Villana En Llamas

Ese día el tío de Yadira y su esposa se quedaron en la mansión de aquella familia, porque al día siguiente en la mañana tienen reunión de socios.

La mañana llegó sin contratiempos, y en eso de la 9 de la mañana, los aliados de aquel ministro comenzaron a llegar.

Cuando por fin todos estuvieron reunidos, la reunión dio inicio.

El duque tío de Yadira fue quien dirigió la reunión, allí había más de la mitad de los nobles, ninguno deseaba que sea una mujer que los gobierne.

—Todos nosotros tenemos un mismo objetivo, la mocosa de mi sobrina no puede dirigir el imperio, y por eso se eligió al joven Aurelio como candidato a emperador, pero los planes se han visto afectada gracia al mal comportamiento de mi sobrina, es una prueba de que otro debe de gobernar— le dice el duque a todos y los murmullos de los allí presentes se hicieron escuchar.

Cada uno decía su punto de vista.

“Duque, creo que su hija no es apta para el puesto de emperatriz, su moral está cuesta abajo, todo el imperio habla de lo que pasó el día de su casamiento” dice un marqués.

“Lo mismo opino, su hija debe ser solo una concubina” expresa un barón.

Eso enojó a dicho hombre, por nada del mundo puede dejar que otra mujer sea la emperatriz.

—Mi hija será la emperatriz, o nadie lo será, el trono de Lumia le pertenece a la familia Lombardi, nadie puede cambiar eso— dice él con mucho enojo y su aliado el ministro de salud estaba de acuerdo.

—La genética de la familia imperial no se puede ignorar, nadie en el imperio tiene semejante magia de fuego como la familia Lombardi— dice aquel olvidando que su aliado no es familia de sangre de la familia imperial, unos de los allí presentes, quien era el tesorero real, dice lo que todos han olvidado.

—El duque Lombardi no es parte de la familia imperial Lombardi, él es solo hermano del emperador por adopción, y eso no cuenta, su hija no tiene magia y el duque tampoco— dice aquel hombre y nuevamente se escuchan muchos murmullos en el lugar.

Todos le dan la razón a aquel hombre.

El tío de Yadira se enojó.

—No importa lo que digan sobre mi origen, mientras en mi apellido siga llevado el apellido del emperador, soy familia y por lo tanto mi deber como unos miembros vivos de la familia aparte de aquella niña, es velar por el bien del imperio, obligaremos a la emperatriz a hacer a su esposo emperador, o nos revelamos en su contra— asegura el duque.

Dos de esos ministros no estaban de acuerdo con dejar ir el tema.

—Tengo una hija en edad de casamiento, creo que debemos de pensar a futuro, debemos asegurar el linaje del futuro emperador — dice un barón y el tesorero real también propone a su hija.

—También tengo una hija, es hermosa como una flor, y es una dama con buena moral, no como la señorita Martina, que todo el imperio habla sobre ella— dice aquel hombre, la madre de Martina rompe el silencio.

—El tema no es meter más mujeres en el palacio, el joven Aurelio ama a mi hija, todos debemos exigirle a esa niña hacer emperador a Aurelio, si no desea hacerlo, vamos a amenazarla con una rebelión, ella solo tiene 5 mil soldados, y nosotros tenemos en total esa misma cantidad— propone aquella mujer y todos creen que hacer lo que ella sugiere, es algo adecuado.

—Claro, si en los meses que viene aquella mujer no hace emperador a mi hijo, tomaremos el trono por la fuerza. En cuanto se nos convoque, todos iremos y dejaremos en claro las cosas como son— dice el padre de Aurelio y todos celebran esa idea.

Todos siguieron hablando de sus planes de tomar el trono, y unas dos horas más tarde, la reunión terminó y cada uno se fue a sus lugares de vivienda.

Los dos escarabajos de sombras, cuando tuvieron la oportunidad, regresan a su ama y le dan la información.

Ella al saber lo que pretendía estaba alegre tanto que mandó a buscar a su general y le pidió tomar una copa con ella, Yami seguía haciendo su papel delante de Aurelio, y estaba con los soldados, como lo haría el verdadero capitán.

El curioso general pregunta el motivo de la celebración.

—¿Qué vamos a celebrar?— pregunta él mientras toma la copa que le ofrece la emperatriz.

—Mis enemigos pronto morirán, creo que eso es suficiente motivo para celebrar — dice Yadira sin darle importancia a la situación.

Acto seguido, ella se sirve una copa y brinda por su pronta victoria.

Mientras toman, los dos tomadores conversan sobre un plan que no involucre a sus hombres, y lo mejor es, llevar a juicio a todos esos infelices, o mejor dicho, eliminar a algunos y llevar a juicio a otros.

Ambos tomaron por largo rato, y hablaron de algunos temas sobre como eliminar las gárgolas, y creyeron que lo ideal, es hacer una investigación de su lugar de origen. Porque por el momento, ellas no han atacado fuera de los terrenos del palacio, algo sospechoso por supuesto.

Cuando tomaron lo suficiente, deciden continuar con su trabajo.

Yadira ese día se concentró en su trabajo, buscando la oportunidad de hacer una reunión, para que esos nobles llegaran a molestar con sus exigencias.

Cuando comenzó a oscurecer, ella había terminado sus pendientes, y por esa razón se fue a su habitación.

Al llegar se despoja de su ropa y se va a dar una ducha, y después de bañarse va hasta el comedor para cenar.

Ella esa noche estaba de buen humor, porque ya imaginaba el fin de sus enemigos.

De igual manera, ella terminó su cena y se fue de buen humor a dormir.