección, ella es como mi hermana que nunca tuve y la protegeré siempre.

******

_ Flor tengo que viajar a Dubai, hay problemas en las minas._ Dice Lucero, bajando por las escaleras, con su maleta en la mano.

_ Espérame, viajaré contigo, no puedes ir sola. _ Dice Flor.

_ No hermana, tienes que vigilar el COE, el tiburón irá conmigo.

_ Ok, Pero por favor cuídate. _ Dice Flor.

Mientras tanto.

Un Lían feliz, llega al departamento de Marcos, aunque se sentía un poco desorientado, sabía lo que estaba haciendo.

_ Por fin apareciste, si te ibas a ir penas llévate a la fiesta y abandonarnos no hubieras ido. _ Dice Marcos molesto.

_ Qué gran amigo eres, la loca de Amanda me drogo y casi se sale con la suya y ustedes ni cuenta se dieron.

_ Dice Lían.

_ Y por eso tienes una sonrisa de oreja a oreja, o Amanda te contagio su locura.

_ No, lo que pasa es que esa mujer, la que tiene esa mirada tan similar a la de Melissa, ella me salvó de las garras de Amanda, no solo eso, ella me ayudó a liberarme de las toxinas de la droga.

_ Me estás diciendo, que la millonaria Lucero Kioro, te extremo y quito tu virginidad, que tanto cuidaste.

_ Dice Marcos sorprendido.

_ No te admires, porque tú también eres virgen.

_ No me lo digas, porque por tu culpa, no preste mucha atención a Cecilia, ella me interesa mucho. _ Dice Marcos.

_ Por suerte, esa mujer ya está tras las rejas, ya formalicé la denuncia y gracias al médico y los resultados de los análisis, Amanda pasará muchos años en la cárcel.

_ Por fin te quitaste de encima a esa mujer, esa sí que estaba con los circuitos cruzados. _ Dice Marcos.

_ Por favor Marcos, programa una cita con Lucero, deseo cumplirle y casarme con ella.

_ Hermano en realidad, Lucero te robó el corazón y te hizo olvidar a Melissa.

_ No sé si me entenderías, Pero estoy convencido de que Lucero es Melissa, porque me contó una faceta de mi niñez, que solo lo vivimos Melissa y yo, nadie más lo sabía de esa travesura.

_ Lían me estás diciendo ¿qué tú Melissa reencarnó en Lucero?

_ Sí, no olvides de que te conté, que cuando mi Melissa dejo de respirar, vi claramente esa luz radiante salir de su cuerpo y perderse en el cielo. _ Dice Lían.

_ Esto es de locos, ojalá que mi Rocío haya también reencarnado. _ Dice Marcos entristecido.

_ Entonces hermano ¿Crees lo que te estoy diciendo? _ Pregunta Lían.

_ Si hermano te creo, tú jamás afirmas algo que no te conste, si dices que ella es Melissa, así debe ser. _ Dice Marcos.

_ Entonces ayúdame a reunirme con ella, debo hacerme responsable de lo que sucedió anoche.

_ Creo que debemos hablar con Leonardo y Emi, ellos son los más cercanos de las hermanas Kioro.

_ No quiero que lo mío y mi mujer se haga una noticia pública y todos se enteren de que me acosté con ella.

_ Dice Lían incómodo.

_ Ok, ok hermano, no te molestes yo mismo me encargaré de eso.

_ Gracias, entonces me iré a descansar un poco, como tú comprenderás, ayer fue un día muy cansado para mí. _ Dice feliz Lían.

_ Por Dios, ahora hasta cuando te aguantaré, me estarás restregando en la cara de que no eres virgen. _ Dice Marcos.

*******

Mientras que Lían y Marcos se encuentran conversando sobre lo sucedido anoche, un Octavio con grandes ojeras se encuentra sentado en el mueble de su departamento, no pudo dormir durante toda la noche, el motivo es Emi, no puede entender la extraordinaria similitud con Melissa.

Él deseaba acercarse a ella, Pero su hermana no se lo permitió, eso lo molesto mucho, él hubiese querido conversar con ella, aunque él sabe a ciencia cierta que no es Melissa, al menos se hubiese sentido más cerca a ella.

_ Esa joven es idéntica a Melissa, debo volver a verla, quiero conocerla hacerme amigos de ella, sentiré que estoy más cerca a Melissa, sé que no es ella, porque esa mujer la mató y fui cómplice de eso, está vez deseo hacer las cosas bien. _ Piensa Octavio.

Dos días después, en Dubái

Lucero y el tiburón, se encuentran torturando a cuatro espías de las minas, esos espías habían ocasionado el robo de un gran cargamento de piedras preciosas, aunque fueron recuperados, Lucero no puede permitir que sigan haciendo fechorías.

_ Por favor dejemos libres, prometemos jamás cruzarnos en su camino.

_ Súplica uno de los ladrones.

_ Para mí el robo y la traición, son los delitos que más odio, eso merece ser castigado por mis propias manos.

_ Dice con furia, coge un machete y le vuela tres dedos de la mano del traidor, que grita desesperadamente, el mismo castigo tuvo los otros tres ladrones.

Luego de castigar a los traidores, Lucero y el tiburón dejan todas las pruebas obtenidas para la policía, los oficiales al llegar al sitio ven un derramamiento de sangre, preguntan lo sucedido a los cuatro delincuentes, ellos simplemente no contestan la pregunta.