Ana vive una vida monótona y sin sabor. ¿Estará dispuesta a dejarse llevar por la tentación?
NovelToon tiene autorización de Coralia R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
HABLEMOS
Al llegar a la ciudad busco el café en la esquina de la estación, donde estuve hace a penas unos días con Gabriel. Por primera vez en el día ingiero algún alimento, tampoco voy a dejarme morir de hambre por atravesar esta situación.
Mientras como se me ocurre pasar la noche en el hotel Vermon, solicitar una habitación en el tercer piso y así ver como Gabriel me espera, río por dentro al darme cuenta de que sería una locura. En primer lugar, porque dudo que ese hombre esté tan desesperado por verme, en segundo lugar porque seguramente no soportaría estar tan cerca del él y correría a sus brazos y en tercer lugar porque no tengo tanto dinero. Me decido por un hotel más barato, cerca de allí. Pago mi cuenta, dejo propina y me dirijo al hotel Estrella.
Me registro en la recepción, no es un lujo, pero es lo que puedo permitirme sin aniquilar de una sola vez todos mis ahorros. El hotel es pequeño tiene únicamente dos pisos, mi nueva habitación es las 220, al entrar dejo el bolso y me saco los zapatos, observo la habitación y no puedo evitar compararla con la lujosa suite del Vermon, es increíble que solo hayan pasado dos noches desde entonces.
Consulto mi reloj y veo que faltan 15 minutos para las 19, aún estoy a tiempo de acudir a la cita, aunque más que una cita sería una batalla campal y tengo la extraña sensación de que acabaría perdiendo. Enciendo la televisión y empiezo a pasar los canales, mi vista está fija en el aparato, pero mi mente está con Gabriel. ¡Dios! ¿Por qué no puedo sacarlo de mi cabeza? Todo mi cuerpo ansía estar con él, sin importar las razones lógicas que enumera mi mente, lo deseo, ¿Qué más da si me usa o me miente?. "¡Ana, estás loca! ¡Basta ya!"
El golpe en la puerta me sobresalta, no he ordenado servicio a la habitación, quizás vienen a traer toallas limpias. Descalza, con el pelo alborotado me dirijo a abrir.
¿Acaso tengo telepatía con este hombre que puede escuchar mis pensamientos y acudir cuando lo llamo? Gabriel está parado frente a mí. Seguramente mi cara de sorpresa lo divierte porque sonríe de lado y cruza los brazos sobre su pecho consultando su reloj.
__ Pensé que habías entendido que la cita era en Nuestra habitación, pero al parecer te equivocaste de hotel __ Dice con tono burlón.
Mi única reacción es cerrarle la puerta en las narices, pero rápidamente coloca el pie truncando mis intenciones, retrocedo al verlo acercarse nuevamente como una fiera con ese fuego tan particular en sus ojos, nunca nadie me había mirado así en toda mi vida.
__ ¿Qué... Qué...haces aquí? ¿Co... cómo me en... encontraste? __ Balbuceo como una idiota.
__ Oh Ana, no tienes idea de todos los recursos con los que cuento para saber exactamente dónde estás. __ su voz suena grave, profunda y atraviesa cada fibra de mi cuerpo.
__ Al parecer tus "recursos" no permiten que veas que si estoy aquí y no allá es porque no me interesa verte.
__ ¿Ah no? __ se acerca cada vez más __ ¿Quieres decir que he malinterpretado la situación y saliste de tu casa con un bolso hasta la ciudad solo para pasar la noche "aquí" sola y no para ir a verme luego? __ Suelta una risa fingida echando la cabeza hacia atrás por lo que puedo apreciar su nuez de Adán subiendo y bajando, mi boca se seca al instante, es tan jodidamente sexy.
__ Gabriel __ logro decir sin que me tiemble la voz __ no he respondido ni tus llamadas ni tus mensajes porque en este momento necesito estar sola. Tampoco quería ver a Gonzalo, por eso he decidido venir aquí. Por favor, necesito que te retires __ con mi mano extendida hacia la puerta desvío la mirada.
Él atrapa mi mano y me atrae hacia su pecho, de modo que quedo a escasos centímetros de su piel. No quiero levantar la vista porque sé que voy a caer, la electricidad ha vuelto más chispeante que nunca. Coloca su otra mano en mi barbilla y me obliga a mirarlo.
__ Ana __ Inmediatamente me besa con lujuria, aprisiona mi boca sin darme respiro, la tensión sexual se puede palpar. Vuelvo a caer en su red, me entrego como si nada de lo ocurrido en el día fuera cierto, como si lo único que esperaba era ese beso para borrar cualquier angustia.
Al sentir que se intensifica más y más, busco en el fondo de mi ser la cordura que enterré y la saco a la superficie. Coloco mis manos en su pecho, por mi altura, Gabriel se ha inclinado bastante, y lo aparto sin brusquedad. La respiración agitada de ambos es la clara muestra de que ninguno quería parar.
Me alejo caminando unos pasos hacia atrás sin dejar de mirarlo. La habitación no es grande por lo que no tengo mucho espacio para poner entre nosotros la distancia necesaria, así es que ato fuertemente a mi cordura para que no termine otra vez enterrada.
__ Necesito que me escuches __ murmura Gabriel.
__ ¿Y piensas someterme si no lo hago? ¿Por qué me asaltas así besándome a la fuerza?
__ Porque contigo nada tiene lógica, Ana, me vuelves loco, quiero explicarme y no me das chance de completar una frase, me echas, me apartas, te cierras a escuchar. Besarte es la única manera que encuentro de expresar lo que siento.
__ Gabriel, te suplico ha sido un día fatal. Antes de escuchar nada de lo que tienes que decir necesito ordenar mi mente. No puedo hacerlo si te tengo cerca.
Él vuelve a avanzar hacia mí y toma mi rostro entre sus manos, su mirada suplicante me doblega, no vuelve a besarme y siento que más allá de todo lo que quiere decir con palabras le es más fácil decirlo a través de sus ojos.
__ ¿Cómo supiste que estaba aquí? __ me atrevo a preguntar.
__ Te seguí hasta tu casa cuando saliste de la oficina, he pasado todo el día esperando esta oportunidad.
__ ¿Me seguiste? ¡No puedo creer lo que escucho!___ aquí vamos de nuevo, ¿cómo se atreve a seguirme?
__ Ana, no me dejaste otra opción, te fuiste sin querer escucharme, necesito que entiendas.
__ Me fui porque lo que menos querías era hablar, Gabriel, casi me tomas en la oficina aún sabiendo que estaba furiosa contigo.
__ Tienes razón, fui un imbécil, no puedo controlarme si te tengo cerca, mis manos necesitan tocarte, mi boca necesita besarte. Necesito que estemos bien.
__ ¿Acaso escuchas lo que dices Gabriel? " Yo, yo, yo" ¿No cuento para nada, lo que yo necesito, lo que yo quiero?
__ Perdóname, por favor __ comienza a caminar nervioso y a revolver si pelo __ ¿Si prometo comportarme y mantenerme a una distancia prudente, me darás la oportunidad de explicarte todo?
Suelto un suspiro y presiono el puente de mi nariz. Creo que ya estoy lista para escucharlo.
__ Está bien, siéntate por favor.
__ Gracias, tú no vas a sentarte también __ dice al ver que me alejo hacia el sector de la cama.
__ Voy a pedir un té al servicio de habitación, ¿Deseas algo?
Niega con su cabeza, pero en sus ojos veo una clara respuesta "A ti"