Amara Brennan, heredera de Brentic Global, una empresa multinacional, criada para ocupar de forma cabal y capaz el cargo de presidenta cuando llegue el momento. Madre de un pequeño de apenas tres años de edad. Se encontraba siendo empujada a una situación difícil en su vida, enfrentando un divorcio por la infidelidad de quien era su esposo, haciendo frente a la disputa por la custodia de su hijo Martyn, una de las artimañas del hombre para obligarla a doblegarse ante él.
Sus problemas aumentan en el momento en que conoce a Rafael Castel, supervisor encargado del nuevo proyecto que realizaban en conjunto con Industrias Zhang un hombre quien se creía era Beta, surgió su Subgénero en el justo momento en que estuvieron frente a frente. Ahora Amara no solo debía enfrentarse a un divorcio y pelear por tener a su hijo a su lado, sino que también debe lidiar con un Alpha que no sabe controlar sus feromonas y quien es su pareja destinada.
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Capitulo 22. Hechos difíciles de afrontar
Determinado a tomarle la palabra a su amiga Talia, Rafael llego al edificio directo del trabajo, dispuesto a intentar a toda costa hacer ese mismo día algún avance con la mujer.
Subió por el ascensor donde ya podía sentir el aroma de la mujer impregnado por todo el lugar, llego al piso, salió y camino por el pasillo. Al llegar frente a su puerta un aroma un tanto molesto, mezclado con el de Amara podía sentirse.
Toco el timbre y de inmediato abrieron la puerta, pero no era la persona que él esperaba ver, se sorprendió al ver a un hombre vestido de traje.
- No queremos comprar ninguna suscripción – le dice el hombre en tono despectivo al momento de ver a Rafael.
- ¿Disculpe? – le dice confundido
- ¿No es un vendedor? – le dice el hombre viéndolo de abajo hacia arriba
- ¿Se encuentra Amara? – le dice Rafael sin responder la pregunta denigrante del hombre
- ¿Quién es? – dice Amara tras el hombre, que le impedía ver
- No lo sé – le responde volteando a verla
- ¿Puedes moverte? – le dice la mujer en tono serio y el hombre se aparta
- Oh, Buenas noches – le dice Amara a Rafael en cuanto lo vio, mostrando una actitud más relajada
- Buenas noches – le dice Rafael sonriéndole
- Llego hoy más temprano de lo habitual – le dice Amara sonriéndole
- Es que tengo algo que debo hacer y no creo que pueda esperar – le dice entusiasmado, aunque no dejaba de preocuparse por el hombre que no dejaba de mirarlo, ¿Quién era?
- Entiendo, espero que pueda hacerlo – le dice de forma amable
- De hecho, yo quería saber – le dice en tono tímido – si usted me podría dar un momento para hablar – le dice sintiéndose nervioso
- ¿Ahora? – le dice Amara en tono preocupada – la cuestión es que, en este momento
- En este momento está con su esposo – le dice Griffin cansado de ver a la mujer actuar diferente de lo que había sido con él en años de matrimonio, ni siquiera sabía que esa mujer podía sonreír – si quiere puede pasar más tarde – abraza a Amara desde atrás
- ¿Qué haces? – le dice Amara apartando la mano del hombre
- ¿De qué hablas amor? – le dice Griffin sonriéndole, fingiendo una relación que jamás había existido entre ellos – solo le estoy diciendo a tu invitado que venga después, ya que estamos compartiendo tiempo de calidad – le dice con una sonrisa hipócrita
- Eso no…
- Así que, tu esposo – le dice Rafael mostrando melancolía en su mirada – que tengan buenas noches, espero que disfruten de su tiempo – le dice Rafael dando la vuelta para marcharse
- No, espere – le dice Amara deteniéndolo – no me dijo lo que quería hablar – le dice y el hombre voltea un instante a mirarla, sus ojos mostraban dolor, aunque le sonreía de forma amable.
- Lamento haber venido de improvisto – le dice de forma amable – no era mi intención interrumpir su momento con su familia, lo que está allí adentro es más importante, yo puedo esperar a mañana - le dice rápidamente antes de irse, abrió rápido la puerta de su departamento y entro cerrando tras él.
Pensando en lo que había acabado de suceder, Rafael cayó desplomado en el sofá, sin importarle lo arrugado que quedaría su traje o lo incomodo que era llevar aun puestos sus zapatos, tan solo tenía una cosa en mente, y era lo estúpido que había sido al no considerar el hecho de que la directora posiblemente volvería con su esposo, era obvio que el hombre existía, dado que ya poseían un hijo, pero todos los rumores decían que la relación marital se había acabado y se encontraban en la negociación del divorcio.
- Que idiota – se decía a sí mismo una y otra vez
Después las palabras de Talia llegaron a su cabeza, “imagina que esta con otro hombre que no eres tú”, luego rio de forma desenfrenada sintiendo que en el momento en que parara de hacerlo el dolor en su pecho se intensificaría más.
No tuvo si quiera que imaginarlo, la imagen fue puesta ante sus ojos, brindándole la respuesta a lo que sentía por la mujer, algo que ya había quedado sumamente claro, aunque ya era demasiado tarde para admitirlo. Se había enamorado de Amara y antes de siquiera poder confesar sus sentimientos ya debía olvidarlos.
En el instante en que el hombre se marchó sin darle tiempo alguno de explicar la situación, Amara volvió a su departamento cerrando la puerta tras ella, teniendo por primera vez desde que su matrimonio con Griffin había comenzado, un sentimiento por ese hombre. El odio que sentía por haber creado esa situación era incontrolable dentro de ella, ¿Por qué lo había hecho? Y el ¿Por qué le molestaba tanto que Rafael malinterpretara toda esa situación?, no lo sabía, pero allí estaba y no podía apartarlo de su cabeza.
- ¡¿Por qué hiciste eso? – le dice molesta a Griffin luego de cerrar la puerta del departamento.
- ¡Ooooh!, por lo visto puedes mostrar emociones – le dice el hombre en tono burlista
- ¿Qué pretendías conseguir con todo eso? – le dice con furia
- En realidad, quería ver molesto al idiota que vino a buscarte – le dice con una sonrisa maliciosa – pero no esperaba que una maquina como tú, mostrara sentimientos ante tal tontería y mucho menos que te enojaras – le dice riendo – admito que me sorprendió mucho. Dime, Amara ¿Qué se sucedió con serenidad y desdén que siempre sueles mostrar ante cualquier situación?, imagino que ese es el Alpha que ha estado dejando su aroma por todo este lugar, ¿no es así? – le dice viéndola de abajo hacia arriba
- No tienes nada que reprocharme, tú y yo ya no estamos juntos – le responde Amara todavía molesta – además no tengo porque brindarte alguna explicación – le dice
- Si debes hacerlo, recuerda que tú y yo aún seguimos casados hasta que firme los papeles del divorcio – le dice viéndola y disfrutando de ver lo enfurecida que estaba – algo que por lo visto no sucederá pronto – le dice riendo
- Iré por Martyn – le dice caminando hacia la recamara del niño, ya no soportaba ni por un segundo más estar en presencia de ese hombre.
Al terminar de vestir y arreglar al niño, se lo entrego al hombre sintiendo que este le había causado dos impactos en tan solo una noche, el desprenderse de su hijo solo para cumplir con el acuerdo de crianza era algo difícil para ella, más aun sabiendo el poco o casi nulo afecto que el hombre sentía hacia el niño. Entre llantos Martyn se fue con su padre sin que Amara pudiera hacer algo para detenerlo.