Una Madrastra Buena 4

En El cuarto Elena se sintió aliviada sabiendo que Bruno está a salvo

-Mi amor perdóname, juro que te amo, pero él destino creo que no puede ser cambiado, mi destino era morir, creo que solo se adelanto el momento, solo esperaba que en esta vida si me dieran la oportunidad de ser feliz, solo quería ver el rostro de Dante al decirle que la espera había terminado, creo que no se podrá.

Dos mercenarios entraban rompiendo la puerta su jefe se había tardado mucho, pero al entrar solo estaba Elena, los niños no estaban.

-Dónde están los niños?

-Muy lejos de aquí, muy lejos de ustedes.

-Maldita!!

En el piso estaba su jefe que poco a poco despertó, ordenó atar a Elena.

-Ahora tu pagaras por lo que has hecho, no saldrás viva de aquí.

-Tal vez no pero el Duque Moretti les dará la peor muerte que puedan imaginar.

El hombre estaba furioso quería golpearla, pero no lo hizo.

-No puedo golpear ese rostro tan hermoso, te mostraremos lo que es un hombre de verdad.

-Jaja eso solo en sus sueños, jamás estarán a la altura de un hombre de verdad, un hombre de verdad jamás tomaría a una mujer por la fuerza, ustedes son unos cerdos.

Los hombres enojados se acercaron a ella, pero Elena les escupió en la cara, fuera lo que fuera no la vería llorando, no les daría ese gusto.

Uno de ellos se acerca para quitarle el vestido pero desde la ventana una ráfaga de viento los lanzó a todos por el aire, en el piso todos aturdidos solo voltean a ver que paso.

-Malditos perros, como se atreven a hacer eso, acaso no tienen madres, hermanas o hijas,

No ustedes que van a saber de eso, donde está mi niña, la niña de cabellos plateados.

-Tu, quien demonios eres?

Lanzando varias dagas los mercenarios caían heridos uno a uno.

-No volveré a preguntar, donde está la niña de cabello plateado.

-Esta a salvo, se la llevaron junto a mi hijo, esta fuera de peligro.

Le dijo Elena antes de desmayarse, la impresión de ver a ese hombre acercarse a ella e intentar desnudarla la hizo perder el conocimiento.

-Mi señora!!

Todos ustedes están muertos.

-Somos muchos acaso estás ciega, te pondremos junto a ella.

-Jaja inténtalo si quieres, por mis dagas y mi espada han pasado muchos como ustedes, los que están fuera no me preocupan, escuchas eso, son los cascos de los caballos que vienen a matarlos a todos.

La niña es hija de los Relish Duques del sur, el Duque Adolfo es primo del Emperador y ella es la Duquesa Elena, si sabes que el Duque Dante no perdonará lo que le han hecho y lo que le pensaban hacer.

El cuarto uno a uno caía ante la espada de Jazmín guardia de Aurora, no dejará a ninguno con vida solo a uno, al líder a él lo inmoviliza con una soga.

-A ti no te mataré El Duque lo hará con sus propias manos.

algunos querían huir pero fue inútil, algunos mercenarios subieron para saber que pasaba pero salieron volando cuando entraron.

Por el bosque Dante llegaba a toda prisa, cada mercenario que estaba afuera caía ante su espada.

-Todos en formación, a todos los quiero muertos, no dejen a nadie con vida, encuentren al líder lo quiero vivo.

Los mercenarios tomaron sus armas pero poco podían hacer, la caballería del ducado era una de las mejores tomando en cuenta que también estaban caballeros del ducado Relish.

Dante vía fuego hacia la casa, salió corriendo en esa dirección pero cuando llegó la casa ardía en llamas

-Elena, no, no puede ser, No me dejes!

Dante caía de rodillas ante la escena que veía, sus pies se movieron para entrar, no le importaba nada solo quería verla, pero una voz lo detuvo.

-Dante aquí estoy

Los mercenarios en un intento por detener a Jazmín, le prendieron fuego a la casa, pero ella salió por la ventana con Elena, tardo unos minutos en despertar pero lo hizo justo cuando Dante llegaba.

Dante al verla corrió para abrazarla solo con verla, sintió que el alma le regresaba al cuerpo.

-Mi amor sentí morirme al pensar que no te vería más, dime que estas bien no estas herida, esos malditos no te tocaron, dime por favor.

-Dante, mi vida te amo, te amo, no estoy herida gracias a ella llegó justo a tiempo, Dante pensé que no te vería una vez más.

-Aqui estoy cálmate, ya todo paso, Bruno está en el ducado, Emilio esta con el, Elena gracias, te has sacrificado por el, Emilio me dijo.

-Es bueno saber que están bien, fue esa maldita loca, le supliqué que dejara a Bruno y a la pequeña pero solo se burló de mí.

-No te preocupes por ella, esta muerta la mate como la escoria que era, jamás volverá a molestarlos ni ella ni nadie.

-Dante, gracias por venir por nosotros

-Hasta el fin del mundo iré por ti, como que nosotros??

Elena toma la mano de Dante para colocarla en su vientre, a lo que él reacciona con una sonrisa,

-Elena es la mejor noticia que me puedes dar, me has devuelto la vida hace unas horas no pensaba solo estaba furioso por qué estaban en peligro, pero ahora con esta noticia soy el hombre más feliz del mundo. Gracias!!

Dante pidió un carruaje para Elena, por suerte estaba en el que llegaron, no muy cómodo pero pero le pusieron unas mantas para que ella descansará un rato.

Dante tenía una cosa más que hacer.

-Este es el tipo, vaya que fuiste valiente al secuestrar a mi esposa y a mi hijo.

Dante pidió su espada, las súplicas de los mercenarios que quedaban y el jefe de ellos resonaban en la noche, Dante a cada uno les corta la cabeza de una sola estocada.

-Que sirvan de ejemplo para quien quiera meterse con mi familia.

Así esa noche tormentosa terminaba y volvían a casa, pero en el Ducado había otro problema

-Adolfo como pudiste perder a mi hija, voy a matarte, afortunadamente no les paso nada, están jugando en el cuarto de Bruno y Diego está dormido, le dijiste a Jazmín que los quiero muertos a todos los que se llevaron a mi hija.

-Claro que sí, voy a salir tengo un asunto que terminar, el Ducado está bien protegido así que no hay que temer.

Adolfo fue directamente al marquesado y los padres de Michelle estaban en el calabozo.

-Así que usted es el marqués, saquen a los tres y póngalos de rodillas ante mí.

-Quien eres, no tenemos nada que ver con lo que hizo mi hija.

-No y como logro sacar esa cantidad de dinero del banco y sobre todo como contacto a los mercenarios ellos jamás realizan un contrato con una mujer a no ser que fuera la Marquesa.

El marqués tembló ante tal hecho, pensó que había sido cuidadoso.

-No sé de qué habla, de todos modos tenemos derecho a un juicio.

-Si lo tiene, pero aquí se vio involucrada mi hija, yo soy el Duque Adolfo Relish, mi tío es el Emperador y aunque somos familia lejana, mi hija es de la familia real, así que su sentencia es en automático, sin necesidad de juicio, así que yo mismo los mataré.

Así la familia que había atentado contra los dos Ducados moría y servirá de ejemplo para todos.

Cuando Dante y Elena llegaron, fueron a ver a Bruno quien ya dormía, Esteban les dijo que la Duquesa Alicia los había bañado y acostado, el médico los reviso pero estaban bien, solo fue el susto y el sedante un poco fuerte por eso tardaron en despertar pero no estaban en peligro.

-Elena el baño está listo el baño te ayudaré.

-Si claro solo déjame darle un beso, me asusté mucho, pero cuando Emilio se lo llevó mi corazón se sintió aliviado, solo me preocupaba que él estuviera a salvo.

Dante y Elena dormían abrazados, para Dante era un milagro tenerla ahí que no quería soltarla, solo faltaban unas horas para el amanecer será un nuevo días y esta noche quedaría como un recuerdo.