Un Final Feliz Para La Extra.

Tobías encontró a un mago de tierra dispuesto a trabajar muy rápido, contrario al del agua.

Aunque en este mundo abunda la magia no son muchos los magos que hay, mucho menos los que están dispuestos a trabajar cuando no conocen a la otra parte ni los beneficios que pueden ofrecer.

El mago de tierra que encontramos trabajaba justamente aquí en la hacienda, así que al escuchar el pago que se le otorga aceptó gustoso.

Vamos de inmediato al terreno de la plaza para comenzar con su trabajo, por lo que me dijo Raymond en 3 días estaría partiendo a su territorio y nosotros partiremos unos días después, por lo que quiero dejar todo listo.

–¿Me pregunto si la Condesa estaría dispuesta a que la acompañe?

–Por supuesto Princesa, sería un honor.

La Princesa me tomó del brazo para caminar hacia el carruaje que estaba esperando por nosotras, como siempre es Dante quien nos llevara solo que esta vez nos acompañarán unos cuantos guardias para la seguridad de la Princesa.

Ya esperándonos a un lado del carruaje estaba la chica que es maga de tierra.

–Saludos a su majestad la Princesa –Hace la esperada reverencia –Saludos Condesa.

–No hacen falta tantas formalidades, estoy muy agradecida de que aceptaras ayudarnos con este trabajo.

–Es un honor para mi, señora –Vuelve a hacer una reverencia– Me presento, mi nombre es Julianna Saenz.

–Un gusto señorita Saenz –Tomo su mano – Subamos todas por favor.

Dante ayuda a la Princesa a subir primero, luego a mí y finalmente a Julianna.

De inmediato comenzamos el camino al terreno para el parque.

–Señorita Saenz le comentó sobre el trabajo que necesito que realice.

–Por favor, porque el mayordomo solo me dijo que necesitaba hacer un trabajo nada más.

–Estoy planeando hacer un parque –Aprovecho y saco la tablet para mostrarles mi idea –Quisiera que mas o menos se vea asi. La señorita Julianna se encargaría de todo lo relacionado con el pasto, las pequeñas colinas y las flores.

A medida que hablo voy seleccionando las partes que necesito que haga.

–Estamos buscando un mago de agua que me ayude a crear una pequeña fuente simulando un lago de este lado, pero aun ninguno se ha presentado para el trabajo, se también que hace poco se publicó el anuncio y tuvimos suerte de que la señorita trabajara ya con nosotros.

–Yo soy maga del agua –dice de repente la Princesa, eso es algo que yo ya sabia pero me da una vergüenza tremenda pedirle que haga algo como esto.

–¿Si?

–Si no es un inconveniente yo puedo ayudar con esa parte y así ya no tiene que buscar.

–Yo estaría encantada ¿Pero está segura?

–Todo sea por ayudar a una amiga y su idea me parece fantástica, ojalá pudiera implementarse en otros lugares.

–Muchas gracias Princesa.

Llegamos a los terrenos y comenzamos a trabajar de inmediato. Lo primero que hago es marcar los caminos para que la gente pueda caminar.

Con mi instrucción Julianna va creando el parque de mis sueños, sacando pequeñas colinas del piso plano, tirando algunas semillas en el sueño y haciéndolas crecer con su poder hasta convertirse en un suelo lleno de pasto, algunas flores de hermosos colores y arbusto de diversas formas.

–Señorita Saenz le ha quedado hermoso, es justo como lo quería.

–Muchas gracias señora, todo fue gracias a su guía.

–Tengo que decirle que su talento es hermoso y envidiable.

La chica baja la cabeza avergonzada sin decir nada más.

–Podemos continuar, Alteza si me acompaña.

Lideró el camino hacia donde se encuentra la zona para la fuente.

–Aquí es donde quiero que vaya la fuente.

–De acuerdo.

Hago aparecer una fuente para que la princesa la llene de agua, sería un trabajo enorme acarrear agua con baldes o así, por eso prefiero un mago de agua.

Veo como de una botella saca una gota de agua que se mueve hasta que queda suspendida sobre la fuente, la gota de a poco comienza a crecer y caer llenando por completo la fuente.

–Eso es magnífico Alteza.

–Muchas gracias.

Continuamos caminando alrededor del parque para que yo pudiera plantar los árboles que quería aquí. Con mi agua especial crecieron de inmediato.

°°°°°°°°°°°

Habían pasado dos días desde que Raymond partió hacia sus tierras y hoy es cuando partimos nosotros.

Sus altezas se querían ir con él, pero les pidió el favor de esperarnos para que no fueramos solos.

El parque ha quedado fantástico y a la vuelta haremos una inauguración apropiada y por fin abrirla para todo el mundo.

–Señora el carruaje la está esperando.

–Voy enseguida, gracias.

Tomó en brazos a Eliott y de la mano a Drystan para caminar a la salida.

–Perdón por la tardanza, Sus Altezas.

–No se preocupe Condesa, es un honor para nosotros viajar con usted.

–Gracias por la consideración Alteza.

Cada uno subió a su carruaje y comenzamos con el viaje, para llegar al territorio del Archiduque primero tenemos que pasar por la capital que es un camino más directo.

En el camino paramos en los pueblos para poder descansar en las posadas de noche y era en esos momentos que con la princesa conversábamos de todo y nada, como por ejemplo el vestido que se pondría el día del banquete. Ella no tiene nada, así que pararemos en la capital para ver si encuentra alguno.

Yo no estoy muy entusiasmada con buscar en esos lugares, porque ya los vestidos de esta época no me son atractivos, haber vivido en un mundo tan avanzado con respecto a la moda me hace sentir incomoda con tantas capas de tela encima o con tantos lazos o adornos que le ponen a los vestidos.

Las chicas o mujeres en esta época usan vestidos de muchas capas y muchos adornos, son muy recatadas también. Viven en una época donde la mujer tiene que ser pura en todos los aspectos para poder casarse.

Así que voy a crear mi propio vestido para la ocasión.

Como ya lo había dicho quería estudiar arquitectura y también soy muy buena para dibujar, así que varias veces en mi vida pasada dibuje vestidos que me hubiera gustado poder tener y con mi poder esta es mi oportunidad.